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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

Cuentan que la cosa está tan caliente en la carrera por la unción del candidato a la gubernatura de Coahuila que los amarres, ajustes y jalones de orejas están alcanzando a los municipios periféricos de la zona metro de La Laguna. Por ejemplo, nuestros subagentes disfrazados de tazas de amargo café cuentan que en San Pedro de las Colonias la gente del gober Rubén Moreira tuvo que meter mano para hacer varios cambios en el ayuntamiento debido a que el alcalde de ese municipio, Juan González, andaba engordándole demasiado el caldo al diputado federal, Javier Guerrero, quien suspira por la candidatura estatal. En represalia por la osadía de mantener sus lealtades “equivocadas”, el Palacio Rosa de la Urbe de Adobe ha comenzado a desmantelar su equipo, sacando sobre todo a la gente más afín a don Javier.

Tal es el caso, dicen, de Mirna Nelly Martínez, hasta hace unos días directora del DIF Municipal, para ser sustituida por Aracely Moreno. De forma similar se dio el relevo en el Simas, de donde fue “renunciado” Fernando Jiménez para ceder el cargo a Rogelio Gámez, y que misma suerte tendrá Mario Almeida, director de Fomento Económico. Dicen que estos ajustes son no sólo para ponerle un estate quieto a don Juan, sino también para empezar a acomodar a gente afín al proyecto riquelmista para fortalecerlo en toda la región haciendo trabajo de campo. Y es que la alta probabilidad de que el duelo final al interior del priismo quede entre el alcalde torreonense y el exalcalde de Saltillo, Jericó Abramo, ha puesto a don Miguel a la defensiva ya que su fortaleza en la comarca no es tan grande como la de su posible rival en la Peronera Capital. Incluso se comenta que a esto se debe que el munícipe de la Perla de La Laguna se encuentre, digamos, susceptible ante cualquier cuestionamiento sobre su desempeño ya que considera que le resta puntos en su camino por la candidatura. Tal vez por eso cuando alguien dice algo contra su administración, comenta que en lugar de andar armando “shows mediáticos” mejor lo busquen en su oficina para hablar en cortito. Pero no sólo aquí se anda moviendo la gente del edil torreonense, también en la Urbe de Adobe están haciéndole la lucha para mejorar el posicionamiento solicitando entrevistas frecuentes en varios medios de esa ciudad.

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A propósito de disputas y acomodos, llamó poderosamente la atención de propios y extraños la felicitación que le dirigió el gober Rubén al flamante embajador de México en Cuba, Enrique Martínez y Martínez, quien encabeza un grupo distinto al del mandatario con sus propios intereses y cartas para jugar en la carrera por el relevo provincial. Pero no fue tanto el hecho en sí de que Moreira II le haya deseado buena suerte al exgober coahuilense en su nueva encomienda, a sabiendas de que desde la isla seguirá operando para impulsar los perfiles de su retoño, el delegado de Sedesol, Enrique Martínez Jr.; de José María Fraustro, jefazo del Congreso estatal, o del mismo Javier Guerrero, ya que es de todos conocido que si existe una especie que sabe guardar las apariencias a la hora de la diplomacia, esa especie es el priismo. Lo que llamó la atención es que el equipo de Comunicación Social del gobierno de Coahuila no haya encontrado una foto más reciente en la que aparecieran juntos don Rubén y don Enrique y soltaron al ciberespacio una de diciembre de 2012, es decir, de cuando el segundo apenas había asumido el cargo de secretario de Agricultura. Este hecho llevó a varios a cuestionarse ¿a poco desde entonces no se habían visto para tomarse la foto? Tal vez ahora que Cuba se está haciendo muy amiga de Estados Unidos haya más interés coahuilense de visitar la isla, como lo hubo en tiempos de Moreira I y del exalcalde Eduardo Olmos, y entonces pueda actualizarse el acervo fotográfico atrasado.

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Dicen por ahí que cara nueva, viejas mañas o, lo que es lo mismo, genio y figura hasta la sepultura. Esto es lo que parece estar ocurriendo con el casi recién lanzado cuerpo de seguridad Fuerza Coahuila, con el cual el gobierno estatal pretende mejorar la vigilancia de toda la provincia y el combate al crimen sin afectar los derechos humanos de los sufridos ciudadanos. Los subagentes disfrazados de postes de alumbrado sin luminaria comentan que algún cálculo no salió bien o alguna palanca falló ya que se tuvo que dar el primer cambio en la comandancia operativa en La Laguna que hasta ayer estaba a cargo de Tomás Carlos. Aunque hasta ahora no se ha dado la explicación oficial de la salida, y probablemente no se dará nunca, los subagentes creen que puede estar relacionada con el estilo de liderazgo que ejercía el hoy defenestrado jefe. Cuentan que entre las sutiles órdenes que daba estaba la de exprimir a los automovilistas incautos cuando sus subordinados le pedían recursos para la gasolina necesaria para realizar sus patrullajes. Dicen que la respuesta era tajante: “no me pidan a mí, agarren a alguien”. Además de esto, cuando le informaban de la descompostura de las unidades, solía ordenar que fueran a los yonkes a “pedir prestadas” las piezas que hicieran falta y que le echaran mecánica para arreglar los vehículos a su cargo. El problema es que para todo eso el comandante contaba con recursos suficientes asignados desde la oficina central de Saltillo, pero que misteriosamente nunca alcanzaban para mucho, al menos, cuando de la corporación se trataba. A ver si con el relevo que supuestamente se acaba de dar se quitan esas mañas que, por lo visto, ni con el cambio de nombre se han podido eliminar.

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Las propuestas en las campañas para la gubernatura de Durango son tan escasas que hasta los principales candidatos, Esteban Villegas y José Rosas Aispuro, se “pelean” la autoría de algunas de ellas, tal es el caso de la construcción de un C-4 o C-5 para Gómez Palacio. Y es que durante la presentación de su plan de trabajo para La Laguna el pasado jueves, el candidato del PRIVer et al dijo a los asistentes que uno de sus principales compromisos es la construcción de un Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo, conocido como C-4, para mejorar en el tema de seguridad. Incluso dijo que ya se había formalizado ese compromiso y lo dio como un hecho (claro, si es que gana). Pero ayer, el abanderado del PAN Amarillo, a través de su cuenta de twitter, dijo que el C-5 lo usará para la seguridad de los duranguenses y “no para escuchar con quién hablan; reforcemos la seguridad, basta de espiar a Durango”. ¡Zas! La realidad es que desde mediados de febrero pasado, el gobierno provincial de Jorge Herrera dio a conocer que la Federación aprobó un presupuesto de 450 millones de pesillos para la construcción y equipamiento de un nuevo C-4 para este municipio. Parte de ese recurso se destinará al equipamiento de la ciudad con más de 250 cámaras de videovigilancia en cruceros y vialidades, como una especie de “Gran Hermano”. En una de sus visitas a estas olvidadas tierras de la comarca, don Jorge dijo que posiblemente ese recurso se aplicará en ampliar el C-4 que ya se tiene en el Cerro de la Pila, pero desconoció la fecha en que la Federación liberará el presupuesto. O sea que los candidatos están ofreciendo como promesa de campaña la misma gata ya anunciada por el gober Herrera, pero revolcada.

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Como aquella famosa criatura monstruosa creada por el doctor Frankenstein a partir de miembros de otros cuerpos se percibe al priismo de la apacible Ciudad Lerdo, donde entre las uniones de los diferentes sectores quedan espacios para las fugas de información y hasta de integrantes del partido. La vieja guardia tricolor se pregunta: “¿qué clase de partido permite que sus miembros hagan campaña para candidatos de otras afinidades políticas, sin que nada pase?”. Los subagentes disfrazados de matracas tricolores arrumbadas cuentan que las decisiones arbitrarias y las negociaciones arrebatadas no han permitido terminar con el pique entre la expresidenta del PRI local, Jacqueline del Río, quien aspiraba a la Silla Máxima del Ayuntamiento, pero se tuvo que conformar con la candidatura a una diputación local, y María Luisa Gónzalez Achem, candidata a la alcaldía. En la pasada sesión de Cabildo al dirigente del PRI de Lerdo y coordinador de la fracción de regidores, Homero Martínez Cabrera, le hicieron ver lo que podría ser la próxima ofensiva de la oposición -o del fuego amigo-, pues le señalaron que para todos es evidente que, sin respetar horarios, se cambia la camiseta de regidor por la de presidente de partido. Y es que don Homero, muy quitado de la pena, despacha a horas hábiles desde el PRI o carga en sus redes sociales propaganda electoral. Si esa es la lógica que impera y si la apuesta es a que nada pase, sólo así se puede entender que las metidas de pata se presenten cada día en las campañas lerdenses. Por citar un ejemplo de esta semana, la candidata María Luisa, fiel a su estilo, volvió a llegar tarde a un acto convocado por el candidato a la gubernatura del PRIVer, Esteban Villegas, quien sólo entró acompañado de Leticia Herrera, aspirante a la alcaldía de Gómez Palacio. Para acabarla de amolar, dicen que de la manera menos discreta posible entró doña María saludando airadamente a pesar de que el invitado de honor ya hacía uso de la voz. Pero esos detalles parecen no alarmar a nadie, ni siquiera a sus asesores. A ver si continúan tan despreocupados un día después de la elección.

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