Todo parece indicar que el PRI aprendió la lección tras perder siete gubernaturas en las pasadas elecciones, donde el común denominador fue que el método de selección de los candidatos fue el conocido “dedazo”. De ahí que el anuncio hecho por el mandamás del tricolor, Enrique Ochoa, de que en Coahuila será por consulta abierta tiene como objetivo que quien sea el candidato en realidad tenga el apoyo de las bases. De acuerdo a las encuestas el ungido será el alcalde de Torreón, Miguel Riquelme, sin embargo el hecho de que sea una elección abierta permite que todos los interesados participen y le sirve al PRI de calentamiento para ver si en realidad tiene ese músculo que presume. Y es que las votaciones son un juego de matemáticas, hasta el 14 de octubre el listado nominal de personas que podrán salir a votar en junio suma 1 millón 999 mil 637 personas.
Si tomamos en cuenta que históricamente en las elecciones locales sale a votar menos del 50 por ciento y si el PRI en su ejercicio interno logra movilizar a 600 mil personas tendría asegurado el 50 por ciento del voto activo, esto sólo con su estructura. De ahí que el PAN tenga la vara alta para ganar la gubernatura. Por otro lado si el PRI moviliza menos gente en su proceso interno tiene tiempo para corregir errores y llegar en forma a lo que muchos llaman la madre de todas las batallas.
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Cuentan nuestros subagentes disfrazados de buffet mexicano que el que anda muy sonriente es el precandidato del PAN, Guillermo Anaya, quien el pasado lunes dio rueda de prensa en un conocido restaurante de Torreón y se dijo muy confiado en obtener la candidatura de su partido a la gubernatura. Afirmó que el método de selección será por encuestas y que él las encabeza. Trascendió que hasta el momento el CEN del albiazul ha aplicado dos encuestas de un total de cuatro y el exalcalde de Torreón lleva dos de dos, así que de ahí su sonrisa de oreja a oreja. En dichos ejercicios estadísticos aparece en segundo lugar el alcalde de Saltillo, Isidro López, pero muy debajo de Anaya. Entonces don Memo ya se siente el candidato porque el acuerdo entre todos los aspirantes es respetar el resultado de las encuestas. Por cierto, el que luce con muy pocas preferencias es el senador, Luis Fernando Salazar, quien a pesar de todos los espectaculares y anuncios en Internet, no ha crecido en popularidad.
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Tal parece en Torreón, el plato principal del Festival Internacional de las Artes Julio Torri, que concluye el próximo domingo, se cocinó a petición de los funcionarios municipales, quienes fueron los ‘privilegiados’ en la zona VIP. En el concierto de la ex Mecano, Ana Torroja, los servidores públicos ocuparon las sillas de las primeras filas, el mismo espacio que en ediciones pasadas se utilizaba como área reservada al DIF. El director de Servicios Administrativos, Víctor Manuel Rodríguez; la regidora priista, Luly Quintero; la directora del Instituto Municipal de la Mujer, Dulce Pereda, así como familiares de otros funcionarios fueron privilegiados por encima del público, que tuvo que llegar temprano para estar cerca del escenario. Sin embargo, el público que fue a corear “Me cuesta tanto olvidarte”, no fue tan numeroso como presumió el gobierno estatal que dio una cifra oficial de 8 mil personas, la realidad es que ni la misma zona VIP se llenó. Fue una semana con varios conciertos y al parecer las cortesías se dieron al por mayor, al menos entre la primera línea del Ayuntamiento de Torreón. El sábado, en la presentación de Aleks Syntek y Cristian Castro varios funcionarios acudieron a cantar el tema “Tan cerquita”, cuyo video, grabado en marzo del 2015, ‘promocionó’ lugares emblemáticos de Torreón, como la presidencia municipal y el Teatro Isauro Martínez. Nuevamente, la regidora Luly Quintero, Víctor Rodríguez, disfrutaron de una velada musical, pero esta vez se sumaron otros funcionarios como el primer regidor, Miguel Mery, el gerente de Simas, Xavier Herrera, y el infaltable en los grandes eventos, el director técnico, José Maynez.
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Aprovechando el cambio de gobierno, la estructura empresarial de La Laguna de Durango también es digna de revisión y de una profunda “limpia” en el caso del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) que encabeza Valentín Pérez. Curiosamente, Pérez ha estado en este organismo por más de diez años sin cumplir uno de los estatutos y requisitos legales para presidirlo, que es el ser haber sido dirigente de alguna de las cámaras que lo integran, por ejemplo Canacintra, Canaco, Cámara del Vestido o cualquier otra. De hecho, don Valentín asumió la dirigencia de ese organismo desde que lo dejó Augusto Ávalos Longoria para dedicarle más tiempo a la política. La figura del CCE está más que abollada, al grado de que los empresarios, al sentirse poco representados por ella, piden a gritos una transformación, ya que dicen, Valentín Pérez sólo ha utilizado la bandera de este organismo para atender sus intereses y no los del gremio, al que tiene demasiado olvidado y por el cual no hace ni deja hacer. Hay que recordar que el consejero fue un incondicional del exgobernador Jorge Herrera Caldera, de ahí que se haya vuelto pieza fundamental en temas como el cambio del alumbrado público por tecnología Led que, señalan, resultó un negocio redondo para ambos al proveer las lámparas al municipio, entre otros asuntos. Para colmo, ya el empresario ha empezado a difundir la versión de que será el mismísimo titular de la Secretaría de Desarrollo Regional de La Laguna que el gobierno de Aispuro pretende crear.
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Y entre los azules gomezpalatinos, ya hay rumores sobre los cambios de poder en el Comité del PAN municipal. Nuestros subagentes aseguran que el regidor Carlos Rosales aspira a ser el presidente de dicho organismo, a pesar de que ya había mostrado su apoyo a Augusto Ávalos, actual diputado por Acción Nacional en Durango. Dicen que uno de los principales argumentos a favor de Rosales es que es el único regidor panista en el Cabildo gomezpalatino. Además es consejero estatal, miembro de la Comisión Permanente y ahora quiere ser el mero mero de este partido. El “pero” que le ponen muchos militantes es que aseguran que es un regidor hecho a modo de doña Leticia Herrera, alcaldesa de este municipio y priista de hueso colorado. Consideran que Rosales, más que azul ya es herrerista, ya que aprueba toda iniciativa que a bien tiene enviar al Cabildo la Doña, postura que no tendría nada de raro si no fuera porque en Rosales recae la responsabilidad de ser oposición y cuestionar lo que se tenga que cuestionar. Según las lenguas viperinas, el regidor quiere dirigir el partido para allanarle el camino al grupo Herrera en el año 2019, cuando quepa la posibilidad de una reelección para la alcaldía y ofrecer a este grupo un PAN desorganizado, silenciado y sin cuadros competitivos.