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Vasectomía y placer sexual

Una nueva dimensión de la vida íntima

Foto: Archivo Siglo Nuevo

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Psicólogo Sexólogo Silvestre Faya

Debido a esquemas culturales que aun hoy en día se siguen reproduciendo, muchos hombres rechazan la idea de someterse a la vasectomía como método de anticoncepción, algunos incluso temen perder capacidad de goce, cuando en la mayoría de los casos ocurre todo lo contrario.

José y Mónica, después de varios años de matrimonio y habiendo procreado tres hijos, decidieron ya no tener más descendencia. Platicaron sobre los métodos anticonceptivos que habían usado hasta ese momento para planear el número de hijos que desearon y finalmente eligieron un método definitivo, sencillo y de bajo costo: la vasectomía.

La vasectomía es un procedimiento quirúrgico con propósito anticonceptivo que se realiza al varón y que pretende ser definitivo e irreversible. Consiste en practicar una ligadura de los conductos deferentes para impedir la salida de los espermatozoides.

Una vez realizada la vasectomía el líquido que se expulsa en la eyaculación (semen) conserva su aspecto habitual y sus mismas características, pero no contiene espermatozoides. El procedimiento no afecta los testículos, ni la producción de hormonas, por lo que tampoco afecta la capacidad de erección, ni interfiere en las relaciones sexuales ni en su goce.

La vasectomía no es efectiva en forma inmediata y no impide que los espermatozoides acumulados en las vesículas seminales salgan con la eyaculación. Es necesario utilizar preservativos u otros métodos anticonceptivos por lo menos en las primeras 20 eyaculaciones o durante los primeros tres meses posteriores a la cirugía, lo que ocurra primero.

Es un procedimiento que el varón elige y que se realiza de manera ambulatoria. Su realización requiere habitualmente de anestesia local. Muchos hombres escogen esta alternativa anticonceptiva por considerarla cómoda y segura.

ELECCIÓN DEL MÉTODO

Muchas parejas utilizan el coito interrumpido como su alternativa anticonceptiva, afirman sentirse bien con ese método, pero, no disfrutan a plenitud su relación sexual por estarse cuidando de no eyacular dentro. Tanto el hombre como la mujer requieren de entregarse sin límites al placer del coito. El método del coito interrumpido se ha asociado a la disfunción eréctil, ya que la carga tensional en el hombre es elevada.

El uso del preservativo es otra de las opciones que tiene el hombre para impedir el contacto entre los espermatozoides y el óvulo. Se cuentan por miles los casos de hombres que se excusan de usarlos, ya que expresan “sentir menos el contacto vaginal en la delicada piel del pene”. Las compañías fabricantes de condones garantizan la seguridad, durabilidad y excelente sensibilidad de estos productos, por lo que estos argumentos sólo encubren el rechazo al uso del preservativo.

Lo que une a la pareja en su vida íntima es el placer sexual que mutuamente se proporcionen. Nada puede superar esta condición biológica. A mayor placer sexual, mayor deseo de compartir la cama. Las parejas que cotidianamente gozan su sexualidad suman horas de placer y consolidan su relación.

Quienes optan por la vasectomía dejan de preocuparse de un nuevo embarazo no deseado y se concentran en el placer mutuo. Aunque todavía existen prejuicios respecto a la vasectomía, está demostrado que la potencia sexual del hombre, su capacidad de goce y disfrute del orgasmo se conserva como antes de la operación. Lo que de manera significativa aumenta es el placer sexual sin el temor de un nuevo embarazo.

El hombre que se ha sometido a la vasectomía puede eyacular en igual cantidad. Su placer al eyacular está totalmente conservado y su potencia sexual puede verse aumentada ante la disminución del estrés.

TEMOR DE CASTRACIÓN

La pérdida de la capacidad reproductiva puede poner a algunos hombres ante la disyuntiva de considerarse disminuidos en su hombría. “Ya no voy a poder tener hijos que lleven mi apellido”; esta expresión puede sonar muy machista, pero aun ahora existen muchos hombres que llegan a pensar de esta manera, considerándose tan solo reproductores y proveedores de la casa.

Los medios de comunicación hacen consciencia colectiva de que los hijos son una parte importante de una familia, eso sin olvidar la relación de la pareja que da origen a la misma.

La angustia de castración de la que habla Freud ante el temor de perder el pene en los primeros años del desarrollo humano se repite ante la vasectomía como un método anticonceptivo definitivo.

Quienes se van a someter a este procedimiento deben estar conscientes de su carácter irreversible y tener certeza de no desear nuevamente traer hijos al mundo. La reversibilidad de este procedimiento no es fácil ni probable, por ello hay que pensarlo bien.

Debe quedar claro que lo único que se garantiza con la vasectomía es la anticoncepción y que este método no previene o evita las enfermedades de trasmisión sexual. El único método de protección es el uso del preservativo o condón.

MEJORA EN LA VIDA SEXUAL

Cuando la mujer llega a la menopausia termina su capacidad reproductiva, de la misma forma, mediante este procedimiento quirúrgico el varón pierde su capacidad reproductiva, mas no su capacidad de goce y disfrute del placer sexual. Quienes optan por la vasectomía, de manera libre y consciente, disfrutaran de la libertad sexual que a partir de ese momento alcanzará mayores niveles de placer.

No existe una contraindicación a este procedimiento anticonceptivo definitivo, salvo que la voluntad de quien opta por ello no sea decidida. La experiencia clínica de quienes asesoran a hombres que han elegido la vasectomía, manifiestan un incremento de su vida sexual placentera y libre. Por ser una decisión definitiva, hay que pensarlo a consciencia.

www.sexologosilvestrefaya.com

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