En medio de los “autodestapes” que en Coahuila se dan un día sí y otro también, comienzan ya a perfilarse varios amarres para decidir quiénes serán los ganones de las candidaturas para la elección de 2017. En el caso del partido tricolor, corre la especie de que, de acuerdo a las encuestas que siguen surgiendo por aquí, allá y acullá, en la recta final de la carrera por el banderín para la gubernatura sólo quedarán dos gallos: el saltillense Jericó Abramo Masso y el torreonense Miguel Ángel Riquelme. Cuentan que el posicionamiento de ambos está muy por encima de los otros suspirantes, además de que sus bastiones se encuentran en las dos principales ciudades de la provincia. No obstante, dicen los que saben, que un factor determinante va a ser al final quién se encuentre mejor colocado en su respectiva plaza, hecho que les servirá como plataforma para lanzarse a la conquista del resto del estado.
En el caso del partido blanquiazul, se menciona que continúan las intensas negociaciones por armar un bloque único opositor, en el cual se integren todos los partidos que no comulgan con el priismo moreirista además de aquellos que pretenden irse “broncos” por la libre. Aunque por el momento no han querido hacerlo “oficial”, los panistas de la cúpula coahuilense quieren que ese bloque opositor lo encabece Guillermo Anaya, quien ya fue candidato y perdió con el actual gobernador. Y la terquedad de volverlo a mandar al ruedo se debe, según dicen, a que en las famosas encuestas aparece como el mejor posicionado, con todo y los negativos que pueda tener. Así, pues, los blanquiazules esperan que el PRD, la UDC, Primero Coahuila, el PT y Movimiento Ciudadano terminen apoyando a don Memo, al igual que el empresario minero-taurino Armando Guadiana Tijerina; el alcalde de la Urbe de Adobe, Isidro López; el munícipe de Monclova, Gerardo García, y hasta el de Acuña, Lenin Pérez, quienes seguirían aparentando ir en la puja para “distraer al enemigo” y aligerar el fuego contra Anaya. Vamos a ver si es cierto. En lo que respecta al municipio de Torreón, por el lado del PAN parece definido que quien se lanzará por la alcaldía de un año con miras a una posible reelección para el período de tres es el senador Luis Fernando Salazar, ya que los otros posibles contendientes están negociando candidaturas a diputados y senadores. Entre ellos figuran el exdiputado Marcelo Torres, el exembajador Jorge Zermeño y el actual diputado local Jesús de León. En donde no está muy claro quién será el ungido para pelear por la minialcaldía es en el PRI, ya que se dice que hasta ahora las sagradas encuestas indican que los mejor posicionados son Shamir Fernández y Verónica Martínez, dirigentes local y estatal del tricolor, respectivamente, lo que da a pensar que la caballada está muy flaca, sobre todo considerando que en la pasada elección local el actual munícipe sólo pudo ganar con el apoyo de los partidos morralla. No obstante, suenan otros por ahí como Antonio Gutiérrez Jardón, secretario de Fomento Económico estatal, y Carlos Román Cepeda (otra vez, aunque usted no lo crea), a quienes, según comentan, les late fuerte su corazoncito, aunque habrá que observar si empiezan a moverse.
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Nos llegan versiones de que el gobierno de Coahuila ha sudado la gota gorda dos veces con el caso del empresario matamorense conocido como “El Mono” Muñoz, quien se encuentra detenido en la Madre Patria acusado de varios delitos por la misma investigación que se sigue contra el Profe Moreira I. Resulta que hace unos días el gober Rubén anunció que haría una reestructura de su gabinete con miras a ahorrarse dinero y así tener más recursos para fortalecer a las corporaciones estatales de seguridad para cuando se vayan los federales de la provincia, tal y como lo anunció el Primer Policía de la Nación, Miguel Osorio Chong. Aunque en principio la medida suena lógica, nuestros subagentes disfrazados de tazas de café del Palacio Rosa nos reportan que el ajuste se debe también a la intención de deshacerse de personajes que pudieran estar vinculados con el detenido y que ocupaban carteras que ahora van a desaparecer, como la Secretaría de Gestión Urbana, en donde, dicen, laboraba un funcionario que llegó a tener algunos negocitos con Muñoz. El segundo momento complicado vino cuando se turnó al Congreso local la primera lista de las personas que serían agraciadas con un fiat notarial cortesía de la Silla Máxima provincial. Y es que en esa primera lista venía el nombre de un familiar de empresario referido, y cuando se dio a conocer su arresto en la Madre Patria, pronto los emisarios del gobierno se movieron para decir que “atrás los fielders” porque le iban a hacer modificaciones a esa lista. Ya la que se terminó por aprobar en la cámara fue una en la que no aparecía el nombre del personaje incómodo, pero vestigios quedaron de la primera intentona. O sea que, alterando un poco el conocido refrán: uno “no sabe” lo que tiene... hasta que aparece fichado en otro país.
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La telenovela que se ha desatado al interior del PAN de Gómez Palacio es, para algunos, la confirmación de que el 5 de junio habrá un voto diferenciado, con un claro apoyo a la aspirante tricolor Leticia Herrera para la alcaldía, pero una votación a favor de José Rosas Aispuro Torres, candidato del PAN Amarillo a la gubernatura. Y es que, según dicen, el anuncio de regidores y el propio expresidente del blanquiazul de respaldo a la priista y rechazo a la candidatura de Pancho León Jr. es apenas el comienzo de lo que se vendrá en próximos días, pues advierten que la desbandada podría ser mayor hasta reforzar esa tendencia de votación. Sin embargo, para otros no es más que el cobro de muchos favores que en pasados procesos electorales doña Lety les hizo a los propios panistas gomezpalatinos pues, según se supo, en días pasados hubo algunas reuniones en las cuales se les “refrescó la memoria” de los compromisos que por esta razón tienen algunos panistas no sólo de esta ciudad, sino también de la vecina ciudad de Torreón. El regidor panista más priista de Torreón, Ignacio Corona; el aguerrido exregidor, Rodolfo Walss; el exdirigente albiazul de Gómez, Gustavo Acosta; el regidor Francisco Raúl Ramírez, y uno que otro edil gomezpalatino fueron convocados a “sumarse” con la posibilidad de asegurar un hueso en la próxima administración. Ya el regidor Ángel Orona había dado una pequeña aunque muy clara señal, al hacer pública su inconformidad por la manera en que se integró la planilla de regidores del candidato a la alcaldía de la alianza “azulamarela” y al asegurar que no se tomó en cuenta la votación de los “auténticos” panistas (como si todavía hubiera de ésos, sobre todo en La Laguna de Durango). Por ahora, el jefazo estatal del PAN en Durango, Juan Quiñones, no quiso soltar prenda en cuanto a una eventual expulsión de quienes ayer dieron su respaldo a la candidata priista, al asegurar que las puertas del partido están abiertas para quienes quieran entrar o salir, pero tal parece que todo se resolverá hasta después de las elecciones del 5 de junio.
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Por otra parte, para muchos observadores de la cosa pública nada sorprende la decisión tomada por el expresidente del PAN gomezpalatino, Gustavo Acosta, de apoyar a doña Lety. Desde hace ya más de 15 días, dicen las malas lenguas, el joven candidato Pancho León Jr. ya no le dirigía la palabra pese a que fue quien lo promovió como tal. El motivo, dicen algunos panistas, es que Acosta se había quejado amargamente de los problemas internos y la mala organización que había por parte del personal en quienes habían depositado su confianza los candidatos Salomé Elyd de Katsicas, quien busca la alcaldía en Lerdo, el mismo Pancho León en Gómez Palacio y el propio candidato a gobernador José Rosas Aispuro. La queja principal de Acosta fue sobre los arranques de campaña que, en comparación con los del PRI, se vieron pobres tanto en Gómez Palacio como en Lerdo, lo que evidenció además la falta de recursos aplicados para este fin. Dicen los que saben que tras los comentarios hechos por Acosta, los panistas de la cúpula en lugar de poner orden e inyectar más recursos tanto materiales como humanos a la campaña tenían la intención de degradar al comité del PAN de Gómez Palacio y convertirlo en mera delegación. Lo cierto es que la desorganización interna del blanquiazul en esta campaña ha sido más que evidente.
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Hasta ahora lo que más ha llamado la atención de la campaña a la alcaldía de Gómez Palacio es el tono que ha usado la candidata priista cuando se refiere al gobierno estatal e, incluso, al candidato a la gubernatura por su propio partido. Si bien doña Lety ha dejado en claro que tiene en alta estima a Esteban Villegas -al menos aparentemente-, por otra parte no desaprovecha la oportunidad para “leerle la cartilla” cuando se refiere a las necesidades que tiene La Laguna y al abandono en el que los que mandan desde la Capital de los Alacranes han sumido por tantos años a la región. En entrevistas y actos públicos, la aspirante a presidir por segunda vez el ayuntamiento de la Antigua Santa Rosa denuncia sin pelos en la lengua la falta de atención de las administraciones provinciales, incluyendo la del actual mandamás, Jorge Herrera. Otra muestra de que en esa relación política no hay mucho cariño que digamos es la reacción de la senadora con licencia cuando se le preguntó qué opinaba respecto a que el gobierno estatal había contratado los servicios de una empresa tecnológica para poner pajaritos en el alambre de medio mundo. Dijo que era reprobable y triste que se recurriera a esos artilugios. Zas. En contraste, don Esteban, tratando de cuidarle las espaldas a quien lo ungió, dijo que los señalamientos debían comprobarse. Tal parece que no se dio cuenta de que WikiLeaks publicó todos los contratos de la empresa con los gobiernos, entre ellos el de Durango. Aún así, con todas sus diferencias, ambos candidatos aparecen juntos y sonrientes en varios espectaculares de la industriosa urbe gomezpalatina. Ah, la política.
