Cuentan que de forma harto misteriosa, se ha ido cayendo el ímpetu que traía el ayuntamiento de Saltillo, encabezado por el panista Isidro López, para proceder contra la empresa Unipolares, propiedad del Profe Humberto, por no contar con permisos y demás papelería, aunque la suficiente para justificar ante la Audiencia Nacional la vida tranquila que llevaba el exgobernador en la Madre Patria. Y es que en un principio, la gente de don Chilo parecía muy enjundiosa a la hora de emprender procedimientos ante el juez municipal para obligar a la empresa de espectaculares, que llegó a ser contratada por la actual administración estatal, a operar en regla.
Pero resulta que, según nuestros subagentes disfrazados de computadoras desvencijadas, de unos días para acá los encargados de llevar el caso se han desaparecido del juzgado y no han entregado la documentación necesaria para concretar el proceso de sanción, que lleva ya varios meses parado. Dicen las lenguas viperinas que esto se debe a “los pellizcos” que han recibido algunos funcionarios para que dejen de insistir en fastidiar el modus opulenti -perdón, vivendi- del expresidente nacional del PRI. Y es que, dicen, además del diputado local priista Francisco Tobías, han aparecido otros personajes de inquietante pasado que se ostentan como “representantes” de la empresa de marras. Ante estos extraños acontecimientos, la gente de don Chilo habría optado por pasar el expendiente Humberto de la parte de arriba del escritorio al tercer cajón de al fondo a la derecha. No vaya a ser.
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Frente a las arremetidas de la incómoda prensa provincial respecto a asuntos peliagudos como la megadeuda y los tratos, digamos poco sutiles, que suelen prodigar los elementos del mismo GATE pero revolcado, o sea, la Fuerza Coahuila, los funcionarios estatales han tomado la ruta de no convocar a los actos oficiales a los reporteros más preguntones. Es decir, los servidores públicos prefieren rodearse sólo de “amigos” que les hacen plantemientos que les permiten explayarse sobre lo grande y hermoso que está Coahuila gracias a la labor del H. Ejecutivo Estatal. Uno de ellos es el secretario de Gobierno, Víctor Zamora, de quien se dice que hasta selecciona quién sí y quién no puede acudir o acercarse hasta donde él está para lanzarle un cuestionamiento. Esta actitud ha generado inconformidad entre algunos representantes de la prensa estatal y nacional que han acusado a los representantes del gobierno provincial de discriminación ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, organismo que supuestamente está revisando el caso. Sin embargo, don Víctor le ha dado la vuelta a la tortilla y ha utilizado esta queja para ya no conceder entrevistas a nadie bajo el argumento de que “no se vayan a sentir los que piensan que los hacemos a un lado. Bastante conveniente para ellos. Mientras tanto, las preguntas se siguen acumulando y, por lo visto, no encontrarán respuesta en un buen rato.
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Hacerle la competencia a la Lotería Nacional o a Pronósticos se ha puesto en boga entre los políticos coahuilenses que aspiran a alguna candidatura con la idea de verse buena onda con el electorado. En los últimos días han proliferado en las redes sociales y páginas de internet los concursos y sorteos organizados por ocupantes de cargos públicos para que la gente se enganche con ellos y llegue a pensar que son a toda m... como para votarlos en una elección (votarlos, no botarlos). Por ejemplo, con motivo del Día de la Madre, la senadora priista Hilda Flores, suspirante a la candidatura para la Silla Máxima del Palacio Rosa, regaló seis viajes a Cancún, Puerto Vallarta y Mazatlán, todo incluido, de cuatro días y tres noches. Enrique Martínez Jr., delegado de Sedesol y también suspirante de la grande del Estado, no se quiso quedar atrás y puso a concursar a sus seguidores por una serenata y un cabrito para festejar a las mamás. Y esta semana, Shamir Fernández, curuleco local y dirigente municipal del tricolor en Torreón, aprovechando la santosmanía activó un sorteo de tres playeras oficiales del “Equipo de Todos” y un paquete de carne para asar. Tal parece que los políticos de esta entidad están más preocupados en ser recordados por lo que “regalan” (hay que ver si con dinero de su bolsa) que por las propuestas o soluciones que ofrecen desde sus cargos, por los cuales ganan bastante bien. De esas cosas curiosas que pasan por estos lares.
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Aunque las H. Autoridades Locales dicen que el colapso parcial del puente Villa Florida en el Periférico de Torreón se debió a una “falla estructural interna” atribuible sólo a la obra construida hace más de dos décadas, las malas lenguas que le inteligen a los asuntos de la ingeniería civil dicen que el asunto puede ir por otro lado. Cuentan que por la ubicación de las columnas que registraron un asentamiento, la falla podría estar relacionada con una obra que se llevó a cabo entre el final de la administración estatal anterior y el inicio de la actual. Se trata del túnel inferior que se construyó para darle más fluidez al crucero de la vía Raúl López Sánchez y la autopista a San Pedro. Y da la casualidad de que esa obra estuvo a cargo de Gerardo Berlanga, entonces subsecretario regional de Obras Públicas del Estado, y actual encargado de la misma cartera pero a nivel municipal. Berlanga, respaldado por su patrón don Miguel, ya dijo que van a realizar una revisión a detalle de la falla para obtener un dictamen más certero de las causas y sobre la base del mismo determinar las medidas a aplicar. Pero dicen los que saben que, en virtud del antecedente, el director de Bodas -perdón, Obras- Públicas no debería participar en la inspección y en la elaboración del dictamen, de lo contrario representaría un posible conflicto de interés, porque haría las veces de juez y parte. Comentan que lo recomendable es que se lleve a cabo una auditoría técnica externa integral que abarque no sólo la estructura del puente Villa Florida, sino también el túnel para ver si en verdad tuvo algo que ver o son meras elucubraciones o de plano mala leche de sus detractores. Claro que ante el riesgo de salir raspados, la revisión quedará en manos del ayuntamiento, con lo que más que una investigación se trataría de un mecanismo de control de daños.
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Comentan que la falta de coordinación y la mala comunicación que se ha evidenciado entre los mandos de la seguridad regional está dejando hueco a los malandros y malandrines que parecen querer regresar por sus fueros. En las últimas semanas se han suscitado algunos hechos inquietantes que han obligado a algunos agudos observadores a prender las alarmas. Uno de ellos tiene que ver con el temor que sienten los socorristas de la Benemérita Institución de salir por las noches a atender a los lesionados de accidentes y demás sucesos. Y es que los jóvenes que se dedican a auxiliar en las calles a los que caen en infortunio se han llevado tremendos sustos cuando de pronto se les aparecen en la zona metro de La Laguna sujetos armados a bordo de camionetas que les indican de forma, digamos poco amable, que se deben retirar del lugar cuanto antes. Por otra parte, los homicidios con el sello del hampa han aumentado en los últimos días y se están registrando ya en ambos lados del río. El incendio de un restaurante en Gómez Palacio es otro motivo de preocupación ya que, según las versiones de testigos, el siniestro fue provocado intencionalmente. En medio de estos signos de alerta, los jefazos de las corporaciones municipales de seguridad y el propio Mando Especial no se ponen de acuerdo en cómo debe ser la vigilancia de la región para evitar que el crimen organizado resurja y ponga a todos con el Jesús en la boca como hace todavía tres años. Para acabarla de amolar, la relación entre los gobernadores Jorge Herrera y Rubén Moreira parece estar en su punto más frío, cosa mala por donde quiera verse, sobre todo porque la tan presumida Fuerza Metro no ha reportado hasta ahora los resultados esperados. En fin, sólo queda rezar y confiar (aunque sea ciegamente) en que todo está bajo control, como siempre dicen nuestras H. Autoridades.