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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

A dos meses de que arranque oficialmente el proceso electoral por el que se habrá de renovar al ocupante de la Máxima Silla del Palacio Rosa, los amarres parecen estar más que definidos en los principales partidos. En el PAN, los subagentes disfrazados de desvencijadas matracas azules aseguran que de confirmarse el método de selección del CEN encabezado por Ricardo Anaya, que incluye principalmente encuestas y sondeos con el electorado y no sólo con la militancia, quien la lleva de gane es pues el exalcalde torreonense, Guillermo Anaya, quien se presentaría por segunda vez en los comicios en busca de superar la tremenda paliza que hace cinco años le puso en las urnas el actual gober Rubén Moreira.

No obstante, además de don Memo son cuatro los tiradores blaquiazules que quieren aparecer en la foto: Isidro López, alcalde de Saltillo; el senador Luis Fernando Salazar; la senadora Silvia Garza, y el alcalde de Monclova, Gerardo García. De los dos últimos se dice que sus posibilidades son pocas, pero que su presencia en la competencia sirve, por una parte, para que nadie se quede resentido y, por la otra, para que ellos puedan posicionarse mejor en aras de buscar otros huesos. Dicen los que saben que los grandes retos para el PAN van a ser contentar a todos con candidaturas en 2017 y 2018 para evitar las divisiones y garantizar una alianza fuerte con la UDC, el PPC y, sobre todo, el PRD, el cual en Coahuila está controlado por Mary Telma Guajardo, quien encabeza un “golpe de partido” contra el ¿dirigente? estatal César Marcos Wong, y que además es comadre de los Moreira. A pesar de esto, cuentan los subagentes que don Memo está más que seguro de que habrá cierre de filas una vez que se confirme su unción desde el centro. Lo que no queda claro aún es si logrará armar un gran bloque opositor con todos aquellos que quieren un cambio de régimen y si en caso de no conseguirlo, le alcanzará para ahora sí ganar los comicios.

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Ya entrados en los asuntos blanquiazules, cuentan que conforme se acerca la fecha de banderazo de salida de la carrera electoral van apareciendo y desapareciendo personajes del partido. Por ejemplo, uno de los resucitados es Miguel Batarse, exdirigente municipales del PAN, quien, dicen, se está haciendo cargo de revisar los amarres y repartos para las candidaturas a alcaldes, diputados locales, federales y senadores. Los que de plano ya sólo esperan que les retiren su membresía del partido son los exediles torreonenses Ignacio Corona y Rodolfo Walss, quienes se acomodaron muy bien en la administración de la priista Leticia Herrera, en Gómez Palacio. De ellos se dice que ya están muy encarrerados para integrarse al equipo del alcalde de Torreón, Miguel Riquelme, una vez que éste pida licencia para atender a la convocatoria de su partido. A quienes se menciona como que ya la hicieron es a la síndica Gabriela Casale, protegida de Salazar, y a la regidora Ángela Campos, identificada con Guillermo Anaya, pero no así su compañera de bancada Verónica Soto, que ha recibido críticas al interior del partido por andar dándole cuerda al “Gallo de Acero” de Monclova y por mostrar, según comentan los subagentes, un doble juego en las colonias afectadas por las lluvias: en las priistas defiende al alcalde; mientras que en las panistas lo critica. ¿Será?

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Por el lado del PRI, la estrategia del gober Rubén de hacer de don Miguel su alcalde preferido ha dejado prácticamente fuera de la pista a los demás competidores... a menos de que en el CEN tricolor que encabeza el peñista Enrique Ochoa se dé un manotazo en la mesa, como esperan -y rezan porque así sea- los demás suspirantes que también son bastantitos. Los subagentes disfrazados de despensas de frijol con gorgojo nos reportan que las acciones, digamos, disuasivas desde el Palacio Rosa se han incrementado contra los no alineados. Principalmente contra los diputados federales Javier Guerrero, Jericó Abramo Masso y contra la senadora Hilda Flores, los dos últimos cercanos al “Improcesable” Humberto. Cuentan que dichas acciones van desde los mensajes velados y de doble sentido hasta advertencias directas de por dónde va la pichada que en mandamás provincial quiere lanzar al guante de don Enrique. Pero los enterados comentan que no será éste Enrique el que tenga la última palabra sino el otro Enrique, o sea, el preciso, y que sobre la mesa estará la interrogante de qué tanta jugada darán a don Rubén a la hora de decidir al candidato o si de plano optan por uno que no esté tan vinculado con el actual grupo en el poder, situación que en un descuido pudiera beneficiar al diputado Guerrero, quien, por cierto, el sábado pasado demostró músculo político con un informe legislativo en el que no sólo se vio billete, sino también poder de convocatoria.

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En asuntos del otro lado del Nazas, dicen que uno de los muchos aspectos que tendrá que revisar con lupa la flamante alcaldesa de Gómez Palacio, Leticia Herrera, es el relacionado con el despilfarro que pudo haberse dado en la pasada administración con la instalación de placas de mármol en cada uno de los monumentos y esculturas que dedicaron a personajes célebres de la ciudad, obra que para los maldicientes definió al trienio que concluyó. Y es que como se dijo en días pasados, la administración de Pepe Campillo se caracterizó por atribuirse el mérito de monumentos que ya tienen años en la ciudad, colocando al por mayor dichas placas de mármol con el nombre del exalcalde y los exregidores, sin ninguna necesidad de ello por tratarse de esculturas o bustos que se develaron en otras gestiones. El último día de la administración campillista se instaló y preparó la base que sostendrá el busto en honor del empresario y político Carlos Herrera, el cual estará en una de las esquinas de la plaza principal, pero la develación se canceló porque, cuentan los subagentes, hubo rechazo a que se instalara el mismo tipo de placa, con el nombre de Campillo y de todos los exediles. Se dice que durante toda la pasada administración, las contrataciones de estos ornamentos de mármol se hicieron no a través del departamento de Compras de la Tesorería Municipal, sino por medio de la Dirección de Obras Públicas. Y adivine qué: se comenta que el material fue proveído por Víctor Chincoya. ¿Le suena el apellido? Sí, se trata del hermano del exdirector de Servicios Públicos Municipales y ave de mil tempestades, Antonio Chincoya. Faltaba más.

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Corre la especie de que harta preocupación hay entre los empresarios de la región debido a una serie de acontecimientos relacionados con la seguridad que los llevan a recordar los aciagos años de 2011, 2012 y 2013, cuando prácticamente toda la sociedad vivía con el Jesús en la boca. Resulta que en varias reuniones de ipecos se ha comentado la existencia de casos de secuestro de dos dueños de restaurantes, uno de los cuales hasta hace unos días seguía desaparecido y otro que desafortunadamente no la libró. Estos casos sin resolver tienen bastante inquietos a los integrantes de las cámaras y organismos de la Iniciativa Privada al grado que están pensando en hacer un frente común para demandar a las autoridades que no aflojen el paso en el tema de la seguridad. Para acabarla de amolar, recientemente se dio a conocer que la ciudad de Torreón es la campeona estatal en violaciones sexuales y robos, lo cual habla de que si bien la violencia de los cárteles ha disminuido, los malandros de poca monta han encontrando rendijas por donde hacer sus fechorías sin ser detenidos. Si a lo anterior sumamos los homicidios dolosos que se han registrado en los últimos días, el cuadro se observa preocupante. Ojalá que los guardianes del orden y sus jefazos estén viendo el mismo cuadro para evitar una nueva espiral de criminalidad.

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Cuentan que en la inauguración de la empresa Yura el secretario de Fomento Económico, Antonio Guitérrez Jardón, sudó la gota gorda a la hora de revisar el código de vestimenta para tan importante ocasión. Y es que al llegar al lugar, don Toño vio que los ejecutivos coreanos de la compañía que va a contratar a 4,000 personas acudieron todos con el riguroso traje y corbata, al igual que él. Sin embargo, al voltear al equipo del gobierno municipal y estatal, se percató que todos los funcionarios habían dejado los sacos y corbatas en el armario y eligieron presentarse de una forma más casual. Dicen que sin saber qué hacer, Gutiérrez optó por alinearse al mandato de su patrón don Rubén y a última hora se quitó la corbata y el saco para no desentonar. Obviamente el detalle de la diferencia de atuendo entre ambos “equipos” no pasó desapercibida para los cibernautas de las redes sociales, quienes se dieron un festín de críticas y comentarios.

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