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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

Equipada con nuevos transistores y aditamentos tecnológicos de última generación del siglo pasado, cortesía del gordito, barbón y simpático hombre del trineo y el traje rojo, la supercomputadora Pony vuelve de su período de hibernación -que más bien fue de calefacción- a regalar a diestra y siniestra calificaciones a los principales servidores públicos estatales y municipales de ambos lados del Padre Nazas, consciente de que, una vez más, pocos quedarán conformes con el resultado, ya que para unos será demasiado y para otros muy poco. Gajes del oficio. Empezamos en esta entrega con los dos gobiernos provinciales y los locales de Lerdo, Matamoros, Francisco I. Madero y San Pedro. Al entrar la Pony a Durango, lo primero que nota es que hubo cambio de encargados del changarro y que, aunque dicen traer colores distintos, de pronto parece que son los mismos. No obstante, la supercomputadora dará calificaciones diferenciadas a los que se fueron y a los que llegaron.

Así pues, el primero en ser escudriñado es el exgober Jorge Herrera Caldera, quien a diferencia de su otrora padrino político y antecesor, Ismael Hernández Deras, se fue sin acusaciones serias de oscuros nexos con el bajo mundo, situación que se reflejó en la reducción de los índices de violencia en el estado -no sin gran ayuda de la Fuerzas Federales- que a la postre contribuyó a atraer inversiones nacionales y extranjeras. En contra de él operan la famosa deuda que se destapó, curiosamente, hasta que se fue, y la familia incómoda. Al final, sus primos y hermanos fueron los más señalados por escándalos de enriquecimiento ilícito que, sumado al aumento de deuda adquirida, los llevó a buscar amparo, por si las moscas. Para acabarla de amolar, ni en el último año se vio reflejado lo que al inicio del sexenio prometió: “ser un gobernador lagunero”, ya que la región siguió abandonada de la mano de don Jorge. La Pony le manda, a donde quiera que se encuentre, un terrible TRES Y MEDIO, eso sí, con recalentado.

De José Rosas Aispuro Torres poco se puede decir aún, al igual que de su equipo, ya que apenas llevan tres meses en el cargo, tiempo en el que puede observarse que aún cuenta con el respaldo ciudadano que lo ayudó a vencer a su expartido, el PRI. Pero ya un sector de la ciudadanía empieza a exigir resultados de sus promesas de campaña, ya que los principales temas -como el castigo a corruptos- se han quedado en discursos, mientras que en los asuntos financieros parece que la deuda se está convirtiendo ya en la mejor excusa. Tampoco se ha visto todavía aquella promesa de abrir las puertas a todas las regiones. Con todo, alcanza un SIETE con tarjetita navideña que advierte: “póngase las pilas pronto o el próximo año ya no habrá beneficio de la duda”.

En la Secretaría de Gobierno, Miguel Ángel Olvera mantuvo un perfil discreto, ayudó a resolver los múltiples problemas que le surgieron al final de sexenio a Herrera Caldera, y nunca se negó a hablar de temas complicados. Pero más que evidente resulta decir que le falló la operación política, tanto así que su partido perdió el estado, cosa que agradece la otrora oposición, ahora gobierno. Se le cuelga un SEIS que su sucesor, Adrián Alanís Quiñones transforma en SIETE, pero más porque en el arranque no ha habido mayores problemas que resolver, aunque sí muchas declaraciones que dar sobre los malos manejos de la pasada administración, que en su mayoría se han quedado sólo en eso, declaraciones.

Como secretario de Seguridad Pública, Noel Díaz ayudó a mantener más apaciguado el asunto del crimen organizado en la mayor parte del estado, además de que le quitó el protagonismo exagerado que tenía la Policía Estatal Acreditable que, lejos de ayudar, afectaba la imagen de la institución. Pero dejó varios pendientes, como el nuevo edificio de Seguridad Pública, el Cereso y la operación al 100 % de las policías municipales de La Laguna. Es por eso que no se va con algo mejor que un SEIS, que comparte el nuevo secretario, Javier Castrellón, pero que corre el riesgo de empeorar si no pone un alto al repunte de delitos de alto impacto que se ha registrado en el último tercio del año, y si no concluye pronto los pendientes heredados.

En la Fiscalía del Estado, Sonia Yadira de la Garza destacó por el combate al secuestro que logró reducir considerablemente, además de las quejas contra sus agentes ante Derechos Humanos, aunque esta disminución fue más modesta. El lastre que hereda es una burocracia ineficiente y un alto nivel de impunidad, sobre todo en delitos comunes; denunciar un delito se convirtió en una pérdida de tiempo, sobre todo en dependencias como la Vicefiscalía de La Laguna, donde los malos tratos fueron la constante. Y por eso la Pony le receta un constante CINCO que el nuevo fiscal, Ramón Guzmán, tiene la obligación de mejorar pronto, aunque hasta el momento no se le ve por dónde.

María Cristina Díaz, exsecretaria de Finanzas, logró mantener un buen nivel crediticio casi durante los seis años por el buen manejo de las finanzas. Pero decimos casi porque según las nuevas autoridades, se encontraron contrataciones irregulares y anomalías en el manejo financiero del estado; sin embargo, no se ha informado a detalle de qué y cuánto. Ante la duda y la realidad de una deuda bastante crecidita, no le da para algo mejor que CUATRO, principalmente por los aprietos en los que deja a Jesús Arturo Díaz, flamante secretario de Finanzas, quien aunque ha sabido comunicar el problemón que le heredaron, no ha mostrado mucha inventiva a la hora de resolverlo, ya que una vez más el Estado solicitó un crédito para salir al paso. Por eso parte con un SEIS Y MEDIO.

Como contralor, Eleazar Canales dejó mucho a desear, a la vista de lo ocurrido, pero tal vez la causa haya sido la excesiva dependencia que tuvo del señor gobernador, lo que le impidió controlar los tentáculos de la administración, cosa que terminó por evidenciarse. A ver si puede controlar el DOS que se le manda y que sirve de advertencia para su sucesora, Rosario Castro, quien a la vista de algunos ya se está tardando con los resultados de la auditoría completa, situación que por lo pronto la tiene en SIETE con la esperanza de que el informe sea revelador.

Guillermo Rodríguez, en Obras Públicas, fue de los pocos secretarios que se mantuvo los seis años en su cargo, y aunque se le atribuyen obras importantes como el Par Vial Norte, en la Capital de los Alacranes, dejó mucho a desear en otras regiones como La Laguna, además de que el control de calidad en las obras no fue el sello, ni el control de pagos, costos y licitaciones. Con lágrimas en la pantalla, la Pony le propina un DOS orando porque el nuevo constructor de la entidad, Arturo Salazar, pueda hacer un mejor papel y no sólo terminar lo que está pendiente, como hasta ahora lo viene haciendo, aunque se antoja difícil por lo apretado de las finanzas. Y por eso para él va un apretado SEIS.

Otro que tristemente sale reprobado es Juan Soto, exdirector de Transporte, quien lo mejor que tiene es que ya se fue. Prácticamente todos los problemas le crecieron: taxis pirata, transporte de carga y urbano colectivo, éste último con la agravante de que fueron encontrados favoritismos para concesionarios amigos al régimen, además del abandono del proyecto Metrobús Laguna. Así que vaya un nada amistoso CERO. Con tan bajo parámetro, al nuevo director, Jorge Campos, no se le puede dar más de CINCO, a media tabla, con el aviso de que como es mucho lo que tiene por hacer, más vale que empiece ya.

En Desarrollo Económico, Ricardo Navarrete casi terminó hablando mandarín, ya que tuvo una preferencia por la atracción de empresarios chinos, aunque en realidad no fue tanta la inversión que generó. Si a esto se suma que el trato a las demás regiones no fue por mucho parecido al dado a la capital, pues termina con un CUATRO en forma de ideograma chino, mismo que tiene que superar pronto el sucesor, Tomás Dávila, de quien hasta el momento no se conocen proyectos.

Mejor suerte pudo haber tenido Alejandro Márquez en la Secretaría de Desarrollo Social, ya que el estado mejoró en las cifras de pobreza y en casi todo el sexenio no presentó acusaciones de malos manejos de programas sociales, salvo al final, cuando salió embarrado en el caso de la bodega del exdelegado federal de Sedesol, y más recientemente por ciertos favoritismos. Por esas manchas se va con CINCO. El nuevo encargado, Marcos Cruz, ha llegado con todo cerrando la llave a organizaciones y líderes que sólo lucraban con apoyos a cambio de votos, y buscando poner orden. No obstante, el exceso de protagonismo que ha tenido comienza a causarle problemas a su patrón, el gober, por lo que se le anota un SIETE Y MEDIO que puede ser mejor si le baja un poco a la exposición.

En Educación, Héctor Vela tuvo que lidiar con asuntos pendientes de la pasada administración y con el descontento de los maestros por la Reforma Educativa, y no le fue mal. A pesar de eso, fue congelado políticamente; veamos si le sirve de consuelo el SIETE Y MEDIO que la Pony le procesa y del que parte también Rubén Calderón, quien tendrá que lidiar con el eterno problema de los CADIS, escuelas de subsidio estatal que no están regularizadas.

Quien pudo hacer más con el privilegiado presupuesto que tuvo fue el zar culturero, Rubén Ontiveros, pero lo usó mejor para proyectarse mediáticamente que para promover en realidad la cultura en todo el estado. Los festivales siguieron privilegiando a la capital y la grilla del gremio, casi proverbial, poco pudo ser aplacada. Por eso se lleva un artístico CUATRO. En mejor posición parte Socorro Soto, cuya designación de entrada recibió aplausos de los cultureros. Sin embargo, enfrenta el grave problema de la falta de recursos; a ver si un OCHO la anima a ponerse las pilas.

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De la Capital de los Alacranes nos vamos a la Peronera Capital coahuilense para revisar el proceder de la administración de Rubén Moreira en su penúltimo año. En sus primeros cálculos sobre el gober la Pony se observa sorprendida porque se rebasó la meta de empleos, bajaron los índices delictivos, se procesaron las primeras órdenes por el caso Allende y no se contrató nueva deuda. Pero no todo es miel sobre hojuelas. En 2016 se descubrió la contratación de un crédito en 2015 por 830 millones de pesillos del cual no se ha informado el destino que tuvo, además de que persisten las dudas sobre la “vieja” deuda que su hermano le heredó. También se destapó el escándalo de las empresas “fantasma” y presuntos vínculos de sus colaboradores con las mismas y con personajes oscuros detenidos en la Madre Patria y Texas sin que hasta ahora haya una investigación en la provincia. Si a esto se suma el creciente desabastecimiento de material y medicamentos en hospitales estatales, y que don Rubén parece ya más interesado en el proceso electoral de junio de 2017 para dejar a su gallo e la silla, pues difícil que supere el pase de panzazo universitario, por lo que la Pony le propina un SIETE, eso sí, con moñito.

Víctor Zamora, secretario de Gobierno, tuvo en 2016 la prueba de fuego de echar a andar a la famosa Fuerza Coahuila y si bien han bajado las quejas contra el proceder de los agentes, en comparación con los tristemente célebres Gates, las denuncias por las pasadas de mano persisten. Por otra parte se observó un aumento en el decomiso de drogas, pero en los asuntos políticos y notariales comienza a verse falta de control, por lo que se cuelga un SEIS Y MEDIO.

En la Procuraduría de Justicia, Homero Ramos se aplicó a sacar -por fin- las primeras órdenes de aprehensión contra exfuncionarios involucrados en la masacre de Allende, aunque curiosamente no hay ningún exservidor estatal. Vamos a ver cómo se aplica con el informe de Patrocinio y de Piedras Negras, que siguen pendientes. También pidió la extradición del extesorero Javier Villarreal, aunque en este caso de la megadeuda la falta de información sobre las denuncias presentadas sigue siendo el pan nuestro de cada día, prietos en el arroz que le bajan la calificación hasta un CINCO Y MEDIO.

De Ismael Ramos, secretario de Finanzas, se agradece que en un estado tan endeudado ya no se hayan solicitado más créditos este año y que por fin haya transparentado el destino de los pedidos en 2015 por un monto de 2,500 milloncillos. Pero, con todo y reestructura, se le volvió a disparar el pago de intereses, olvidó reportar el crédito de 830 millones al igual que transparentar algunos rubros, y le estalló en su oficina el escándalo de las firmas “fantasma”. Por eso la Pony le hace estallar un feo TRES.

Aunque Carlos Cabello, secretario de Fiscalización, puede presumir la operación y actualización de la página Coahuila Todo Transparente, se le han ido casos como el de los funcionarios involucrados con las firmas “fantasma” y los vinculados con las investigaciones que se siguen en Extranjia. O sea que parece ser mejor delantero que portero, cuando su trabajo es parar goles y no meterlos. Por eso recibirá el año con un SEIS.

Uno de los secretarios que el gober más presumió en este 2016 fue Antonio Gutiérrez, de Desarrollo Económico, y no es para menos, ya que ha superado con creces la meta de generación de empleo y, ahora sí, algo ha salpicado para La Laguna. El problema, otra vez, parece ser la transparencia, ya que no ha informado ni de los incentivos que ofrece a los inversionistas ni del detalle de sus viáticos. Con todo, obtiene un decoroso OCHO.

En la Secretaría de Infraestructura hubo relevo obligado, ya que María Esther Monsiváis fue una de las involucradas con las famosas empresas “fantasma”. Por este asunto y porque no se vio mucha obra en el año, la hoy exfuncionaria se fue con un CERO que sirve de advertencia también al nuevo secretario, Marco Antonio Dávila, de quien falta ver su chamba, ya que tiene unas cuantas semanas en el puesto.

El que salió por piernas fue el exsecretario de Ordenamiento Territorial, Gerardo Garza Melo, a quien ´la PGR le cateó una casa luego de que se supiera que estaba presuntamente relacionado con el empresario gasolinero Juan Manuel Muñoz, detenido en España. Aunque las autoridades estatales y federales han sido herméticas sobre el paradero del exfuncionario, no se salva del CERO de la Pony.

Las cosas iban bien para Norma González, secretaria del Trabajo, hasta que la PGR puso al descubierto un escandaloso caso de explotación laboral en campos agrícolas de La Laguna. Sólo por este hecho doña Norma no logra superar el SEIS que le da la Pony para que se ponga más atenta a la próxima.

Quien sigue arrastrando viejos problemas es el secretario de Educación, Jesús Ochoa, del que se puede decir que, si bien, ha abierto muchas prepas, no ha comprobado la eficiencia de las mismas, además de que los problemas con el magisterio persisten, como persisten también los retrasos en el pago de interinatos. Un punto a su favor es la apertura de centros de atención de acoso escolar, pero en contra tiene que algunas evaluaciones educativas no le han favorecido. Va a su boleta, pues, un CINCO.

Muchos se siguen preguntando que hace Jorge Verástegui en la Secretaría de Salud, ya que no es médico y poco parece entender de estos asuntos. Como muestra está el hecho de que no sólo no ha logrado acabar con el desabastecimiento en los hospitales, sino que incluso se ha agravado al grado de que se han registrados sucesos lamentables, como en el Hospital General de Torreón. Por otra parte, persiste la falta de personal, aunque a su favor hay que decir que logró controlar el problema de las plazas para enfermeras, que no le alcanza para superar un TRES.

En Desarrollo Social, el barco de Rodrigo Fuentes ha comenzado a hacer agua en serio. Y esto tiene que ver con las grabaciones que evidencian que don Rigo ha puesto al servicio del ungido don Miguel la estructura de los programas sociales. Si a esto sumamos que las quejas de que se sigue haciendo un manejo discrecional de los apoyos, con preferencias hacia ciertos liderazgos priistas, entonces queda marcado con un feo UNO.

En contra de la labor de la zarina de Cultura, Sofía García, opera el factor de los escasos recursos que la obligaron a hacer de su oficina una mera administradora de festivales, algunos de los cuales recibieron críticas por su calidad, además de que se hicieron colgados de dependencias federales. En aras de que pueda dar el último empujón en el cierre de la administración y logre sacar proyectos culturales que hacen falta se le asigna un incómodo CINCO Y MEDIO.

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Revisadas las administraciones provinciales, iniciamos el recorrido de los ayuntamientos periféricos de la Comarca. En la bella Ciudad Lerdo, Luis de Villa terminó en agosto su gestión mejor que como inició, pues fue el único alcalde de La Laguna de Durango y Coahuila que pudo presumir haber dejado finanzas sanas, cosa que hasta le valió aplausos de regidores priistas, panistas e independientes en la última sesión de Cabildo. No obstante, su gestión fue incapaz de resolver el problema de los fraccionamientos en Lerdo que no han sido entregados por acciones fraudulentas de los constructores, y le faltó para dejar la Policía Municipal a punto. Además, ya casi para irse enfrentó el triste caso del desnivel Francisco Sarabia en donde murió un lerdense ahogado, aunque queda la duda de qué fue lo que pasó. Aún así, se va con un decoroso OCHO.

En contraste, la nueva alcaldesa María Luisa González Achem tuvo un arranque accidentado por los problemas en la instalación de su cabildo y gabinete, motivados por la contingencia del río Nazas. Además, fue blanco del señalamientos debido a que la nómina municipal se convirtió en nómina familiar con una docena de parientes en puestos de su administración, situación que ella considera como “normal”. Además, el Tribunal Estatal Electoral le propinó un revés por las elecciones celebradas en las cinco villas de Lerdo que se tendrán que repetir debido a las irregularidades denunciadas. Pese a todo doña María Luisa le echa ganas y es de reconocer que sí ha ejecutado y cambiado algunas obras programadas hacia la zona rural, donde existe gran rezago. Habrá que ver si mejora con el tiempo y, aunque es pronto, la Pony le regala un CINCO Y MEDIO, principalmente porque varios de sus funcionarios municipales no dan el ancho.

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En Matamoros, el alcalde Raúl Onofre ha tenido tres años de advertencias para corregir los problemas de su gestión y avanzar en sus compromisos, pero parece que no acusa recibo. Y es que entre sus promesas de campaña que sólo han quedado en eso está la rehabilitación de las carreteras ejidales y el proyecto de la planta tratadora de aguas residuales, la cual se encuentra en espera de que se eche a andar desde hace más de siete años, es decir, desde su segunda administración como alcalde. Misma suerte ha tenido el proyecto de obra de la Casa de la Cultura Municipal, la cual se acondicionaría a un costado de la Estación de Bomberos, pero se ha quedado en papel. Además, el tema de seguridad otra vez se está volviendo noticia en Matamoros con la presencia de grupos y personajes extraños. Como puntos a favor están las inversiones realizadas con recursos metropolitanos, como el Metrobús, pavimento y agua potable, además de otras de carácter deportivo, así como la generación de empleos. Con todo, no le alcanza para más que un angustioso CUATRO Y MEDIO.

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Juan González, alcalde de San Pedro, presume en sus logros e inversiones en espacios deportivos y de recreación, así como pavimentación y drenaje. También que recibió una deuda de más de 80 millones de pesillos y que ha logrado disminuir a la mitad. En seguridad se percibe una mejora, pero el problema que le aqueja al municipio ahora es la drogadicción, contra la que poco ha podido hacer. Otro aspecto negativo es el fuerte problema de la falta de agua potable, que incluso en este año derivó en manifestaciones y toma de carreteras. También hay deficiencia en la recolección de basura y drenaje. El Simas que recibió estaba quebrado y con una deuda millonaria a CFE que están por pagar, aunque aún hay demandas laborales, deudas con Infonavit, SAT, Seguro Social, etc. El ayuntamiento sigue entrampado en una bronca con el sindicato por las pensiones. En términos generales, don Juan parece que le echa ganas, pero sus colaboradores más cercanos no le ayudan a resolver los problemas ni a superar el feo CINCO que le deja la Pony.

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Con David Flores Lavenant, en Madero ha habido más inversión en la pavimentación, tanto en el área urbana como en la rural, pero poco se nota porque el rezago es enorme. Otras obras que presume son unidades deportivas y algunos paseos públicos, además de la apertura de negocios de varios giros que han generado empleo. Si bien hay más orden en el Centro en materia vial y de recolección de basura, los ambulantes siguen siendo dueños de la plaza Miguel Hidalgo. Otro tema pendiente es la conclusión de la planta tratadora, pues las proyecciones eran que para finales del año estuviera lista, pero nada aún. En seguridad pública hay mejoría, el agua potable no es problema y las finanzas se mantienen relativamente sanas. El problema en Madero son las formas poco democráticas del alcalde que han prevalecido desde un inicio, lo que ha provocado el descontento de la ciudadanía. Mantiene el control político del municipio, es decir, no se “mueve ni un alfiler” si él no lo autoriza. Y aunque no lo autorice, la Pony le manda un SIETE.

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Termina así la primera remesa de calificaciones. En la próxima entrega, que es el sábado próximo, repasaremos los principales municipios de La Laguna, Torreón y Gómez Palacio, con la novedad de que también los gobiernos de las capitales estatales, Durango y Saltillo, tendrán su calificación.

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