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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

Entre round y round de la pelea que sostiene desde hace varios años el empresario minero-taurino y también suspirante provincial, Armando Guadiana Tijerina, con el exgobernador Humberto Moreira por todo el desbarajuste de la pasada administración estatal, ha salido a la luz un hecho del que hasta ahora nadie se había atrevido a hablar y que tiene que ver con un pleito en los juzgados civiles. Resulta que allá por 2012 elProfe de la Deuda decidió llevar ante el tremendo juez de la tremenda corte el caso de todas las cosillas y cosotas que don Armando estuvo diciendo, acusando y señalando sobre los faltantes de los dineros, la megadeuda, los presuntos nexos con la mafia y la supuesta corrupción que reinó en Coahuila en la era de Moreira I.

Éste demandó por la vía civil a aquél por daño moral o, lo que es lo mismo, difamación y calumnia. Los subagentes disfrazados de archivo muerto cuentan que el caso llegó al punto de que el juez solicitó conocer a cuánto asciende el patrimonio de Guadiana, para poder estimar la cantidad que éste debería pagar para resarcir los daños. Dicen que a esto el empresario respondió con un recurso en el que establecía que “todo bien”, pero que también debería investigarse la riqueza de don Humberto para cuantificar el tamaño del daño que dice haber sufrido. El recurso se aceptó, pero cuando el juez se disponía a hacer las cuentas, comentan, llegó un amparo por parte del exgobernador para impedir que fueran contabilizados sus bienes y dineros para efectos de la demanda presentada. El tiempo pasó y es fecha que no se sabe bien a bien qué ocurrió con dicho contrarrecurso. Lo que sí se sabe es que a partir del mismo, el Profe ya no puso empeño alguno en que el empresario taurino le resarciera de forma económica el daño moral que dice haber sufrido por no tener pelos en la lengua.

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Más que la abrupta salida de Héctor Mario Zapata de la Secretaría de Salud de Coahuila, lo que causó más sorpresa fue el nombramiento de Jorge Verástegui como sucesor. El asombro se deriva del hecho de que el hasta ayer contralor estatal no cuenta con experiencia alguna en el sector salud y ante esto surge una disyuntiva: o don Rubén es un fiel creyente de la filosofía del extécnico nacional, Miguel Mejía Barón, en cuyos equipos todos los jugadores la hacían de todo, o hay un trasfondo en este enroque. Nuestros subagentes disfrazados de medicamentos caducos nos informan que la movida del gober Moreira tiene como objetivo hacer una revisión a detalle de los procedimientos dentro de la Secretaría de Salud para conocer las causas de tanto retraso en la entrega de medicinas, materiales y equipo. Sin embargo, otros subagentes nos reportan que dicho retraso no es reciente y que viene de varios años atrás, por lo que surgen las interrogantes: ¿por qué hasta ahora? ¿Hasta ahora se dieron cuenta? O ¿va por otro lado la pichada? Respecto a esto último, cuentan que quien resulta uno de los ganones con el cambio es el Dr. Jaime Pineda, quien ha sobrevivido a todos los cambios de cabeza en la secretaría como segundo a bordo. Y como Verástegui sabe de medicina lo mismo que Cuauhtémoc Blanco de administración pública, adivine usted quién será el poder tras el trono. Por otra parte, se comenta que resulta extraño el movimiento ya que todo mundo sabe que los retrasos en la entrega de medicamentos y materiales se deben más a los “atorones” de la Secretaría de Finanzas que a los de Salud, y si Verástegui no tocó ni por error a Ismael Ramos cuando era el contralor, pues ahora menos que va a ser el “primer ‘médico’ de la provincia”.

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Poco a poco comienzan a acumularse las dudas sobre la propaganda que el gobierno provincial se ha empeñado en difundir de que Coahuila es el estado más transparente de México. Más allá del asunto de la deuda que sigue sin aclararse, en las últimas semanas ha quedado evidenciada la falta de dientes y voluntad del Instituto Coahuilense de Acceso a la Información que preside Jesús Flores Mier, excolaborador de Humberto Moreira, por cierto. Por una parte, resulta que cualquier funcionario puede reservar una información sin cumplir el procedimiento del ley y esgrimir cualquier argumento (nótese el eufemismo), como la seguridad o la estabilidad financiera estatal. Y esto tiene que ver con el hecho de que, a pesar de que el secretario de Finanzas, Lito Ramos, dijo que había sido un error poner bajo llave la información relacionada con la losa dejada como herencia por el Profe, lo volvieron a hacer días después. Pero no sólo eso. En días pasados se cumplió el plazo para que los funcionarios estatales y municipales de Coahuila hicieran pública su declaración patrimonial, a la cual están obligados. A la hora de que nuestros subagentes revisaron con lupa dichas declaraciones, notaron serias inconsistencias con las que los mismos funcionarios presentaron el año pasado. La causa de estas diferencias es que cada servidor público puede decidir qué sí quiere que se haga público y qué no. O sea, también en esto todo queda al libre albedrío de quien desempeña un cargo público. Luego no se extrañe, amigo lector, de por qué estamos como estamos.

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Mientras se siguen sumando calefactos a la carrera por la gubernatura de Coahuila, como es el caso de la senadora panista Silvia Garza que convirtió su informe legislativo en acto de autodestape, nuestros agentes disfrazados de saleros escondidos nos informan que la maquinaria para darle el empujón al alcalde Miguel Riquelme hacia el Palacio Rosa acaba de tener un cambio de aceite y filtro para repotenciarla. Resulta que el pasado miércoles por la tarde uno de los restaurantes cercanos a la Plaza Mayor se encontraba lleno de forma inusual de jóvenes. Al darse cuenta del tremendo alboroto que en ese lugar había, nuestros informantes rápidamente preguntaron el motivo de la fiesta justo a la mitad de semana. Al gusto de los refrescos, uno de los asistentes soltó la sopa y presumió que había sido el mismísimo munícipe quien había “disparado” el convite a decenas de estudiantes del Colegio de Bachilleres de Coahuila con tal de hacer migas en su carrera para convertirse en gobernador, ya que todos ellos estarán en edad de votar cuando sea la elección en 2017. Cuentan que los alumnos llenaron el lugar gustosos y pidieron comida y bebida hasta saciarse, total que “el padrino municipal” iba a pagar (ojalá que con dinero de su bolsa y no del erario). Joyas de la democracia pueblerina, perdón, citadina.

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Cuentan que en días pasados, varios priistas de la Ciudad Jardín convocaron a una noche bohemia en un domicilio particular, la cual estuvo hermosamente dedicada al suspirante tricolor a gobernador de Durango, Esteban Villegas, además de a algunas abanderadas tanto para la alcaldía como para las diputaciones locales. Nuestros subagentes disfrazados de guitarras de paracho nos cuentan que, al más puro estilo de reunión presidencial o ingreso a oficina gubernamental gringa, a todos los invitados les pidieron entregar los teléfonos celulares desde que llegaron y no se les regresaron hasta que se fueron, con el propósito de que no quedara registrado nada de lo que en esa reunión se hiciera o dijera. O sea, como en la Capital del Juego: lo que sucede en Las Vegas, se queda en Las Vegas. Ya en el convite, los asistentes disfrutaron de música, canapés y bebidas, pero también tuvieron que chutarse el laaargo discurso de apoyo al exalcalde de Durango y candidato a la gubernatura por parte de quienes aseguraban que sólo están a un paso de llegar y desde luego, echando todas las porras al abanderado priista. Villegas, por su parte, les dijo que él no iba a echar tanto rollo, y que mejor se pondría a cantar para que todos se la pasaran bien, pues al parecer el canto es uno de sus pasatiempos preferidos.

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Tremendo zafarrancho el que casi se armó en la última sesión de Cabildo de la bella Ciudad Jardín. Resulta que un hombre apodado como “El Macho” irrumpió en la reunión, donde se supone los ediles deben discutir y analizar asuntos trascendentales para el municipio lerdense, con un montón de señoras dispuestas a abalanzarse sobre el alcalde Luis de Villa y sobre quien se interpusiera en su camino. La incursión se dio ante el rumor de que “El Macho” podría perder su empleo en el Sapal, por lo cual el contingente primero se fue contra el director del organismo, Jesús Mario Castrillón. Posteriormente “El Macho” casi se agarra a golpes con el director de Alcoholes, Javier Urruticochea porque no le ha querido autorizar una licencia para un expendio. Pero ¿quién es “El Macho”? Se llama Juan Gerónimo Martínez Esquivel y es parte de la nómina del Sapal. Los subagentes disfrazados de ejidatarios aseguran que trabaja en el ejido Puente La Torreña haciendo la “complicada” labor de abrir y cerrar una válvula para conducir agua del pozo de La Torreña al ejido La Luz. El noriero (así se le dice a la función del “Macho”) no ha podido hacer su tarea desde hace un mes porque el pozo ya no da suficiente agua para dotar a La Luz, motivo por el cual el Sapal destina agua a aquella comunidad proveniente del Sistema San Fernando. El noriero, como empleado de Sapal, fue recién promovido para un cambio de área, donde fuera, digamos, más útil, cosa que no le gustó a Juan Gerónimo, quien además dicen es protegido de Homero Martínez Cabrera, coordinador de regidores del PRI en el Cabildo de Lerdo y recién nombrado presidente del PRI en este municipio. Dicen los que estuvieron en la sesión de Cabildo que fue lamentable que un “aviador” se sienta con tanto derecho como para encarar a sus superiores y al mismo alcalde Luis de Villa a quien no pidió, sino exigió que lo dejen en su mismo puesto en Puente La Torreña sin hacer nada, faltaba más.

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