El delantero ucraniano del Sevilla FC, Yevhen Konoplyanka, durante el entrenamiento.
Liverpool y Sevilla se juegan mucho más que un trofeo cuando se enfrenten hoy en la final de la Liga Europa.
Un puesto en la fase de grupos de la próxima Liga de Campeones es el premio mayor para el ganador del partido en Basilea, entre un club que terminó octavo en la liga Premier y otro que culminó séptimo en España.
Para Liverpool, se trata del prestigio de regresar a la élite europea, lo que sería un aliciente para que el técnico Juergen Klopp reclute jugadores para su primera temporada completa al mando de un grande del fútbol mundial venido a menos.
"Estoy seguro que si no ganamos el título, nadie creerá que (la temporada) fue un éxito", dijo Klopp. "Ya sabemos del... deseo de nuestros seguidores. Sabemos lo mucho que ansían este título".
El mediocampista del Liverpool, James Milner, dijo que el enfoque del equipo es "únicamente en acumular trofeos" y no en clasificar a otro evento.
"Creo que es un buen bono, pero sinceramente... hemos pensado en la Liga de Campeones demasiado", apuntó Milner.
Los cinco veces campeones de Europa se juegan el todo o nada: si pierden en el estadio Saint-Jakob Park, no habrá fútbol europeo la próxima campaña en Anfield.
Sevilla al menos tiene asegurada su participación en la próxima Liga Europa por su resultado en la liga española, y también puede ganar otro trofeo, cuando enfrente el domingo al Barcelona en la final de la Copa del Rey. Ese título le aseguraría un puesto en la fase de grupos de la Liga Europa, en vez de tener que disputar la etapa preliminar.
