Poco a poco se ha dio aclarando el panorama para la contienda electoral de 2017 en Coahuila y los más avezados dicen que en los dos partidos principales todo quedará en dos corredores, con un tercero a manera de plan C. En el caso del PAN, los subagentes disfrazados de tazas de humeante café dicen que lo más seguro es que como abanderado blanquiazul vaya un lagunero que, dadas las circunstancias actuales, sería el senador Luis Fernando Salazar o el exalcalde de Torreón, Guillermo Anaya. Las apuestas sobre quién será el ungido por el CEN panista que encabeza Ricardo Anaya están harto cerradas; no obstante, cada vez son más fuertes los rumores de que en la Capirucha del Esmog prefieren al “Hooligan” Salazar, ya que su discurso belicoso es el que más se adapta a estos tiempos en los que el PAN recordó que es oposición, lejos de los coqueteos del Pacto por México de inicios del sexenio.
En este punto, llama poderosamente la atención de propios y extraños el bajo perfil que sigue manteniendo don Memo, quien desde hace semanas no asoma la cabeza ni por error. Algunos dicen que es estrategia; otros, que más bien ya está poniendo la mira en 2018. Como tercera opción, detrás de sus correligionarios laguneros, queda el alcalde de la Urbe de Adobe, Isidro López, de quien se dice que si bien es fuerte en su plaza, no así en el resto de la entidad. No obstante, dicen los que dicen saber que en el caso de que el candidato del PRI fuera un lagunero, el grupo saltillense incluso se inclinaría por apoyar a don “Chilo” con tal de no dejar que el poder salga de la capital provincial.
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En lo que respecta al PRI, tal y como lo adelantaron nuestros subagentes en la misiva anterior, la consulta pública, en donde podrán participar simpatizantes tricolores sin militancia, se definirá entre el diputado federal Jericó Abramo Masso y el alcalde de la Perla de La Laguna, Miguel Riquelme. Del primero se dice que representa la carta de, por una parte, el priismo saltillense y, por la otra, del priismo no moreirista, que para el caso ya son lo mismo. Sin embargo, a algunos observadores de la cosa pública estatal les provoca algo de confusión el hecho de que don Jericó sea una persona cercana a Humberto Moreira, del cual nunca se ha desmarcado y, dicen, nunca se desmarcará. Del jefe de la comuna torreonense, como ya se ha dicho en varias ocasiones, se sabe que es la apuesta del gober Rubén para la continuidad de su proyecto, con todo lo que eso implica para evitar amargas sorpresas o desconocidas en el futuro. Dicen que la rivalidad entre ambos grupos es tal que incluso hay quien habla de que los dardos que han empezado a lanzar desde la Capirucha del Esmog contra don Miguel y su padrino don Rubén son procedentes del famoso “fuego amigo”. Pero también los suspirantes han comenzado a lanzarse indirectas en sus discursos, como la que arrojó Abramo en su informe legislativo al decirle a sus oyentes que hay que cuidarse de los que se creen “iluminados”. Considerablemente más lejos de los dos rivales principales aparece la figura de la senadora Hilda Flores, cercana al Profe bailarín, pero también al preciso Peña Nieto, y que por el momento parece compartir simpatías con el grupo del embajador Enrique Martínez que respalda a don Jericó. Cuentan que por ahora la división está más en el PRI que en el PAN, lo cual, de mantenerse así y sumado a factores importantes como la caída en la aprobación del Gran Tlatoani, los expedientes abiertos sobre la famosa Conexión Coahuila, las finanzas apretadas y los golpes bajos, aumenta las posibilidades para los blanquiazules. Falta que lo aprovechen.
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En donde también parece que comienza a definirse el escenario es en la contienda por la minialcaldía de un año en Torreón. Ante lo absurdo que resulta que quien gane la elección local de 2017 y pretenda reelegirse se vea obligado a dejar el cargo cinco días después de haber tomado posesión, los partidos ya están convencidos de que lo mejor es mandar a un sacrificable bajo la promesa de que en 2018 pueda ser compensado con una diputación federal o, ¿por qué no?, una senaduría. Así las cosas, nuestros subagentes disfrazados de orejas nos informan que en el PAN quien anda sonando fuerte para la alcaldía de un año es Jorge Zermeño, a quien le prepararían la mesa para que sólo se sentara en la silla, en caso de ganar. Pero, los del PRI no piensan dar tregua ya que, dicen, para el munícipe y suspirante es de vital importancia conservar el control del ayuntamiento. Es por ello que, según cuentan, están considerando lanzar como candidato a Antonio Gutiérrez Jardón, secretario de Desarrollo Económico, a quien don Rubén ha presumido como el mejor funcionario en la materia que ha tenido Coahuila, debido a la gran cantidad de empleos que ha ayudado a generar. Si se confirman ambas candidaturas, sin duda que la contienda se pondrá buena.
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Dicen que contar con una poderosa Fuerza Aérea no fue atributo exclusivo del municipio de Gómez Palacio durante la pasada gestión de José Miguel Campillo. Y para muestra, basta revisar la estructura que durante una buena parte de la anterior administración estatal operó y se vio beneficiada a través de la llamada Dirección de Promoción en La Laguna de Durango, dependencia que formó parte de la Secretaría de Desarrollo Económico del Estado y que, por lo visto, si para algo sirvió fue para promover a los cuates en puestos públicos. Dicha dependencia, con sede en las oficinas de la Expo Feria, tenía como encargada a Ana Cecilia Monárrez, quien no se fue a vivir en el error y ahora es directora de Fomento Económico de Lerdo. Cuentan que los mismos empresarios tenían dudas respecto a quién realmente era el encargado de esa área, pues mientras Monárrez se dedicaba a relaciones públicas y el proselitismo, delegaba muchas cosas en Sergio Martínez, quien según el organigrama era jefe del departamento de Promoción pero que en realidad despachaba desde su empresa y pocas veces se le veía en la oficina pública. Total, ni quién dijera nada. Integrante de esa dependencia sui géneris fue también Rosaura García, encargada del área de Comercio Exterior y supuesta recomendada del empresario José Luis Padilla, un maestro que tenía el cargo de auxiliar técnico pero más bien fue operador político; así como otras cinco o seis personas que aunque cobraban -y bien-, no se presentaban a laborar. Pero, eso sí, participaron en la pasada campaña política, mientras que otros ni siquiera marcaban entrada ni salida de la oficina. Por lo visto tiene mucha tarea el gobierno estatal del “Güero” Rosas Aispuro.
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Es del conocimiento público que en Lerdo todo puede pasar... pero no siempre pasa. Tal es el caso de un grupo de expanistas que parece que se andan quedando como el perro de las dos tortas. Dicen los subagentes que la alcaldesa María Luisa González Achem se anda haciendo de la vista gorda y que le surge un asunto sumamente importante cada vez que algún expanista (de los que se le voltearon al hoy gobernador José Rosas Aispuro) se acerca con ella para ver si le toca algún cargo. Y es que los expanistas manifestaron abiertamente su apoyo a su campaña como candidata y ellos, a estas alturas, ya se sienten que son como de la familia priista, por lo que seguramente les gustaría ser tratados igual y tener un espacio en su corazón... y en la nómina municipal, por supuesto, tal y como la parentela a la que con tanto ahínco defiende y aferra a la ubre del erario. Comentan que fue en mayo pasado cuando ellos abandonaron sus filas para unirse al proyecto del entonces candidato priista a la gubernatura de Durango, Esteban Villegas, apoyando la línea de doña María Luisa. Tal es el caso del exrregidor por el PAN, Martín Alberto Garza Izaguirre, Miguel Alfonso Llamas, Jaime Armendáriz Brito y Héctor Alfonso Esteban Garza. Algunas lenguas viperinas de las que abundan en los alrededores de la Presidencia de Lerdo aseguran que algo que no le agradó a la jefa de los panistas renegados, y dicen que eso fue que no sólo se manifestaron a favor de su candidatura sino también de la hoy alcaldesa de Gómez Palacio, Leticia Herrera. O sea que eso de que se llevan muy bien no es del todo cierto.
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Corre la especie de que hay preocupación entre el equipo de doña Lety debido a las fuertes declaraciones que hizo esta semana sobre la presunta responsabilidad que tuvo el exgobernador Jorge Herrera Caldera en la enfermedad que provocó el deceso de don Carlos Herrera. Dicen que hay expectativa por las consecuencias políticas, e incluso legales, que pudiera tener tan grave acusación, sobre todo porque el señalamiento no se hizo en su momento. Pero mientras don Jorge aparece, que por lo visto será dentro de un buen tiempo por la alcantarilla que se ha destapado sobre su administración, el equipo de la alcaldesa y ella misma han estado suavizando el discurso. No vaya ser.
