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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

La gran novedad en la Perla de La Laguna ayer fue el banderazo de Uber, la empresa que ofrece el servicio de transporte privado a partir de una aplicación de teléfono móvil. Y como se esperaba, a la luz de la creciente tensión que se había venido manifestado, la jornada estuvo accidentada debido a que los agentes de Autoransporte, comandados por el cetemista Marco Mora, y apoyados por los de Vialidad y Seguridad Pública, salieron a cazar a los conductores. Para cuando comenzaron a caer los incautos “socios” de la empresa californiana en las garras de los oficiales e inspectores, varios se preguntaban ¿cómo es posible que las H. Autoridades Municipales, que siempre se hacen de la vista gorda con los “onappafos” y taxis “pirata”, hayan sido ahora tan eficientes para detectar a los autos Uber si estos carecen de identificación y cuentan con placas particulares?

Ah, pues la respuesta la dieron los mismos conductores y usuarios a través de redes sociales, en donde denunciaron que básicamente lo que estaba haciendo la autoridad es poner “cuatros” a los conductores. ¿Cómo? Un poco a la manera de los subagentes que brindan información al 007: disfrazados de usuarios. Dicen que personal administrativo de Autotransporte Municipal recibió órdenes de descargar la aplicación para solicitar viajes y una vez que abordaran la unidad, informar vía mensajes a sus superiores para que éstos dieran las instrucciones de detener los autos. La actitud del ayuntamiento de Torreón generó hartas críticas entre propios y extraños e incluso contrastaron la postura en Torreón con la de Saltillo, donde el alcalde panista Isidro López aseguró que el gobierno municipal no tenía facultades legales para actuar contra los conductores de Uber ya que, consideró, es un tema estatal y hasta federal.

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El asunto del Rastro Municipal de Torreón se está convirtiendo en uno de esos extraños rompecabezas en donde las piezas no cuadran y no precisamente por defectos de fábrica. Como nuestros subagentes disfrazados de chanchos listos para el matadero nos informaron hace unos días, el 31 de julio se venció la prórroga que la Sagarpa le dio al administrador del Rastro, Juan Antonio Cabello, para cumplir con todas las observaciones y evitar así perder el registro TIF. Y todo parece indicar que el tiempo se les vino encima y no alcanzaron a terminar las obras programadas. Dicen que el problema está en la forma por demás extraña que el ayuntamiento anunció los recursos y licitó los trabajos. Resulta que en agosto de 2015 la H. Autoridad Municipal firmó un convenio con Firco para entrar a un esquema de peso por peso hasta sumar alrededor de 23 millones de pesillos. Y aunque el convenio fue aprobado por los regidores y toda la cosa, unos cuantos días después de su discusión y votación en el Cabildo el tesorero Enrique Mota envió un escrito a los representantes de Firco diciéndoles que “dice mi mamá que siempre no” vamos a participar en el esquema. No obstante, don Quique propuso al Cabildo una modificación del Presupuesto de Egresos de 2015 para incluir la inversión de los 23 millones. Luego, tras dos meses de pasividad, en enero del presente año salen con una licitación para la modernización del rastro pero ahora por un monto de 10.6 millones de pesos, es decir, poco menos de la mitad de lo previsto originalmente. La obra se supone que comenzó en febrero, sin embargo los pagos comenzaron a atrasarse misteriosamente y la empresa asignada, a enfrentar problemas para avanzar en los trabajos. Cuando para mayo y junio algunos ediles y el mismo administrador empezaron a preguntarse qué estaba pasando con las obras, pero sobre todo con el dinero, dicen que la respuesta en los pasillos del Edificio Más Caro de la Ciudad fue: “desde abril, el tesorero no tiene ni un peso”. Y como sabían que no iban a terminar en tiempo, cuentan que el mismísimo alcalde Miguel Riquelme le habló al delegado de Sagarpa, José Armando García, para pedirle una prórroga que se venció el fin de semana pasado sin que se haya cumplido con las observaciones. Dicen por ahí que don Pepe ya mandó a sus inspectores de Senasica para que elaboraran un informe y sobre la base de éste determinar qué procede: si se le aplica una suspensión temporal, como la de diciembre, o de plano se le retira al Rastro su calidad TIF, lo cual metería en serios aprietos a los introductores de ganado. Y para meter más intriga a todo esto, no existe concordancia entre lo dicho por Sagarpa y lo reportado por la Tesorería respecto a la sanción aplicada a finales del año pasado, ya que mientras el delegado García dice que sólo fue la suspensión sin multa económica, el tesorero Mota jura y perjura que también le tumbaron una lana. O sea, ¿dónde quedó el dinero? El de la multa y el faltante de la inversión. Vaya lío.

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Y ya que hablamos de líos, parece que en el PAN ya se les hizo bolas el engrudo con la designación de la persona que va a suplir al panista más priista de Torreón, Ignacio Corona, luego de que éste pidiera licencia para irse, dicen, a cumplir ciertos encargos en la administración municipal tricolor de Leticia Herrera en Gómez Palacio que está por arrancar. Nuestros subagentes disfrazados de escritorios nos reportan que hasta ayer nadie se había presentado a reclamar el puesto o, al menos, hacer como que le interesa ocupar el lugar vacío de don Nacho una vez que el Congreso local apruebe la licencia. Cuentan que esto se debe a que no está claro el procedimiento que se debe seguir ni quién lleva mano a la hora de las decisiones. Unos dicen que a quien le corresponde asumir el cargo es a la persona que apareció como compañera de fórmula de Corona. Otros, entre ellos el jefe de la bancada blanquiazul en el Cabildo, Sergio Lara, comentan que se debe revisar la lista completa de suplentes y de ahí sacar al elegido. Gran parte de embrollo se debe a la forma atropellada como llegó don Nacho a la planilla del excandidato a la alcaldía, Jesús de Léon, casi a última hora y con problemillas en los procedimientos. El tema no es menor, ya que con la salida de regidor “prianista” quedan vacantes presidencias y secretarías de comisiones importantes, como la de Agua, Movilidad y Servicios Públicos, en las cuales el edil ahora licenciado siempre mantuvo una postura muy conveniente para la administración municipal, según comentan. Y los enterados aseguran que el agarrón va a estar de a peso porque seguramente quien quede en la regiduría va pedir que les respeten las posiciones en dichas comisiones, pero ya hay otros panistas del Cabildo que las andan peleando. Así que pudiera darse una miniguerra intestina que en estos momentos previos al arranque del proceso electoral 2016-2017 no convienen al PAN.

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Del otro lado del Nazas, se oye que el exipeco Tomás Galván ha sufrido una auténtica transformación desde que fue nombrado delegado de Secope en La Laguna de Durango. Y es que cuando estaba de este lado de la barrera, como integrante de varios organismos empresariales, don Tomás no sólo cuestionaba con ahínco varias de las decisiones de los gobiernos de la Comarca Lagunera, sino que además era muy accesible a la hora de dar entrevistas y opinar prácticamente de todo, que es un deporte muy practicado por los grillos de las cámaras empresariales. Resulta que ahora, según comentan las malas lenguas, es más probable sacarse la lotería que concertar una cita o entrevista con él. Sobre todo ahora que hay muchas quejas y dudas por las obras que tiene pendientes el agonizante gobierno de Jorge Herrera en La Laguna, tales como el Paseo Independencia, la pavimentación de calles en Lerdo, el parque La Esperanza, entre otras. Incluso, dicen, en el caso del paseo “eterno” que no tiene para cuándo terminar, quien ha tenido que salir al quite es Fernando Uribe, director de Obras Públicas del Municipio, ya que don Tomás es muy aficionado a hacerse ojo de hormiga. Parece que del otro lado de la barrera las cosas se ven bastante diferentes, tanto que para él es mejor guardar distancia y silencio. En fin.

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No todos los ex regidores panistas que muy animados renunciaron a su partido para integrarse a la campaña de Leticia Herrera han visto color en su aspiración de ocupar un cargo en el trienio que empezará el primero de septiembre, aunque todavía faltan muchas cosas por decidirse y en ese lapso podrían verse favorecidos con el tan anhelado “hueso”. Quienes dicen estar seguros de prenderse de la ubre del erario municipal son Francisco Raúl Ramírez, a quien se le menciona como titular de la Oficina de Enlace con la Secretaría de Relaciones Exteriores; el ex dirigente del PAN, Gustavo Acosta, que ocupará la Dirección de Ecología; de Joshua Cruz Aragón se dice que podría ocupar la jefatura del departamento de Parques y Jardines, mientras que Jacqueline Santos es prospecto para hacerse cargo de la Procuraduría de la Defensa de la Mujer. Quienes hasta ahora se han quedado como los chinitos son los ediles Ángel Orona Gallardo y Hassan Chaúl..

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Y mientras se da el cambio de administración, los sobrevivientes rebollistas empiezan a padecer los efectos de la “transición” del grupo en el poder, tal es el caso del titular del Sideapa Rural, Carlos Martínez Padilla, mejor conocido en el bajo mundo de la política como “Chente Pitazos” a quien, según cuentan los subagentes, el próximo director del Sideapa, Adelmo Ruvalcaba, ya le pidió que antes de renunciar entregue la nómina para dejar fuera a tres o cuatro familiares que durante los tres años logró acomodar con buenos sueldos y mínimas responsabilidades. Y es que está por demás dicho que la nueva administración quiere deshacerse de todo lo que tenga que ver con los Rebollo, de ahí que funcionarios como Miguel Pérez de la Expoferia, Luis Humberto Tovar de Educación, Alfredo Robles de Desarrollo Social; Juan Moreno del Instituto de la Vivienda; el Oficial Mayor, Ricardo Díaz y otros más, no tengan ninguna posibilidad.

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