Aunque parezca increíble, nuestras H. Autoridades Municipales y Estatales de ambos lados del lecho seco del Padre Nazas tienen razón cuando aseguran que no todo es desorden y falta de coordinación en materia de desarrollo metropolitano. Si bien es cierto que en temas como seguridad pública, construcción de puentes, operativos contra autos “chuecos” y criterios de plaqueo de autos a los gobiernos les cuesta ponerse de acuerdo, hay un asunto en el que trabajan en perfecta sintonía y siempre con los mismos resultados: la pavimentación. Sí, escéptico lector, la pavimentación es un servicio en el que es posible encontrar casi los mismos niveles de calidad en cualquiera de las ciudades del área conurbada.
Basta hacer un recorrido por las calles de las urbes laguneras para encontrar baches de similares dimensiones, zanjas abiertas, carpeta asfáltica destruida y demás afectaciones que obligan a los conductores a emplear a fondo sus destrezas como si fueran pilotos de autos en el famoso y exigente Rally Dakar. Pero no para aquí la sintonía. Las dependencias encargadas de llevar a cabo las reparaciones incurren en las mismas prácticas de siempre. Por ejemplo, en vez de realizar la repavimentación completa de calles y avenidas que parecen la superficie lunar y a las que les urge un arreglo en serio, comienzan por vías en donde menos se necesita. Tal es el caso del bulevar Independencia, en la llamada Zona Dorada de Torreón, en donde se trabaja actualmente en la colocación de nueva carpeta asfáltica, cuando rúas como el Periférico, con mucho mayor aforo vehicular, o la prolongación Bravo, que sirve como conexión del sector Oriente con el Centro y por donde transitan las pesadas unidades de una empresa cervecera, tienen tramos en condiciones que dan vergüenza. Y a propósito de la obra del Independencia, nuestros subagentes vestidos de parchadores nos reportan que el “ganón” fue nada más y nada menos que el hermano del contralor municipal, Javier Lechuga, cuya familia cuenta con varias empresas favorecidas por los gobiernos. Otros focos rojos son los sectores industriales, en donde en lugar de aplicar soluciones duraderas al problema del mal estado del pavimento, se aplican remedios temporales usando materiales que si bien funcionan para autos ligeros o bicicletas, resultan evidentemente insuficientes para vehículos de carga. Es decir, mejoralitos para una neumonía. Y esto es lo que ocurre precisamente en el Parque Industrial Lagunero, en donde, además las autoridades parecen convencidas de poner a prueba la paciencia de empresarios y trabajadores del sector ya que, por angas o por mangas, las obras siempre se están retrasando, como sucede en otros frentes. Si a lo anterior le sumamos que el tapar baches al estilo “ai’ mientras llega la próxima lluvia” se ha convertido en el deporte oficial regional, no debemos descartar lo que los mal pensados opinan de este servicio siempre ineficiente: que “alguien” en los gobiernos estatales y locales ha encontrado en el pavimento uno de los negocitos más rentables de la administración pública. Nunca hacerlo bien para siempre invertir dinero en ello.
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Dicen que sobre aviso no hay engaño. Y esta frase popular viene bien para explicar lo que está pasando y va a pasar con la seguridad en la Comarca Lagunera en el futuro inmediato. Nuestros subagentes disfrazados de custodios nos informan que hace unos días, en la reunión del Mando Especial de La Laguna que se llevó a cabo en San Pedro, el comandante Juan Manuel Díaz Organitos les advirtió a todos los jefes de las corporaciones de la región ahí presentes que se pusieran las pilas con sus policías porque la presencia de las tropas de Papá Gobierno Federal no estarían para siempre en estas tierras y que, tarde o temprano, les tocaría a ellos asumir la responsabilidad de cuidar a los ciudadanos. Obviamente el mensaje iba más dirigido hacia los cuerpos policiacos de La Laguna de Durango, específicamente los de Gómez Palacio y Lerdo, en donde entre ambos municipios no suman ni 230 agentes. Como se recordará, desde que las policías fueron desaparecidas ya que el crimen organizado se les había metido hasta la cocina, el Ejército asumió las funciones de vigilancia en las calles de aquel lado del Nazas y hasta se formó una Policía Mixta que no es otra cosa que una policía militarizada, mientras los ayuntamientos recomponían sus corporaciones con ayuda del gobierno provincial. Pero el tiempo ha pasado y no han logrado reclutar la cantidad de elementos suficientes. El problema es que el repliegue de las tropas del preciso Peña Nieto se va a dar en un plazo no mayor a tres meses, tal y como lo anunció ya el Primer Policía del País, Osorio Chong. La gran pregunta es ¿qué va a pasar con la seguridad en la región, sobre todo ahora que se han registrado varios inquietantes hechos delictivos como el del asalto afuera de un cajero automático de Gómez Palacio que terminó en asesinato, ocurrido el fin de semana pasado? La apuesta oficial hasta ahora parece estar en la famosa Fuerza Metropolitana, la cual, por cierto, no se ha visto por ningún lado. O sea, que Dios nos agarre confesados.
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Lo que en principio se vendió como el “gran salto hacia adelante” en la procuración y administración de justicia en la provincia coahuilense, ha quedado en una especie de llamarada de petate. El famoso Nuevo Sistema de Justicia Penal entró en operación en Coahuila hace dos años y el primer municipio en donde se aplicó fue Monclova. Se supone que con este esquema se iban a resolver muchos de los problemas y atorones que en esta materia se tiene en la entidad, por una parte, en la Procuraduría de Justicia que comanda Homero Ramos, por la otra, en los juzgados que dependen del Tremendo Tribunal del Estado. Pero a la vuelta de los meses con todo y las salas de juicios orales y los nuevos procedimientos, los abogados a los que les ha tocado litigar en el cambio de modelo se quejan de que los vicios siguen siendo los mismos y que los agentes del Ministerio Público continúan instalados en las viejas prácticas, digamos, poco ortodoxas, y que ya no caben en el sistema acusatorio que ahora se pretende instaurar en toda la provincia. El problema principal está en que las autoridades ministeriales no fueron debidamente capacitadas para aplicar los nuevos procedimientos y esto lo saben los jueces, pero permiten que sigan anclados en el pasado. Nuestros subagentes disfrazados de peritos criminales nos reportan que un ejemplo reciente de esto es el caso de la mujer que asesinó a su marido en Monclova y que, no obstante que ha confesado el crimen y no se ha retractado, pudiera quedar en libertad por errores en la integración de la carpeta de investigación. Si bien alguna responsabilidad recae en don Homero, que dicen no se preocupó en poner a punto a su gente, la mayor parte se le endosa a Gregorio Pérez Mata, expresidente del Tremendo Tribunal que en vez de capacitar como se debe a la gente, anduvo haciendo tratos con financieras fraudulentas, como Ficrea. Vaya paquete que le dejó a la flamante jefa del Poder Judicial del Estado, Miriam Cárdenas.
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Cuentan que en la recta final de la administración municipal de José Miguel Campillo en Gómez Palacio harta muina ha surgido entre varios funcionarios, de los que quedan, porque muchos ya saltaron como chapulines en pos de un hueso en la próxima elección. La inconformidad se debe a que hace algunos días les llegó a sus oficinas un oficio firmado por el secretario del Ayuntamiento, Régulo Gámez, en el cual se les pide que lleven a cabo una misión especial. Pero no crea usted, esperanzado lector, que se trata de un último esfuerzo para cerrar con broche de oro la administración, o de mantenerse al margen de las campañas y no hacer uso de recursos municipales para beneficiar a algún candidato. No. La necesaria, urgente, impostergable y vital tarea que don Régulo les solicitó es que vendieran boletos para la función de lucha libre que se llevó a cabo en días pasados en el auditorio Centenario en beneficio del DIF Municipal. Pero lo que más incomodó a los funcionarios fue que con la muy atenta solicitud también iba una advertencia severa de que si no vendían todos los boletos, el ayuntamiento se vería en la penosa necesidad de rebajar el faltante directamente de la nómina del servidor público. Ante esto, no pocos se cuestionaron si el alcalde estaría al tanto de este hecho, ya que aplicar el cobro a lo chino implicaría incurrir en una irregularidad, ya que, como se sabe, un empleador sólo puede descontar parte del salario a los empleados cuando se trate de aportaciones contempladas en la ley o previo convenio entre las partes. Los subagentes disfrazados de luchadores dicen que don Pepe no sabía de esta medida y que el secretario Gámez, con tal de quedar bien con la primera dama y presidenta del DIF, Any Mexsen, se vistió de Porfirio Díaz para ordenarles a sus compañeros que vendieran los boletos de marras so pena de ver su chivo reducido si no cumplían. Al ver que en esto ocupa don Régulo sus “cualidades persuasivas”, resulta explicable el porqué de tantos desajustes y desfiguros al interior del ayuntamiento.
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Un intrigante hecho se registró ayer en la apacible Ciudad Lerdo. Un hecho que tal vez pudiera ser es un preludio de lo que pasaría si, como creen los priistas -muy optimistas ellos-, María Luisa González Achem gana la Presidencia Municipal en junio próximo. Y es que el séquito de doña María Luisa citó a todos los medios de comunicación para dar realce al registro de la candidata del PRI y de su planilla. El problema es que ya instalados los reflectores ella brilló por su ausencia y los fotógrafos se enfocaron a darle atención -para justificar el día y la espera- nada menos que a quien busca ser el candidato independiente a la silla presidencial, Fernando Ulises Adame, quien sí se registró. Lo curioso es que del caso de la suspirante priista nadie sabía nada. Al menos nada con certeza, pues las versiones eran varias. Unos decían que ya no tardaba en llegar. Otros que acudiría con la comitiva organizada en el Parque Victoria. Algunos más que ya no iría hasta “nuevo aviso”. El asunto es que no quedó muy clara la razón por la cual la candidata no pudo registrar su planilla en Lerdo y en cambio sí quedaron en evidencia los desacuerdos internos que ya se veían venir desde el momento en que líderes de varias organizaciones priistas no están muy conformes con la designación de la candidata a quien, dicen, no la ven muy fuerte y no se ha mezclado con ellos. Para colmo, comentan, pedía su apoyo, pero no soltaba prenda con los espacios y “huesos” que pudiera ofrecerles. Total que la candidata tuvo que irse hasta la Capital de los Alacranes para cumplir con el requisito que marca la ley. Las lenguas de doble filo aseguran que el motivo real es que no hubo acuerdos en cuanto a la planilla de regidores y que aquello parecía una cena de negros. No obstante el que salió al quite fue el presidente del PRI local, Homero Martínez Cabrera, quien aseguró que el registro en el IEPC de Durango capital correspondía “a disposiciones del PRI estatal” con la finalidad de cumplir con las bases de la convocatoria del proceso electoral. ¿Será?