Hartas suspicacias ha levantado el gran despliegue policiaco que Torreón realiza desde la noche de ayer con motivo de la ley seca electoral en el vecino estado de Durango. Y es que supuestamente para cuidar que los automovilistas no se crucen de un municipio a otro en estado inconveniente, o sea, con ingentes cantidades de bebidas espirituosas en su entraña, el ayuntamiento de Torreón dispuso de 100 patrullas -sí, 100- para vigilar los límites de la Perla de La Laguna con Gómez Palacio -¿y el resto de la ciudad?. Como se sabe, la situación peculiar de división estatal de la región propicia que los fieles seguidores de Baco brinquen el lecho seco del Nazas para no suspender sus libaciones rituales cuando en su entidad hay elecciones y, en consecuencia, ley seca. Presuntamente para evitar que haya accidentes en este cruce, las autoridades municipales revisarán las condiciones de los conductores en los puentes hasta las 2 de la tarde del domingo, hora en la que termina la venta de alcohol.
Lo inédito de este operativo ha generado el surgimiento de voces amantes del sospechosismo que dicen que, una de dos: o las autoridades torreonenses quieren hacer su agosto en junio aplicando multas a granel a los automovilistas beodos (que por supuesto habrá), o temen que algo extraño suceda el día de la elección. En descargo de esto último llamó la atención que a la reunión de coordinación del operativo acudió hasta el secretario de Gobierno de Coahuila, Víctor Zamora, de quien pocos creen que se muestre tan interesado de pronto en un asunto municipal de borrachines al volante. Para complicar aún más el cuadro, se han soltado especies inquietantes de que hay gente en Durango capital que, a través de volantes falsos del INE, está infundiendo temor entre el respetable con el objetivo de que los simpatizantes de la oposición no salgan a votar, ya que se espera que en esa ciudad la batalla esté muy cerrada. Ante esto, los panistas y perredistas han denunciado los hechos y han solicitado la presencia del Ejército o la Marina para que patrullen las calles y eviten hechos que puedan asustar al electorado. Pero también los priistas han hablado de la presencia de grupos de choque, llegados -o por llegar- de otros estados, que tendrían la intención de amedrentar a las clientelas tricolores en regiones como La Laguna, en donde se definió hace seis años la elección que le dio el triunfo a Jorge Herrera. ¿Responderá a esto último el amplio despliegue que aplica Torreón en su frontera con Gómez Palacio? Mañana se despejarán esta y otras intrigantes dudas.
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Ya entrados de lleno en la política electoral, dicen las lenguas de doble filo que el Primer Policía del País, Miguel Ángel Osorio Chong, se quedó corto en sus declaraciones y calificativos respecto a las campañas que -aleluya- terminaron el miércoles. Don Miguel dijo que habían sido “las más despiadadas de todos los procesos electorales”, lo cual ya es mucho decir. Pero al ver la cantidad de acusaciones, denuncias, filtraciones y demás lindezas, decir despiadadas es lo más parecido a un eufemismo. Aunque Veracruz se convirtió en el catálogo de lo que se puede llamar una auténtica campaña sucia, en donde todos los actores de la misma cogieron la inmundicia y la arrojaron al abanico para que salpicara a todos lados, ningún estado se salvó. Y aún terminadas las campañas, como si no hubieran llenado, la guerra de lodo continúa. Tal es el caso de Durango, en donde ayer circuló otra de esas grabaciones de supuestas llamadas telefónicas obtenidas a través del espionaje que ya nadie siquiera simula investigar. Pero ahora no fue Esteban Villegas, suspirante del PRI Verde a la gubernatura, el exhibido, sino su contrincante José Rosas Aispuro, suspirante del PAN Amarillo. En el audio presuntamente se escucha al expriista hablando con dos personas distintas del blanquiazul sobre la supuesta entrega de apoyos y propaganda al candidato independiente de Lerdo, Fernando Ulises Adame, por parte de la gente del “Güero”, lo cual habría provocado enojo y desánimo entre los panistas lerdenses que apoyan a Salomé Elyd. Los adversarios de Rosas Aispuro capitalizaron esta nueva “filtración” para vender la idea de que había vuelto a “traicionar” a los suyos ya que estaba “desesperado”. Vaya nivel de elección. Pero también el dicho de Osorio causó extrañeza debido a la distancia con la que habla del tema, como si su partido no le hubiera entrado al chiquero llamado campaña. Incluso, hasta llegó a decir que él no entiende así la democracia. ¿Entonces cómo?
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Cuentan que tal y como lo hicieran hace varios ayeres los funcionarios panistas de Torreón desempleados una vez terminada la administración, los servidores públicos priistas de Gómez Palacio tienen la intención de formar parte de la nómina municipal de Lerdo que tanto dice cuidar el alcalde saliente Luis de Villa, y que esperan con ansia descuide María Luisa González Achem, en caso de que salga electa para sentarse en la silla municipal. Y es que cuentan los subagentes disfrazados de vendedores de nieve Chepo que muchas caras conocidas que todavía cobran -perdón, trabajan- en la administración de José Miguel Campillo se vieron muy enjundiosas haciendo campaña en Lerdo a favor de los candidatos del tricolor. Se dice que entre los más activos figuraron los empleados de Atención Ciudadana, Instituto de la Juventud y Desarrollo Social, esta última dependencia fundamental a la hora de sacar a la clientela a votar. Usted se preguntará con razón por qué hacen en Lerdo lo que deberían hacer en Gómez Palacio. Ah, pues porque esperan que, de llegar Leticia Herrera a la alcaldía, lo haga con la guadaña muy bien afilada para darles las “gracias” a todos los que no pertenecen a su equipo o que no hayan hecho los suficientes méritos. Así es que, por lo tanto, no pocos están ya alistando sus maletas para mudarse a Lerdo en caso de que el voto beneficie al tricolor. No obstante, las malas lenguas aseguran que doña María Luisa ya tiene demasiados amarres dentro de lo que sería su equipo de trabajo y que, por lo tanto, muy poco espacio queda para posibles exiliados de Gómez Palacio. Claro que falta ver si Salomé Elyd de Katsicas, aspirante del PAN, no les mete un susto a todos.
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Corren versiones de lenguas maliciosas de que en las oficinas regionales de la Comisión Nacional del Agua con sede en Torreón han comenzado a surgir voces que señalan tratos digamos poco atentos por parte del titular, Emilio Rangel y de la encargada del área de Comunicación Social y Cultura del Agua, Ana Garza. Y es que, según dicen los subagentes vestidos de escritorios, en el primero de los casos, el funcionario, quien se hace cargo del organismo de Cuencas Centrales del Norte desde inicios de este año, es lo más parecido a un extraño para quienes ahí laboran, pues sólo se le ve los días miércoles y jueves mientras que el resto de la semana no se aparece ni por accidente. Y es que según refieren los mismos informantes, dicho funcionario radica en Monterrey donde pasa la mayor parte del tiempo mientras que el cargo que le asignaron lo atiende con poca frecuencia. En cuanto a la titular de Comunicación Social, se ha comenzado a ganar el resentimiento de quienes buscan hablar con el jefazo, dicen que porque estableció una política “sui generis” en la cual sólo los atiende a una hora determinada del día, tanto para proporcionarles información como para gestionar entrevistas con los encargados de la dependencia. ¿Será?
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Y en Matamoros, comentan que en mentirijillas terminó el apoyo a todos los meloneros que tanto ha presumido el alcalde Raúl Onofre desde el año pasado al habilitar un centro de empacado en un antiguo despepite que hoy es edificio de gobierno. Resulta que el edil dijo que se gestionaron recursos con la Federación para la construcción de un cuarto frío y la compra de una báscula y lavadoras de melón para que las instalaciones pudieran ser utilizadas por los siempre sufridos meloneros. La idea que vendió en principio fue que sólo se cobraría a los productores una modesta cuota de recuperación para gastos de servicios y mantenimiento. Incluso se habló de un centro de monitoreo de precios para evitar que los meloneros malbarataran su producto. Se creó una asociación para dejar fuera a los coyotes y empacadores que suelen exprimir a los campesinos. En fin, parecía todo un sueño que no a todos convenció. Pero hace unos días, Jesús Zárate, mano derecha de don Raúl en este proyecto soltó toda la sopa luego de que empezaron a correr varios rumores de acaparamiento de las instalaciones. Dijo que él como representante de la asociación de productores “José María Morelos y Pavón” había solicitado el préstamo de más de un millón de pesos para la construcción del cuarto frío y las lavadoras, y que ahora sí cada quien velaba por los intereses de sus agremiados. Incluso dijo que había negociado el alcalde un contrato para utilizar la bodega en donde se colocó toda la infraestructura por 10 años, porque así se lo exigía la Sagarpa para autorizar el crédito. Esta confesión causó asombro entre propios y extraños ya que se había supuesto, por versión del propio ayuntamiento matamorense, que el recurso lo había bajado el alcalde. Pero lo más sorprendente es que lo dicho por Zárate sugiere que a un particular se le dejó construir una planta prácticamente privada en un edificio público. Al darse cuenta de que había metido no una sino las dos patas, don Jesús trató de componer la situación sin éxito. Los productores que no se creyeron la fantasía que les había ofrecido Onofre como solución a sus problemas, pudieron confirmar que hicieron bien en desconfiar ya que el mentado proyecto terminó, a su parecer, en un enjuague para beneficiar a no más de 15 productores, cuando en el municipio hay más de 600. Pobre Matamoros.
