Ante la inminente solicitud de licencia del alcalde torreonense Miguel Riquelme para ir en pos de la candidatura de su partido para la Silla Máxima del Palacio Rosa, las apuestas están a todo lo que da sobre quién quedará en su lugar para cubrir el interinato durante el año que resta de administración municipal. Hasta hace unas semanas en la pista había tres corredores: el primer regidor, Miguel Mery; el secretario del Ayuntamiento, Jorge Luis Morán, y el gerente general del Simas, Xavier Herrera. No obstante, los subagentes disfrazados de sillas reportan que tantas fueron las supuestas ganas de don Miguel de suceder a su tocayo que él mismo se ha puesto en la región de los congelados o si se prefiere, haciéndose el teololo, es decir, el que se hace loco solo, ya que por un año como que no, mejor a la campaña y si le apuran, por un hueso que dure más.
Y es que dicen que a Mery se le vio muy activo en los últimos meses queriendo aparecer en prácticamente todos los foros acaparando reflectores y micrófonos con miras o a ser el ungido para el “peleado” interinato, o a ser solamente el distractor, vaya usted a saber qué querido lector. Así las cosas, la decisión queda entre Morán y Herrera, quienes hacen méritos cada uno en su área para aparecer como la mejor opción. De don Xavier se sabe que ha emprendido una fuerte campaña en redes sociales para presumir todas y cada una de las acciones que el Simas supuestamente desarrolla. De Morán, con un perfil menos expuesto, se comenta que prefiere tejer redes de forma más discreta, casi por debajo de la mesa. El ganador se conocerá a principios de diciembre, cuando el alcalde Riquelme rinda su tercer informe de gobierno y anuncie que pedirá licencia para pelear por la anhelada candidatura.
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A propósito de aspiraciones, tal parece que las del jefazo de la Perla de La Laguna han hecho mella en el ayuntamiento de Torreón en donde se percibe que los jefes de área ya andan muy sueltos y sin mano que ponga orden. A los constantes problemas del tesorero Enrique Mota, quien no halla cómo tapar un hoyo financiero sin abrir otro, se suman las declaraciones atrabancadas de directores o el uso de puestos para alimentar sueños de funcionarios. En el primer caso destaca el director de Obras Públicas, Gerardo Berlanga, quien nomás no ha podido cumplir la promesa del alcalde de dotar de drenaje pluvial y pavimento de calidad a la ciudad. Pero no sólo eso. El viernes pasado, durante la manifestación de colonos que se oponen a la construcción de un cárcamo-colector al oriente de la ciudad, a don Gerardo se le ocurrió decir a las primeras de cambio que si no querían la obra no se haría, el dinero se perdería y aquí se rompió una taza. Luego de haber demostrado sus digamos modestas dotes políticas, a Berlanga le fue corregida la plana por el mismísimo alcalde, quien salió a decir que la obra ya estaba presupuestada y que se ejecutaría con o sin aprobación de los vecinos porque “el drenaje pluvial es una prioridad para esta administración”... aunque sólo de unos tres meses para acá, desde que se inundó todo, porque en el plan de desarrollo municipal no se menciona ni una sola vez. En cuanto a los funcionarios a los que ya les urge pedir licencia para ir en pos de una diputación local, destaca Mario Cepeda Villarreal, actual director de Desarollo Clientelar -perdón, Social-, quien quiere seguir prendido de la ubre del erario. Como recordará usted, memorioso lector, don Mario y su padre, el regidor Mario Cepeda Ramírez, además de encontrar siempre acomodo en los ayuntamientos o congresos conservan como coto de poder el control de numerosas colonias del oriente de la ciudad además de que siguen con las manos metidas en el tristemente célebre Simas Rural, sí, el mismo que ha sido objeto de numerosos señalamientos y que los gobiernos de Torreón y Matamoros prometieron ordenar y hasta fusionar con los Simas urbanos, cosa que no ha ocurrido. Y, como dijo don Teofilito, ni ocurrirá.
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Quien debe estar que se muerde las uñas es el suspirante a la gubernatura Guillermo Anaya. Y es que hoy se definirá la situación legal del exgobernador panista de Sonora Guillermo Padrés, quien la semana pasada reapareció tras una prolongada ausencia -y una orden de aprehensión- en un programa de radio muy quitado de la pena para luego entregarse en un juzgado en la Capirucha del Esmog. Sobre Padrés pesan denuncias por lavado de dinero y defraudación fiscal por un monto de 7.7 millones de dolarucos, cantidad que si bien parece ridícula frente a los boquetes financieros que abrieron los Duarte, Javier y César, exgobernadores priistas de Veracruz y Chihuahua, es suficiente como para que la PGR le haya echado el guante. Usted se preguntará, agudo lector, ¿qué tiene que ver don Memo el de Coahuila con don Memo el de Sonora? Nuestros subagentes disfrazados de matracas azules nos comentan que antes y durante la campaña para gobernador de 2011 en Coahuila, en la que contendió Anaya, éste realizó varios viajes con sus entonces fieles escuderos Fernando Gutiérrez y Luis Fernando Salazar, hoy también suspirante. Luego de volar apretujados y acalorados en el Piper Seneca, se entrevistaban con Padrés para, dicen, solicitarle una ayudita. Como se sabe, en este país es un secreto a voces que los gobiernos estatales “se reporten” con los candidatos de otras entidades, tal y como dicen que ocurrió con Coahuila en los tiempos en que el Profe de la Deuda se convirtió en el mero mero del PRI Nacional. Es por eso que no pocos comentan que de la resolución de hoy depende la candidatura panista en Coahuila, ya que si deciden dejar guardado al exmandatario sonorense, éste pudiera comenzar a soltar la sopa o la PGR podría empezar a sacar los trapitos al sol, con lo que se convertiría en el arma más fuerte del gobierno federal para apoyar a sus candidatos. Pero si lo dejan libre por falta de pruebas, ¿podrá decir don Memo que ya la libró de la guerra sucia? Veremos.
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A propósito de intrigas blanquiazules, corre la especie que detrás de la campaña disfrazada que continúa haciendo el alcalde de Saltillo Isidro López en Torreón está un personaje que llegó a cobrar en la nómina municipal de la Urbe de Adobe. Se trata de Zitamar Arellano, quien es el director de la revista Libertad, la cual supuestamente publica en su primer número una entrevista con don “Chilo” que sirve de pretexto para los anuncios espectaculares con el rostro sonriente del munícipe. Arellano fue director de Comunicación Social del ayuntamiento y luego dejó el cargo para seguir cobrando pero ahora como asesor, puesto (nótese el aberrante eufemismo) que no se sabe si sigue “desempeñando”. Pero, dada la “calidad” del trabajo que desarrolla, por lo visto sigue cobrando, incluso por otro tipo de trabajos como organizar ruedas de prensa para limpiar la imagen de Rosendo Villarreal.
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Quienes de plano andan con la brújula un poco distraída son los diputados federales por los distritos de Torreón, Refugio Sandoval y Flor Rentería. Resulta que el primero asumió la encomienda de pelear porque en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017 se incluyera el nuevo hospital del ISSSTE para Torreón, mismo que ha sido anunciado por el gober Rubén Moreira desde hace años y más recientemente por el director del instituto Reyes Baeza. Pero a la hora de la publicación del presupuesto aprobado por los legisladores, ¡oh, sorpresa! el proyecto no apareció por ningún lado entre los contemplados por el ISSSTE para los próximos dos años. El propio “Cuquis” reconoció que la necesaria obra para sustituir al nosocomio actual, que ya es cincuentón, había quedado fuera. No obstante, su correligionaria Flor Rentería lo contradijo al jurar y perjurar que el proyecto sí se iba a llevar a cabo, pero bajo el esquema de asociación público privada, es decir una especie de deuda disfrazada que curiosamente, según la versión de la diputada, no se presupuestó, porque en el documento no existe partida alguna para aunque sea dar un primer pago. Pero la principal confusión generada por doña Flor fue la relacionada con la disminución del Fondo Metro para el próximo año que, como se dijo, sufrirá un recorte del 70 por ciento. No obstante, la legisladora lagunera dijo que no, que el bajón no sería tan grande sino de apenas el 38 por ciento, con lo cual también contradijo a su correligionaria Rocío Rebollo. El detalle es que Rentería sacó el porcentaje basándose en lo que recibió este año sólo La Laguna de Coahuila, que se lleva la mitad del pastel mientras el resto queda en la parte de Durango. La diputada comparó el presupuesto total del fondo metro para la región en 2017 con lo enviado a Torreón y Matamoros este año. O sea, mal. Ahora se entiende por qué no tenemos ni hospital ni recursos.
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Se ve a leguas que en el ayuntamiento de Gómez Palacio andan harto urgidos de dinero y con las fiestas decembrinas en puerta, mucho más. Y es que ya no saben de dónde sacar recursos que no sea exprimiendo a los ciudadanos. Cada vez son más las quejas de incautos en contra del operativo Cero Tolerancia que aplica la Dirección de Tránsito y Vialidad. Los automovilistas que han tenido la desafortunada experiencia de encontrarse con este despelucadero -perdón, dispositivo- de vigilancia consideran que de tener un propósito preventivo y de seguridad, la medida ha adquirido más tintes recaudatorios y hasta excesivos. Y es que según comentan los ciudadanos afectados, hasta un parabrisas estrellado es motivo de infracción de riesgo de quedarse sin vehículo porque, además, al operativo se suman empresas de grúas listas para levantar las unidades cuando así indiquen los agentes viales. Inicialmente las sanciones serían para quienes no trajeran licencia de conducir ni placas vigentes, además de traer polarizado que rebase lo permitido. Vamos, lo razonable. El problema es que en cualquiera de los casos en que las unidades son retiradas de la circulación, representa el tener que pagar algo así como un mínimo de 4 mil pesos entre los servicios de grúa, la estancia en el corralón, las multas y además ponerse al corriente en la actualización de los documentos que les hayan faltado, más lo que se le sume.