El proceso que se sigue contra el Profe de la Deuda en la Madre Patria, sirvió oara sacar a relucir varias cosas del priismo y del panismo. Por una parte, el temor de algunos funcionarios estatales y legisladores locales y federales vinculados a Humberto Moreira que luego de la detención guardaron silencio sepulcral y, a pesar de haber trabajado con él en su sexenio se cuidaron de no salir en su defensa para no resultar embarrados. Incluso fueron fustigados por los simpatizantes del exgobernador de la provincia por no salir a defenderlo con vehemencia.
Además, varios nombres comenzaron a circular respecto a personajes que algo tendrían que decir de lo ocurrido en la administración estatal anterior, como el de María Esther Monsiváis, actual secretaria de Infraestructura, y de quien se dice que fue la principal impulsora de la carrera de Javier Villarreal, el polémico tesorero que ya se declaró culpable en Texas con un acuerdo de culpabilidad que sigue bajo reserva como carta tapada de un juego de Black Jack que tiene el Tío Sam (¿será esa carta un as?). O de Víctor Zamora, secretario de Gobierno con don Rubén y secretario de Finanzas durante un tiempo de la administración de Humberto. Por otra parte, también quedaron exhibidos algunos priistas que no pudieron ocultar su alegría por la detención del Profe, ya que vieron la oportunidad abierta para regresar por sus antiguos fueros, aunque con la liberación del mismo no les quedó de otra que postergar temporalmente sus aspiraciones. Pero también los panistas dejaron ver una vez más su falta de unión, ya que en vez de salir todos juntos a fijar una postura frente a los acontecimientos, cada quien estuvo dando declaraciones por su cuenta. En fin, el hecho de que a don Humberto se le haya sacado de la prisión de Soto del Real sin haberle comprobado los delitos por los que entró, dio un respiro a la clase política gobernante que sigue instalada en la cómoda postura de que “aquí no pasó nada” a pesar de la megadeuda que nadie ha terminado de explicar a dónde fue a parar. Hay que ver por cuanto tiempo.
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Dicen que las comparecencias de los directores municipales ante los cobradores -perdón, regidores- del Cabildo de Torreón ya entraron a un nivel de franca chunga y que han perdido toda formalidad. Nuestros subagentes vestidos de galletas, de ésas que se “recetan” los ediles en dichas reuniones, nos reportan que la oficina ubicada en el sexto piso del edificio más caro de la ciudad se llena de asistentes, hasta tres por cabeza, que se la pasan llevándoles a sus patrones toallitas húmedas, tazas de café, pastillas antiácidas, documentos a firmar, fruta y, para colmo, la mayoría de los ediles no tienen empacho de estar chateando mientras que los funcionarios sudan la gota gorda para justificar lo realizado el año anterior, con mayor éxito unos y menor otros. Y aunque los directores explican y se paran el cuello con obras y programas supuestamente impulsados por sus oficinas, al final el resultado es el mismo siempre: apoyo unánime de los ediles priistas que en automático dicen que todo está de maravilla, y la lucha de egos de los representantes de los partidos de “oposición” que ya lo toman como pasarela y hasta se pelean por el micrófono para ser los primeros en ajusticiarlos y decirles “sus verdades”. Según las lenguas de doble filo hasta llevan escritos sus acordeones para mal leerlos. Lo que sí ha resultado sorpresivo es que la regidora naranja, Mayela González, otrora fiel priista y ahora seguidora de Raúl Sifuentes, sola con su soledad se ha unido a la bancada panista y es la encargada de hacer la tarea más activa de criticar a los funcionarios. Dicen que se ponen de acuerdo previamente en los señalamientos a realizar y ella religiosamente les “tunde” a los funcionarios alzando la voz y dando manotazos en los escritorios, tal y como ocurrió en la comparecencia del director de Servicios Públicos, David Fernández, a quien en varias ocasiones lo señaló con dedo flamígero al asegurarle “usted miente”, y todo porque éste defendió la presencia de la gente de la polémica Marea Roja en la limpieza de la ciudad, que cuestiona también el PAN por la famosa y opaca nómina por honorarios. Vaya espectáculo.
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Cuentan que la apertura de bares y restaurantes en el llamado Distrito Colón y la afluencia de comensales y parroquianos ha comenzado a ocasionar serios problemas vecinales en el sector al grado de que en algunos puntos se ha requerido la presencia del mismísimo jefazo de la Policía Municipal, Adelaido Flores, aunque éste, en vez de resolver los reclamos ha azuzado a los quejosos en contra de directores de otras áreas del ayuntamiento de Torreón. Nuestros subagentes disfrazados de luminarias nuevas que prenden y apagan como focos de Navidad nos reportan que esta semana el teniente acudió a la esquina de la avenida Abasolo y calle Leandro Valle para escuchar a una treintena de vecinos que se ven afectados por la operación de los antros. Entre las quejas reportaron que los visitantes a este tipo de lugares se estacionan sobre banquetas y cocheras y algunos salen en estado de ebriedad y hacen sus necesidades en la calle, además del ruido y el hecho de que no todos fueron abiertos con la anuencia de los colonos. Muy atento don Adelaido los escuchó, pero no para resolverles el problema, sino para darles instrucciones de qué es lo que deben hacer. Dicen que primero les dijo que tienen que organizarse como grupo, crear cuentas en redes sociales y luego ir en bola a hacerla de tos a las oficinas de quienes el teniente Flores considera que no han hecho su tarea en este asunto. Incluso, comentan, hasta les dio los nombres de dichos funcionarios: Jaime Russek, director de Fomento Económico; Sergio Ayala, jefe de Inspección y Verificación; Ricardo Hamdan, director de Vialidad, y Susana Estens, directora de Medio Ambiente. Comentan que los vecinos quedaron lo suficientemente prendidos por lo que no sería extraño que en los próximos días abarroten las oficinas de estos servidores públicos a quienes más les vale estar preparados con una respuesta. Por lo pronto, Torreón seguramente tendrá una ONG más.
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Como muestra de que no todos los integrantes del gremio de notarios jalan para el mismo lado y que incluso tienen diferentes percepciones del trabajo que se hace en el Registro Público de la Propiedad de Torreón, un grupo de fedatarios se organizó para mostrar su respaldo a la labor del director de la oficina, Víctor Severo Ortiz, a quien le enviaron varios oficios manifestando que no están de acuerdo con las críticas de algunos de sus colegas. Como recordará, memorioso lector, en misivas anteriores nuestros subagentes reportaron que, según las quejas de algunos incómodos notarios, en el Registro se ha venido presentando una serie de supuestas travesuras que van desde el retraso en los trámites hasta preferencias hacia varios gestores. Pues resulta que en reuniones sostenidas con los miembros del Colegio de Notarios don Víctor les ha informado de los avances que se han tenido en esta oficina desde que él llegó para abatir el rezago en la liberación de registros, y que ahora se manejan niveles por encima del 80 por ciento en la entrega, sobre lo cual, dicen, la mayoría de los asistentes estuvieron de acuerdo. Incluso, se les informó que si ha habido algunos “atorones” en parte se debe a que el Registro se está cambiando de sede. Pero lo que sí se dijo que era “falso de toda falsedad” es que haya discrecionalidad, preferencias y fugas de información premeditadas con el fin de liberar de gravámenes a usuarios a través de la gestión de despachos de abogados que trabajan de la mano de ciertas notarías. Pero la cosa no queda ahí. Se habla que los más activos en hacer la grilla contra Ortiz son personas que otrora gozaban de privilegios y que ahora se sienten agraviados por el orden que se ha impuesto. ¿Será? En fin, tal parece que el gremio notarial sigue siendo un hueso duro de roer.
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Comentan que al gober de Durango, Jorge Herrera Caldera, se le hizo feo opacar o boicotear el evento masivo que organizó ayer Leticia Herrera para su registro como precandidata del PRI por la alcaldía de Gómez Palacio, y terminó por cancelar su agenda, en la que había programado un acto oficial a la misma hora que el de la senadora con licencia. Se dice que don Jorge sí vino a la Comarca Lagunera, pero que ya mejor no hizo ruido y se dedicó a hacer “sus cosas” para que no le dijeran que quiere seguir dividiendo al PRI y para que no sintiera doña Lety que le siguen queriendo mover el tapete. Al registro acudió la crema y nata del partido tricolor de Gómez Palacio y también en Lerdo y hasta de Torreón, pues ahí se le vio a Carlos Román Cepeda, otrora conocido como el “Bien Peinado” y quien nunca falta a ninguna reunión, política o no, buscando los reflectores que debe extrañar mucho. Además se dejaron ver viejos priistas como Héctor Valdés, el cual por cierto hace unas semanas apareció al lado de José Rosas Aispuro, contrincante del delfín Esteban Villegas. Dicen que el fuerte poder de convocatoria se debió a que, ahora sí, todo mundo quiere quedar bien con doña Lety, a sabiendas de que en La Laguna de Durango hay más herreristas que priistas y que en una de esas pudiera darse la sorpresa del famoso voto cruzado que, contrario a lo ocurrido hace seis años, le diera el triunfo al “Güero” Rosas. Es por eso que muchos no se tragan el cuento de la tan pregonada unidad del partido y que la faramalla se debe más bien a la conveniencia. Cuentan los subagentes que las huestes tricolores prácticamente dejaron las “casas” vacías, la presidencia y las oficinas de las diferentes organizaciones para ir mostrar su apoyo a Herrera Ale, algunos con permiso y otros a la brava, con la idea de que fueran vistos para ser considerados para los futuros huesos a repartir. Por cierto, cuentan que resultó una sorpresa que la precandidata llegara con Villegas, ya que se sabe de la rivalidad que hubo antes de la designación del aspirante priista a la gubernatura. Pero con todo, dicen que don Esteban no se salvó de alguna bullas y chiflidos.