En medio del culebrón en el que se ha convertido la trama del “Señor de los túneles”, dicen que la comedida actriz Kate del Castillo, defensora de las causas perdidas, no sólo estaba trabajando en la película biográfica del famoso capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, jefe del Cártel de Sinaloa, sino que además tenía otros proyectos fílmicos y televisivos que se vinculan con la provincia coahuilense y también con La Laguna.
Nuestros subagentes disfrazados de claqueta nos reportan que desde 2014 -el mismo año que, según fuentes de inteligencia, inició sus contactos con el narcotraficante- doña Kate estaba planeando filmar una película en las frondosas montañas de la sierra de Arteaga, cosa que en su momento fue festinada por el entonces secretario de Turismo de Coahuila, Luis Alfonso Rodríguez. El segundo proyecto, que es producido por el padre de la “Reina del Sur”, el también actor Eric del Castillo, tiene que ver con miniseries sobre algunas de las batallas más importantes de la Revolución Mexicana. Recientemente acaban de terminar los capítulos correspondientes a la batalla de Celaya, y ya se tiene contemplado rodar las célebres tomas de Ciudad Juárez y de Torreón. Para esta última, según los subagentes, la mismísima doña Kate tenía previsto visitar en los primeros meses del año la Perla de La Laguna para buscar el apoyo y patrocinio de la alcaldía. Sin embargo, ahora con todo el mitote que se ha armado por la “entrevista” realizada por la “señorita Del Castillo” y el “señor Sean Penn” al capo di tutti capi, y publicada por la controvertida revista Rolling Stone, ya no se sabe si ambos proyectos van a continuar. O a lo mejor, en un descuido, cambian de género y Coahuila y la Comarca Lagunera pudieran convertirse en escenario de la tan anunciada película del “Chapo”. Total, por acá también han andado sus huestes haciendo “su trabajo”, no se diga en Durango, donde tenía su principal cuartel.
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Las comparecencias de los directores municipales ante las comisiones del Cabildo torreonense ya cobraron sus primeras víctimas, las cuales recibirán seguramente unos estirones de oreja por su cuestionable comportamiento. Uno de ellos es Ignacio Corona, el regidor panista más priista de Torreón, quien ayer no quiso perder la costumbre de arrojar flores y declamar poemas a la administración riquelmista, y sólo alabanzas profirió para el gerente general del Simas, Xavier Herrera, como si todo estuviera de maravilla con la empresa de aguas y drenaje. A don Nacho poco le importó que en la sesión de la comisión del agua estuviera presente la dirigente local del PAN, María Eugenia Cázares, la cual, dicen, fue a vigilar el comportamiento de los regidores de su partido. Quienes intentaron verse más aplicados fueron el regidor Sergio Lara y la síndica Gabriela Casale; ambos, fieles a su estilo, lanzaron dardos envenenados a don Xavier cada vez que pudieron. No así la regidora Verónica Soto, quien se dedicó sólo a cuestionar de forma cándida. El otro que salió raspado, pero por sus propias palabras, fue el director de Prevención del Delito, José Elías Gánem. Y es que don Pepe tuvo la “chispa” de tuitear antes de iniciar la sesión de su comparecencia que ya iba a comenzar el show. Y cuando fue convocado a ser más puntual y preciso en su informe por el regidor priista Gerardo Alba, Gánem soltó un hermoso: “es que ya no quiero volver a comparecer”. Obviamente, no faltaron los críticos y criticones que dijeron que el “Show de Gánem” en el ayuntamiento, lo que sea que eso signifique, porque pocos saben qué hace además de eso, le cuesta al erario -a su bolsillo, estimado lector- alrededor de 50 mil pesillos al mes, es decir, 600 mil al año. Aplausos.
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Pocos espectadores de la cosa pública torreonense quedaron satisfechos con la explicación que se dio respecto a la causa del nuevo hundimiento en la avenida Morelos, cuyas obras se han vuelto el peor dolor de cabeza de la administración municipal en este arranque de año. Y es que la autoridad municipal atribuyó el desperfecto a una toma clandestina de agua potable, la cual estaba generando una fuga que humedeció el subsuelo y provocó que el pavimento se viniera abajo. Ni tardos ni perezosos, los más avezados en estos temas de obras públicas cuestionaron la explicación en dos vertientes: primero, si las autoridades están tan ausentes del primer cuadro de la ciudad para que cualquier negocio o vivienda pueda robarse el agua; y segundo, si se supone que la empresa del presidente de la CMIC, Hugo Pérez, encargada de las obras del Paseo Morelos, ha venido realizando trabajos de tubería de agua y drenaje, para lo cual se abrió toda la avenida ¿cómo es que no detectaron la toma clandestina? Más allá de eso, cuentan que los comerciantes y restauranteros del sector ya están hartos de esta obra que hasta ahora sólo les ha ahuyentado a los clientes. Incluso, muchos de ellos consideran que el ayuntamiento no debería colgarse la medalla de la reactivación económica de la avenida, ya que, dicen, ésta se ha dado a pesar de todos los problemas.
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En los siempre álgidos terrenos del magisterio, circula la especie de que ha comenzado una auténtica desbandada de maestros comisionados en la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Resulta que con el anuncio de que a partir de la segunda quincena de enero los docentes asignados a comisiones ya no recibirán los sueldos por prácticamente hacer nada, muchos de ellos han empezado a recuperar sus plazas que hoy ocupan otros maestros que sí están frente a grupo. Pero algunos ya se han topado con pared y de plano han tenido que organizar un plan B que consiste en buscar la jubilación, para garantizar sus emolumentos, y luego volver a la comisión sin ningún problema. Pero ¿para qué quieren seguir siendo comisionados si ya no van a recibir ingreso alguno por ello? Ah, pues dicen que dentro de las comisiones hay jugosos negocios relacionados con la venta de plazas dentro del sindicato, sobre todo en el caso de los puestos administrativos y de intendencia, los cuales están fuera de la mirada de la SEP, por ahora.
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El próximo fin de semana Torreón se vestirá de gala ya que será la sede de la reunión de la toma de protesta de los consejeros estatales y municipales del PRI que fueron renovados a finales del año pasado. Nuestros subagentes disfrazados de matracas tricolores nos informan que ya se están llevando a cabo los pormenores para el acarreo masivo -perdón, traslado- del rebaño priista de todo el estado a las tierras laguneras. Pero lo más curioso del solemne acto es que el lugar elegido para esta demostración de músculo político es ni más ni menos que el Coliseo Centenario. Sí, el mismo recinto que por “incumplimiento de varios requisitos” (así le llaman en el ayuntamiento a las órdenes del señor gobernador) ha sido bloqueado dos veces para llevar a cabo corridas de toros organizadas por el empresario Arturo Gilio, dueño del lugar. Pero, como luego dicen, las penas con pan son menos. Así las cosas, y de cara a la elección de 2017, nuestros subagentes estarán pendientes de las caras y gestos, así como las zancadillas, piquetes de ojos, aplausómetros y demás reacciones que generan este tipo de reuniones multitudinarias que sin duda marcarán la tendencia de hacia dónde se va la cargada o para qué lado se tiran los dados. Las lenguas de doble filo dicen que quien pagará el traslado de las huestes priistas será el inquilino del séptimo piso del edificio más caro de la ciudad, Miguel Riquelme. Pero mientras los subagentes confirman esto último, la derrama económica para los restaurantes estará asegurada en Torreón el fin de semana. Loncherías, taquerías, gorderías y hasta restaurantes de nivel superior recibirán su tajada. “Economía política”, pues.
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Comentan los maldicientes que la sala de regidores de Gómez Palacio se ha convertido en un mausoleo, gracias principalmente a los regidores priistas que hasta hace poco se promovían y acudían a todos los actos oficiales para tomarse la foto y mandar mensajes de que sí trabajan a través de las redes sociales. Pero al ver que sus aspiraciones políticas que esfumaron como humo de cigarro pirata, optaron ya por ni siquiera aparecerse en sus oficinas ni en ningún otro lado, al grado de que ya sus asistentes son quienes hacen todo el trabajo a nombre de ellos. A pesar de que algunos de estos ediles ya se veían como seguros candidatos a una diputación local, tal parece que no realizarán su sueño, partiendo de que la abanderada a la alcaldía, Leticia Herrera será quien se encargue de repartir estos espacios y ni en los más remotos sueños habrá de considerar a quienes actualmente son regidores. De esa situación no escapa uno que otro panista, los que tampoco se verán agraciados con la decisión de su partido porque durante los tres años no han hecho una labor destacada como oposición. Algo similar ocurre con algunos directores municipales, quienes previendo el cambio de estafeta entre los grupos tricolores en el poder, prácticamente ya se tiraron a la hamaca y sólo están esperando -cobrando, por supuesto- que transcurran los ocho eternos meses que restan a esta administración para dejar el cargo y desaparecer de la escena política. Incluso en las próximas semanas se prevé que algunos de ellos renuncien a sus puestos y no porque les espere algo mejor, sino porque simplemente no quieren enfrentar a la siguiente administración municipal, ya que gane el PRI o gane el PAN, serán personas completamente diferentes a las de su equipo y, seguramente, serán llamados a cuentas por lo que hicieron o, mejor dicho, deshicieron y dejaron de hacer.