Sin tantos reflectores como los que ha acaparado Armando Guadiana, suspirante por la Silla Máxima del Palacio Rosa por el partido de la Morena del Peje, en su pleito con el exgobernador Humberto Moreira, el ayuntamiento de Saltillo que encabeza el panista, y también suspirante, Isidro López, se está dando un buen agarrón con la empresa Unipolares, propiedad del Profe Bailarín. Como ya lo habían informado nuestros subagentes, el ayuntamiento promovió una serie de sanciones en el Tribunal de Justicia Municipal de la Urbe de Adobe contra la empresa publicitaria por incumplir con el reglamento. Luego de un largo estira y afloja, el juez municipal determinó que la sanción procedía y que la empresa debería pagar poco más de medio millón de pesillos, o sea, como quitarle un pelo al gato. No obstante, los representantes de Unipolares no estuvieron de acuerdo y manifestaron abiertamente su inconformidad, pero el juez les dijo que, con la pena, tenían que apoquinar.
No conformes con la respuesta, los afectados acudieron muy molestos a la Presidencia Municipal para hablar con el mismísimo “Chilo” López. Pero para maldita la cosa, el munícipe saltillense tenía otras ocupaciones -como regar las plantas de su oficina- y no los pudo recibir, cosa que motivó la indignación de los manejadores del teórico negocio de don Humberto. Dicen que en el Ayuntamiento y el Tribunal están convencidos de que no van a perdonar esa multa, por lo que a la empresa no le va a quedar de otra que presentar un amparo. Si a este nuevo caso le sumamos los que el exmandatario estatal ha abierto por daño moral podemos deducir que los ánimos pendencieros no han amainado ni tantito.
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Corre la especie de que el gobierno de don Rubén ya está preparando la enésima gira por el Lejano Oriente, de esas que realizan dándole la vuelta al mundo. Pero dicen que este viaje será algo especial, un poco distinto. Y es que en el paquete de lugares a promocionar para captar inversiones estará el municipio de Allende, al cual pretenden vender a los ojos y gusto de los coreanos, siempre tan ávidos de nuevos sitios en dónde depositar sus dineros. Tal vez para muchos esto no resulte extraño, pero para los memoriosos como usted, amigo lector, el nombre de ese municipio seguramente le suena. Pues sí, se trata del mismo municipio en donde hace cinco años se cometió lo que a voz de propios y extraños es una de las peores masacre en la historia reciente del país. Según cifras extraoficiales en ese lugar fueron desaparecidas y asesinadas 300 personas, aunque hasta el momento el gobierno provincial sólo reconoce alrededor de 30. Algunos dirán, como dice la propia administración estatal, que eso ya es cosa del pasado. Y tienen razón. Pero resulta que el caso ha resurgido con fuerza en los últimos meses a la luz de los juicios que se siguen en la Corte Oeste de la Hermana República de Texas, y en donde han salido al sol más trapitos sucios. El caso incluso ha acaparado la atención de medios de comunicación de las tierras del Tío Sam que han publicado en estos días reportajes con santo y seña de lo ocurrido en Allende. Con esta mala fama que se carga aún el municipio que, a decir de algunos pobladores fue entregado como pasto de las llamas de los cárteles, el gobierno de Coahuila tendrá que hacer una labor muy fuerte de convencimiento para que los coreanos se muestren interesados en instalar alguna de sus empresas en pueblo con una historia que nada el pide a las del Salvaje Oeste.
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Cuentan que las tres elecciones estatales que se llevarán a cabo en junio de 2017, y que serán el preludio de la federal de 2018, ya tienen nombre. Se llaman la Buena, la Mala y la Fea. La Buena es la del Estado de México, en donde nunca ha gobernado otro partido que no sea el PRI y en donde actualmente lleva las riendas Eruviel Ávila, quien ha sabido cubrirle muy bien las espaldas a su antecesor, el preciso Peña Nieto. Se trata, con mucho, de la entidad más importante que estará en juego el próximo año, ya que cuenta con el padrón electoral más grande de todo el país. Para los priistas esa elección será de vida o muerte, ya que luego de las derrotas en Veracruz y Puebla este año y la de Nuevo León el año pasado, perder el Edomex sería prácticamente darse por vencidos para la elección presidencial de 2018. Dejar de manejar ese presupuesto los pondría en una posición harto difícil. La Mala es Nayarit, donde alguna vez ya ha gobernado la oposición -el PAN-, aunque actualmente lo hace el PRI en la persona de Roberto Sandoval. Y dicen que es la Mala porque el padrón electoral es tan pequeño, al igual que el presupuesto que maneja la entidad, que a pocos importa lo que ocurra ahí. No obstante, cuentan que lo que le puede poner pimienta al asunto son las travesuras que, dicen, don Roberto ha hecho al amparo de los pocos reflectores que se posan sobre él y su gestión. Y la Fea, adivinó, es Coahuila. Sí, porque de pocas entidades se ha hablado tanto desde hace tanto tiempo como de la Tierra en donde Abundan (o Abundaron) los Árboles. Desde 2011 a la fecha los temas que se niegan a dejar el protagonismo son: megadeuda, inseguridad y exfuncionarios investigados por ambas, con un exgobernador que da de qué hablar en tres países y un gobierno estatal que muy pocas luces ofrece sobre lo que ocurrió. Dicen los que saben que con todas las cosas “feas” que se han dicho de la entidad, la oposición no debería tener problema para arrebatarle al tricolor por primera vez el timón. Pero, siempre hay un pero, las últimas novedades indican que esa oposición no está tan unida como dicen, y prueba de ello es la cantidad de tiradores que han salido, además de las animadversiones que hay entre varios de ellos. Anaya, López, Salazar, Garza y García son los apellidos que suenan... sólo en el PAN. Súmele los otros partidos y los independientes. Los expertos maldicientes comentan que si no llegan a armar bloque, y si presentan un candidato perdedor, con todo y los negativos que se carga el PRI pudiera mantener la gubernatura, incluso en un escenario de menos de 30 por ciento de voto a favor, lo cual significaría para el tricolor la posibilidad de demostrar que incluso en escenarios de opinión muy adversos pueden salir avante, con ayuda de la oposición, claro está.
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Dicen que prometer no empobrece... y eso es lo que está haciendo precisamente el Guardián de las Finanzas de Torreón, Enrique Mota, quien jura y perjura que aunque la deuda local sigue subiendo, la va a dejar en ceros antes de que termine la administración. Y es que lo que empezó como una negativa ante las constantes críticas de los ediles panistas se ha convertido en una aceptación a regañadientes con justificación incluida. El problema es que en el R. Ayuntamiento no se ponen de acuerdo para explicar el porqué del aumento en los pasivos cuando se prometió desde el principio que no crecerían. Mientras don Miguel asegura que el engorde de la deuda se debe a la cantidad de obra que su administración ha hecho, ayer don Enrique dijo que el problema fue que su antecesor, Pablo Chávez, les dejó un gran número de cuentas pendientes que para cubrirlas han tenido que retrasar pagos a proveedores y contratistas. El detalle es que el pasivo se está convirtiendo en una bola de nieve que no deja de crecer y no se ve cómo van a poder pagar. De hecho, lo que actualmente ocurre se parece mucho a los malabares que hacía don Pablo y que terminaron en la herencia de la que tanto se queja don Enrique. Sin embargo, éste asegura que van a apretarse el cinturón y que con eso será suficiente. Dicen los maliciosos que tal vez deberían empezar por cumplir la promesa de bajar la nómina y por no contratar anuncios espectaculares para presumir en otros municipios lo que se hace en Torreón con el dinero de todos.
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Casi tomadas de las manos van las administraciones de Jorge Herrera y José Campillo rumbo al tan esperado cierre y cambio de estafeta, y los mal intencionados dicen que parecen competir por quien tropieza más. En el caso del gober, que esta semana fue fustigado por el líder del CLIP, Juan Antonio Sifuentes, por quedar a deber a La Laguna de Durango, su administración nomás no da una buena en la construcción del Paseo Independencia que, nuevamente, ha visto postergada su culminación. No sólo eso, los subagentes disfrazados de postes comentan que en la primer cuadra, que aún no está del todo terminada, ya han surgido “detallitos” como cuarteaduras y hundimientos. En el caso de don Pepe, a su gobierno sí que le está lloviendo sobre mojado. Y es que con las lluvias que se han registrado en los últimos días ha quedado en evidencia la mala calidad del pavimento de Gómez Palacio y la incapacidad para atender la demanda de reparación. Y a tal grado es la bronca que ya mejor se sentaron a esperar a que se liberen recursos federales para atender el desastre que es la ciudad, aunque desde 2014 tienen esperando. Todo indica que la alcaldesa electa Leticia Herrera y el gobernador electo José Rosas Aispuro tendrán bastante por dónde empezar una vez que se sienten en sus respectivas sillas.
