Aún faltan. Los tres edificios representan sólo una pequeña parte de las numerosas propiedades en la Gran Manzana que llevan el nombre del republicano.
Tres edificios de Nueva York retiraron ayer de sus fachadas las grandes letras doradas que componían el apellido de Donald Trump como muestra del recelo que sienten sus vecinos hacia el presidente electo, quien, pese a haber nacido en la ciudad, creen que no les representa.
Los vecinos del conjunto de viviendas de lujo "Trump Place", situado a orillas del río Hudson, presenciaron satisfechos cómo el letrero con el nombre del magnate se eliminaba de los exteriores y portales de su edificio, tras la firma de una petición el pasado mes de octubre en la que aseguraban sentir "vergüenza" del republicano.
"Teníamos que deshacernos de ese nombre en nuestras casas, aunque no podamos librarnos de su influencia en nuestra vida ni despertar de esta pesadilla", explicó David Linnell, un jubilado de 70 años que pidió la retirada del nombre al considerar que es "un insulto" a la democracia.
Y es que la frase "No es mi presidente" se ha sentido con fuerza en Nueva York, la ciudad más poblada de Estados Unidos, donde siguen registrándose protestas contra el magnate por su agresivo discurso contra las mujeres, los inmigrantes y otros grupos sociales a lo largo de su campaña.
"Al menos algo positivo nos ha pasado después de esta terrible campaña, (el nombre de Trump) ya no está en nuestra casa", declaró Tom, otro vecino que también firmó la petición para cambiar la denominación de los tres edificios de Riverside Boulevard.