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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

Comentan que en el caso de los constantes atrasos y pifias en la obra del Paseo Morelos ya salió el peine. De acuerdo con nuestros subagentes disfrazados de escritorios del edificio público más caro de la ciudad, la demora y los errores en la primera etapa no fueron necesariamente por incapacidad de la empresa contratista. Resulta que al principio esta última empezó a batallar porque el dinero dejó de fluir como estaba establecido en el contrato y, para intentar no quedar mal, tuvo que rascarse con sus propias uñas para hacer avanzar los trabajos. Pero cuando el retraso en el pago se volvió recurrente, a los encargados de la obra no les quedó de otra que acudir con Gerardo Berlanga Gotés, director de Obras Públicas, para ponerlo al tanto de la situación.

Aunque en principio les dijo que el problema se iba a solucionar pronto, el funcionario luego salió con que la empresa no había entregado la calendarización y proyección de obra para justificar por qué no fluía el recurso. Pero cuando cumplieron con los requisitos y se acabaron las excusas, el problema no se resolvió, sino que incluso se agravó. Extrañados, los empresarios acudieron, dicen, a “instancias superiores” en donde, contrario a lo que esperaban, les dijeron que la cosa era calmada, como decía Clavillazo, y que no había prisa por terminar. Así que si no tenían dinero, pues que le bajaran al ritmo para que no se descapitalizaran. Con estas “órdenes de arriba”, los constructores ralentizaron su chamba con el consecuente descuido que derivó en lo que todos vieron: hundimientos por doquier a las primeras lluvias del año. Aunque no está claro el porqué de la instrucción de no meterle turbo a la obra a pesar del reclamo constante de los comerciantes, comentan que una de las causas de la suspensión del paseo sabatino Moreleando fue el desgaste por tener que lidiar con las obras. Cabe recordar que los chicos de Moreleando tuvieron varias fricciones con el ayuntamiento. Además, se habla del interés inusitado que ha generado entre el gremio de empresarios-funcionarios el posible cierre de negocios que ya no soportan la baja clientela por las obras y que, al cerrar, aquellos pudieran entrar al quite, claro, comprando auténticas gangas. ¿Será?

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Dicen que ante el apretón de cinturón por el recorte federal, que se ha sumado a la falta de recursos cortesía de la deuda que dejó como herencia el Profe Humberto Moreira, el gobierno provincial coahuilense ha tenido que recurrir a la clásica estrategia de colgarse de lo que otros llevan a cabo para aparentar que algo se hace. Tal es el caso de las actividades de la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde, dicen, hay varios que no ven con buenos ojos que el gober Rubén se les aparezca en prácticamente todas las inauguraciones de obras, programas y demás, y que haga ver como si hubiera dinero directamente del gobierno del Estado en todo lo que la Máxima Casa de Grillos de la entidad presenta. Por otra parte, se dice que las obras estatales para presumir son tan pocas que ya hasta el ejecutivo provincial decidió cederle espacios al ayuntamiento de Torreón en espectaculares para promover a la administración del delfín aparente, Miguel Riquelme. Esto explica por qué en varias partes de la ciudad han aparecido anuncios con la leyenda “Torreón Avanza”, aunque claro, no se explica hacia dónde. Incluso, esta promoción rebasa las fronteras estatales, ya que apareció un espectacular de ésos en Gómez Palacio, aunque dicen que fue “por error”. ¿También serán un error otros anuncios similares en otros municipios de la entidad? Es pregunta, conste.

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Tal parece que para Jorge Jiménez Favela, flamante director de Vialidad de Torreón, no va a ser fácil meter en cintura a los agentes traviesos. Nos llegan reportes de subagentes disfrazados de semáforos descompuestos respecto a que hace unos días, cuando todavía no terminaba de sentarse bien en la silla, algunos tránsitos anduvieron muy activos usando la principal arma de los canes. Sólo por citar un ejemplo, nos cuentan que por la glorieta de Juan Pablo II, en Torreón, un agente motociclista de Tránsito Municipal detuvo al conductor de un automóvil Neon y, extrañado, el automovilista le preguntó que qué infracción cometió y el elemento le dijo que traía placas vencidas. ¿Cómo? ¡Son de Onappafa!, le contestó el conductor y el motociclista le dijo que ésas también se vencen y le pidió su licencia. Como el automovilista no traía su licencia de conducir, el agente le dijo que le retiraría su vehículo si no le daba 500 pesos. “Sólo traigo 50 pesos, es todo lo que tengo” y el elemento de Tránsito se apiadó del conductor y se conformó con esa cantidad. Lo normal, en un país serio, es que el agente le multara por no traer placas de verdad, no los remedos que usan las organizaciones que dicen proteger el patrimonio familiar. Pero las viejas costumbres de algunos elementos de Tránsito están muy arraigadas y, por lo que se ve, el nuevo director y la directora operativa, tienen mucho trabajo por hacer en este renglón y ojalá lo hagan de manera rápida.

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Los maldicientes han andado muy activos en estos días esparciendo la especie de una supuesta renuncia de Leticia Herrera a la candidatura a la alcaldía de Gómez Palacio por la coalición PRIVer, Nueva Alianza y Duranguense. Dichas versiones apuntan a que doña Lety regresaría al Senado de la República la primera quincena de abril; y hasta andan diciendo que delegaría la candidatura a Ricardo Rebollo, quien ya fue presidente municipal, pero no llegó ni a la mitad de su mandato por irse en pos de un hueso al Congreso federal. Las razones que se manejan del porqué la exalcaldesa dejaría la candidatura van desde motivos personales hasta la división interna que prevalece en el partido tricolor y que nadie reconoce, pasando por el hecho de que aún persiste cierto resentimiento por la imposición -perdón, designación- de Esteban Villegas como candidato de unidad a la gubernatura de Durango, la meta original de Leticia Herrera y todo su equipo. Ante esta situación, todo es incertidumbre entre los priistas quienes no pueden ponerse de acuerdo y, en consecuencia, la lucha entre grupos por los espacios en la planilla de regidores está a todo lo que da. Una eventual derrota de Villegas generaría muchos damnificados y todos ellos buscan salvar el pellejo desde ahora quedando como regidores. Anavel Fernández busca a toda costa repetir en la primera regiduría, con la férrea oposición del líder cetemista y candidato a diputado local, Gabriel Rodríguez, quien apoya a Leticia Soto. En el sector popular, Estrella Morón hace lo imposible por quedar en la planilla de regidores, aunque desde la organización OMNPRI salen misiles cargados de veneno para que la exdirectora de Prevención Social no quede posicionada.

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En el PAN están por las mismas e incluso literalmente les están “corrigiendo la planilla” en el comité nacional, pues en esta ocasión se dio preferencia a los integrantes del PRD -con el que formaron coalición- en la asignación de posiciones privilegiadas en la planilla de regidores de Gómez Palacio. Por otro lado, desde la dirigencia estatal que encabeza Juan Quiñones, así como Rodolfo Pérez Dorador, Antonio Ochoa y hasta el mismo Augusto Ávalos metieron mano para imponer a su gente, pero no consideraron que en algunos casos se fueron por los peores perfiles y, en resumen, la planilla que se armó no ayudará en nada a los candidatos panistas. Como ejemplo basta mencionar que en la segunda posición colocaron a Silvia Nevárez, hija de Sergio Nevárez, quien en su momento habló pestes del partido y hasta fundó otro para hacerle competencia, o sea, premio a la ingratitud. Además suenan Omar Castañeda en la tercera posición, quien ya fue regidor la pasada administración por el PRD y el exdirigente del PAN en Gómez Palacio, Uvaldo Nájera, quien dejó resultados digamos poco lucidores en su gestión.

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Dicen que al que no lo calienta ni el sol es al regidor prianista -perdón, panista- Ángel Orona, luego de que el viernes pasado había logrado cambiar la votación de la planilla del PAN en Gómez Palacio, en la que la panista Ana María Villegas Nájera ocupaba el lugar 4 y a quien logró quitar para imponer a la perredista y hasta ahora desconocida Mónica Castañeda. Los méritos de esta última para ocupar el cargo dicen que son: ser prima del que será el tercer regidor por el PRD en dicha planilla, Omar Castañeda, y pareja del expanista Juan Miguel Chibli Campos, íntimo amigo de Orona e hijo del también expanista y tesorero de la administración municipal de Rocío Rebollo, Miguel Chibli Navarro. Dicen que la joven no tiene experiencia, pero al parecer sí mucho billete, pues cuentan que ofrecía 500,000 pesillos de apoyo a la campaña de Pancho León Jr. si quedaba. Pero volviendo al tema del regidor Ángel Orona, al parecer hizo gran berrinche porque tras haberse impuesto el miércoles posterior a la primera votación, volvió a sesionar la Comisión Permanente Estatal del PAN y se decidió quitar de la lista de regidores a Mónica Castañeda y en su lugar colocar a una panista, Matilde Barrena Estrada. La pregunta que se hacen varios panistas diestros en fuego amigo es ¿para qué quiere don Ángel regidores en la planilla del PAN si él apoya abiertamente a Lety Herrera? Saque usted sus conclusiones.

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