Verdades y rumores
Antes de ponerse a preparar la cena de fin de año y repuesta ya de la indigestión que le causaron los tamales de media semana, la Pony se dispone a enviar la segunda y última remesa de calificaciones que en esta ocasión abarca a los municipios de Durango, Gómez Palacio, Saltillo y Torreón. A toda máquina, la supercomputadora de mil batallas se dirige a la Capital de los Alacranes, en donde este año que agoniza hubo relevo en la alcaldía, situación por la cual se emiten calificaciones diferenciadas para los que se fueron y los que llegaron, como ocurrió con el gobierno provincial.
El primero en la fila es por supuesto el exalcalde Esteban Villegas, quien por ir en pos de su sueño fallido de ser gobernador, dejó el changarro en manos de Carlos Contreras, quien se quedó con todos los problemas contra los que poco hizo. Lo que mejor resume no sólo el último año de gestión sino toda su administración es el hecho de que en la elección en la que contendió perdió de muy fea manera en su ciudad, y no sólo la votación para la gubernatura, sino también la del ayuntamiento y las diputaciones locales. Y es que de poco sirvió que fuera el alcalde consentido y delfín del exgober Jorge Herrera, quien le dio recursos a llenar para obras que embellecieron la ciudad, cosa a la que, por lo visto, ya están muy acostumbrados los capitalinos. Políticamente hablando, Villegas pasará a la historia como quien dio paso a la alternancia en el estado y nuevamente en la capital. En seguridad no se lograron bajar delitos como el robo a casa-habitación o meter orden en vialidad. En materia financiera, similar a lo que ocurrió con la secretaría estatal, se cayó la administración al cierre ya que las buenas notas de las calificadoras terminaron cuestionadas por pagos para servicios estrictamente personales sin que se haya encontrado a los responsables. En obras públicas el ayuntamiento fue rebasado por el deterioro del pavimento, reto en el que no sólo no pudo avanzar, sino que retrocedió. En servicios públicos hubo el acierto de mantener siempre limpias las calles del Centro Histórico, pero parece que esto consumió demasiado esfuerzo ya que no se pudieron resolver las constantes fallas en el alumbrado público. Aguas del Municipio de Durango se aplicó para mejorar la eficiencia en la respuesta a las denuncias por fugas, pero le faltó para atender de forma más efectiva el desabastecimiento del vital líquido en las colonias, problema que se vio reflejado en el incremento de las quejas. Por todo eso la Pony le asesta a don Esteban un espantoso CUATRO Y MEDIO.
Suerte distinta corre el nuevo alcalde José Ramón Enríquez, quien cuenta con gran respaldo ciudadano y niveles de aprobación incluso por encima del gober Aispuro. No obstante, aunque apenas va para cuatro meses de gestión, ya comienzan a notarse las fallas en la selección de algunos directores y asesores, quienes lejos de ayudarlo, le perjudican. En seguridad pública parece haber carácter, esperemos que alcance para poner a chambear a los agentes en los pendientes. En finanzas siguen exponiéndose al sol los trapos sucios del trienio anterior, además de que se han apretado el cinturón y ya no han pedido más créditos. Lo que falta en esta área es mejorar la actitud del encargado. Respecto a obras públicas, por fin se pusieron a circular las máquinas para pavimentar las calles, aunque no se ve que puedan hacer mucho ya que andan cortitos de dinero. En agua y drenaje, la administración sí comenzó con el pie izquierdo ya que a la dependencia se le responsabiliza del desastre ecológico en el río Tunal por descargas de aguas residuales. Si el doctor Enríquez se pone las pilas en todo lo mencionado, seguro que el próximo año podrá mantener o mejorar el SIETE que por ahora tiene.
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Por la autopista de Durango llegamos a la industriosa ciudad de Gómez Palacio, en donde también hubo sucesión y, a pesar de que fue entre priistas, ha dado mucho de qué hablar por los trapitos sucios que se han puesto al descubierto. Comenzamos con el exalcalde José Miguel Campillo, cuya administración pasó sin grandes sobresaltos. A la renovación del alumbrado público se suma la creación y renovación de espacios públicos con recursos del Pronapred, como puntos a favor. Pero dejó obras sin terminar como el nuevo edificio del Cuerpo de Bomberos y el edificio anexo a la Presidencia Municipal. En su gestión se acentuó el problema en servicios como el drenaje, pavimentación y agua potable. Además, no cumplió el objetivo de 250 elementos policiales. Para acabarla de amolar, hubo poca transparencia en el manejo de las finanzas públicas y la nómina municipal y hasta se fue sin pagar adeudos con proveedores. Por todo ello, la Pony le manda un triste CUATRO Y MEDIO con envoltura reciclable.
La recién llegada Leticia Herrera ha intentado marcar diferencia no sólo con la pasada administración, sino también con las dos anteriores. Para ello pasó la charola a empresarios para iniciar obras como el colector pluvial de Hamburgo, bacheo y pavimentación. También ha adelgazado la nómina municipal considerablemente, sacando a cientos de aviadores, y en el caso de la Policía, ha ido aumentado el número de agentes poco a poco. Sin embargo, las comunidades rurales siguen a la espera de que inicie la pavimentación prometida, además de que a doña Lety se le ve poco en el despacho de la Presidencia Municipal, lo que ya está causando algunos desajustes, además del retraso de los resultados de las tan anunciadas auditorías. Va un SIETE con la convicción de que está a tiempo aún para ponerle más empeño.
Pocas cosas positivas qué comentar del exsecretario del Ayuntamiento, Régulo Gámez, quien mostró corta capacidad de conciliación y escasa apertura para los regidores de oposición, por lo que se lleva un lacrimoso DOS. El que llega, Ángel Francisco Rey Guevara, no puede argumentar curva de aprendizaje porque ya tiene experiencia, la cual demuestra con sus dotes de diálogo y conciliación. Pero don Ángel suele ser disperso en sus discursos, además de que ha cometido el error de exhibir asuntos personales de uno de los ediles, lo que le hace arrancar con un SEIS que sin duda podrá mejorar el próximo año.
En Seguridad Pública, a Abraham Flores Luna se le vieron muchas ganas pero pocos resultados; su trabajo pasó desapercibido ya que las labores policiales siguieron recayendo en las fuerzas federales y estatales, y no se le vio propuesta. Se va con un DOS que debe servir de advertencia a Ricardo Fontecilla, nuevo jefazo de la corporación, de quien hay que decir que sí ha generado propuestas, tiene experiencia y ha aumentado el número de agentes. No obstante, le falta actualización, y para que se ponga las pilas ahí se le da un SIETE Y MEDIO.
Como encargado de Vialidad Municipal, Ricardo Hamdan se aplicó en los operativos Radar y Alcoholímetro para bajar los accidentes, sobre todo en el “Periférico de la Muerte”. Pero la falta de supervisión sobre su personal provocó que varios agentes anduvieran haciendo travesuras. Por eso la Pony le manda un travieso SEIS Y MEDIO, nota que comparte con su sucesor, Luis Wiley, quien si bien ha dado seguimiento a los operativos y ha arrancado uno nuevo llamado Cero Tolerancia, éste se ha salido de control porque a los elementos se les está pasando la mano y les está faltando criterio.
Aunque el extesorero Jesús Loza mantuvo finanzas aparentemente equilibradas y sin créditos, salvo el del alumbrado, tuvo problemas para cumplir con disminuir la nómina y al final dejó varios adeudos pendientes, sobre todo a proveedores. Y para recordárselo se le manda un SEIS Y MEDIO. En contraste, Óscar García ha reducido en poco tiempo los gastos de operación, con una depuración de la nómina, además de que presentó el presupuesto mejor elaborado del estado, según el Congreso local. Vaya un decoroso OCHO para él con la firme intención de que no le afloje.
El único funcionario de primer nivel que repite es Fernando Uribe, en Obras Públicas, quien promovió en la pasada administración la creación de varias obras, algunas de las cuales aún están por concluirse. Además, le ha fallado la supervisión de obras a cargo del estado, como el Paseo Independencia y el puente sobre el Nazas, y otras como la Plazoleta Fundadores y el edificio anexo a la Presidencia. Tiene un CINCO que lo debe forzar a aprovechar la oportunidad para hacer un mejor papel.
Uno de los directores más controvertidos fue Antonio Chincoya, en Servicios Públicos, quien usó el cargo más para su beneficio que para el de la ciudad y dejó calles llenas de baches, a lo que hay que agregar que su principal proyecto, la renovación del alumbrado, ha comenzado a revelar fallas en la planeación. Se va con DOS. Un gran contraste lo da Juan Salazar, quien es mucho menos protagónico, aunque a veces raya en lo hermético, pero se le reconoce haber iniciado el programa de bacheo emergente (y urgente) y el mejoramiento del relleno sanitario. Arranca con SIETE Y MEDIO.
Al que se le vio poco en su oficina, a pesar de que la naturaleza de su cargo le exigía lo contrario, fue a Víctor Habib, que como director de Atención Ciudadana a veces resolvía y a veces andaba en otros menesteres. Por eso se le cuelga un CUATRO. Jaime López, el sucesor, ha procurado tener mayor presencia y orientar a los que acuden a Presidencia, a la par que ha extendido la atención a colonias con la apertura de módulos y una rápida respuesta a quejas. Ahí la lleva con un OCHO Y MEDIO.
Guillermo Morales estuvo al frente del Sideapa y lo dejó en números rojos, con broncas en el suministro de agua potable y en drenaje. También le falló la supervisión de obras y programas estatales como la sustitución de redes hidráulicas y los famosos filtros intradomiciliarios instalados hace cinco años que terminaron siendo un fracaso. Un DOS parece mucho. El que lo sustituye, Adelmo Ruvalcaba, ha tenido poco tiempo pero también pasó la charola a empresarios para comenzar la sustitución de drenajes colapsados, además de que pudo evitar que con la avenida del Nazas se suspendieran norias. Inicia su navegación con un nada despreciable OCHO.
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Cruzamos ahora el Padre Nazas y entramos a Torreón bailando como Pancho Villa, en donde el alcalde Miguel Riquelme apenas dio su tercer informe se fue a perseguir su sueño de ser gobernador. Lo primero que procesa la Pony es que don Miguel anduvo muy activo en la segunda mitad del año poniendo primeras piedras, inaugurando etapas y dando banderazos para dejar encaminada la mayor parte de las obras que proyectó hacer. Entre las obras que destacan este año sin duda se encuentra el Paseo Morelos, el cual después de dos años pudo ser terminado. En proceso están el Metrobús y el polémico Teleférico y apenas arrancando la Ciudad DIF, la Ciudad Judicial y el Centro de Convenciones. No obstante, los principales dolores de cabeza fueron el pavimento y el drenaje, debido a las abundantes lluvias y a la falta de un drenaje pluvial adecuado. El año de la pavimentación que prometió al cierre de 2015 no se concretó y tendrá que ser ahora en 2017. Otros asuntos que se ponderaron un día sí y otro también son la seguridad y la reactivación económica, aunque de la primera hay que decir que los asaltos, secuestros y algunos extraños homicidios causaron temor entre el respetable, sobre todo en el último cuatrimestre del año. Pero sin duda el talón de Aquiles fueron las finanzas, en donde la falta de liquidez hizo mella, la promesa de la disminución de la nómina no se cumplió y el desorden tuvo en el uso indebido de recursos de las pensiones y el retraso en el pago a proveedores y contratistas sus más claros ejemplos. Al final, don Miguel deja la administración inconclusa con pendientes y problemillas financieros, lo cual hace que quede con un incómodo SEIS Y MEDIO, que pudo haber sido menos peor si no hubiera suspirando tanto por la anhelada candidatura.
Encabezada por Jorge Luis Morán, actual alcalde interino, la Secretaría del Ayuntamiento se convirtió en una especie de patíbulo donde o se corregían las cosas o se corregían. Por ahí desfilaban funcionarios, sobre todo los encargados de las áreas de Seguridad Pública y salían con la cartilla leída. En Morán recayó la estrategia de seguridad que siguió como una de sus prioridades, al igual que el control y disciplina en el manejo político de los integrantes del Cabildo. La mano enérgica se dejó ver en varias ocasiones de manera que hasta los regidores de oposición deambularon frecuentemente por sus oficinas para diálogos amistosos o para quejarse por alguna diferencia entre las bancadas. El punto oscuro es el brote de algunos hechos delictivos y violentos que amenazan a la ciudad, que, por ser un tema de primer nivel, lo deja un SIETE.
Al frente de Seguridad Pública, Adelaido Flores comparte bastante de la responsabilidad por los brotes mencionados, aunque no es el único reclamo. Si bien la seguridad es hoy mejor que hace tres años, falta que sus muchachos se apliquen más, además de que varios de estos se quejan de que no tienen el equipo suficiente para desempeñar su labor. Por otro lado, las travesuras y pasadas de mano por parte de algunos agentes se siguen registrando y no se ve que haya correctivos eficientes. Va para el teniente un SEIS Y MEDIO que debe servir como llamada de atención.
Vialidad, una de las dependencias más cambiantes, está a cargo de Jorge Jiménez Favela, quien llegó con la consigna de meter orden en mandos medios y agentes ya que las solicitudes de “ayudas” no se corregían. Fue necesario formar un binomio con la directora Operativa Martha Alicia Puente para desarraigar a mandos que habían formado casi su empresa particular en la que los que perdían eran el conductor y municipio. Con el cambio de titular, los ingresos reportados a las arcas municipales mejoraron a más del doble y el servicio de los agentes, aunque a algunos de ellos les sigue fallando el famoso criterio u otros, de plano, siguen de traviesos. La Pony le “aplica” un SIETE Y MEDIO.
En la Contraloría de Javier Lechuga, presunto integrante del clan de funcionarios antreros, parece que todo es color de rosa. De las auditorías tan anunciadas en Autotransporte y Ventanilla Universal, por citar sólo dos, no hay sanciones o resultados reales, por lo que se ignora qué pasa en esta dependencia además de los cursos que a a veces terminan siendo llamadas a misa. Ha sido uno de los funcionarios más cuestionados aunque de manera por demás habilidosa se ha salido por la tangente pese a que en repetidas ocasiones se le solicitó investigar casos como el adeudo de Pensiones y el Rastro Municipal. Por la tangente también llega el CUATRO.
Contra todo pronóstico, Enrique Mota llegó al final del tercer año al frente de la Tesorería, eso sí, muy golpeado por los regidores de oposición siempre quejosos de la falta de transparencia, y los proveedores siempre molestos por la falta de dinero. Sus criticados enjuagues financieros parecen superar incluso a los del zar de la “Licuadora”, Pablo Chávez Rossique. Si bien heredó un fuerte pasivo “oculto” de 400 millones de pesos, también es cierto que sus dotes de buen administrador no se vieron del todo y el caso del adeudo de Pensiones fue la gota que derramó el vaso junto con las eternas excusas del engordamiento de la nómina. La lista de broncas es larga y la gran incógnita es si podrá enderezar la nave en el último año, que, además, es electoral. Mientras se sabe, cuenta con un feo CINCO.
La Dirección de Obras Públicas, una de las principales dependencias de la administración, ha causado polémica por la demora en obras como el Paseo Morelos, que ya está en funciones, y por la dudosa necesidad de otras como el Teleférico. Su titular, Gerardo Berlanga, otro presunto miembro del gremio antreril, ha consumido parte de su tiempo en huir de los desesperados contratistas que prácticamente han hecho obras de fiado porque no les han pagado. Mientras tanto, la pavimentación y el drenaje pluvial siguen siendo grandes pendientes, además de las dudas que existen en la calidad de los trabajos de recarpeteo. Se queda con un CINCO Y MEDIO que tiene oportunidad de mejorar en 2017.
En Desarrollo Urbano, a cargo de Gabriel Calvillo, parece que el tiempo se detuvo. Las quejas por el atorón de trámites son la constante, además de que muchos se preguntan si alguien ahí sabe que una de las funciones es supervisar a los fraccionadores y vigilar el respeto del uso de suelo, porque el desorden en estos rubros crece. Las quejas por solicitudes de “aceite” para engrasar la maquinaria burocrática persisten, ya que don Gabriel es un cumplido burócrata que sale puntualmente a las 3 de la tarde y delega todo en funcionarios de segundo y tercer nivel que “aprovechan” las oportunidades económicas. Ojalá le aproveche el TRES que se le manda.
David Fernández, que ya lleva siete años en la Dirección de Servicios Públicos, parece no salir de la famosa curva de aprendizaje. Con todo y “marea roja”, las áreas verdes de calzadas y bulevares así como de plazas y parques dejan mucho a desear. En mantenimiento urbano, la pintura de cordonería, rayas en los cruces peatonales y el arreglo de los puentes no son buena carta de presentación. La basura sigue proliferando en algunos sectores, como el Centro, en donde los papeleros han ido desapareciendo poco a poco. Y el gran misterio es por qué se sigue manteniendo al departamento de Alumbrado Público si el servicio ya está concesionado y no es nada barato-. Lo que sí es barato es el CUATRO que la Pony le asigna.
En Movilidad y Transporte, Fernando García Tapia no ha podido frenar o regular a los taxis “cinqueros”, pero sí a los Uber cuando ingresaron a la ciudad. Tampoco se le vio color investigando o actuando contra la supuesta mafia de inspectores traviesos. Eso sí, muy dispuesto ha estado a la actualización teórica viajando y conociendo experiencias de otras latitudes, cosa que no le ha alcanzado para ser un impulsor positivo de las negociaciones con los camioneros por el tema del Metrobús. A su favor opera que las flotillas de taxis por fin han comenzado a modernizarse y ha abierto más espacios para movilidad alternativa. Le sirve para un CINCO.
Fernando Russek, de Desarrollo Económico, es el más visible del famoso y multicitado gremio de los antreros, de quien se dice que ha estado más que cómodo dejando que la secretaría estatal absorba el grueso de la responsabilidad en la atracción de inversiones, salvo los bares y restaurantes, en donde curiosamente sí muestra mucha actividad. Para que se diversifique en sus tareas, vaya para él un CUATRO.
En Simas, Xavier Herrera se ha empeñado en mostrar finanzas menos tristes, abrir pozos de agua nuevos, mejorar la atención a quejas con un call-center y promover insistentemente sus labores en redes sociales. Respecto a lo primero, las calificadoras le han dado mejores notas que años anteriores por buenos ingresos y deuda controlada. Y aunque el asunto de la planta tratadora de aguas parece marchar bien para la empresa, aún no está del todo resuelto y se han ido ahí varios milloncillos en asesoría legal. La tarea pendiente está en el drenaje sanitario, que este año se destapó como uno de los principales problemas reflejado en los constantes reclamos de los ciudadanos por brotes pestilentes. Con todo, se le asigna un nada despreciable SIETE Y MEDIO.
La Pony se declara sin datos para calificar a las direcciones de Prevención del Delito y Atención Ciudadana porque se ignora cuál es su labor, ya que el titular de la primera, José Ganem, ya no tiene presupuesto, y a la encargada de la segunda, Martha Rodríguez, se le ha extrañado mucho en las protestas de vecinos por múltiples problemas.
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Arribamos por último a la Urbe de Adobe, en donde el alcalde de Saltillo, Isidro López, también va a dejar tirado el changarro porque quiere ser candidato a gobernador. Tras cumplir el tercer año del gobierno municipal puede presumir haber incrementado el número de policías, renovado el alumbrado público a costos no tan altos y mantener unas finanzas digamos medianamente sanas. Pero en donde queda a deber bastante es en apretar las tuercas para mejorar el servicio de agua potable, el transporte urbano que sigue siendo lamentable, así como en planeación de la ciudad. En seguridad los asaltos bancarios se volvieron un dolor de cabeza y las quejas por malos tratos de agentes una constante en Derechos Humanos. En vialidad se reforzó el programa radar con el cual se redujo el número de accidentes fatales. En servicios públicos el ayuntamiento de plano se vio rebasado por la gran cantidad de baches que hicieron de Saltillo lo más parecido a la superficie lunar. Se invirtió en drenaje sanitario, pero el servicio de agua potable recibió quejas cada vez más duras por el alto costo que no se refleja en una mayor eficiencia. En obras públicas don Chilo presume que más del 90 por ciento de las mismas se realizaron sin ayuda del gobierno provincial. Y de las finanzas, aunque la Peronera Capital mantiene la segunda deuda más alta de la entidad, poco a poco la ha ido bajando. En donde sí de plano no hay avance alguno es el transporte, ya que prácticamente el proyecto de reestructuración sigue igual que como lo tomó la actual administración. Al procesar todos estos datos y revisar que López también ha andado distraído con sus suspiros por la Silla Máxima del gobierno provincial y que ya se va, la Pony concluye que no puede darle algo mejor que un triste SEIS Y MEDIO.
Así, pues, la Pony concluye su titánica y siempre incomprendida labor de calificar a los principales funcionarios que hacen y deshacen en estas tierras, con la consciencia de que ni están todos los que son ni son todos los que están, y con la certeza de que la mejor valoración siempre la tendrá usted, estimado y agudo lector. El equipo de subagentes y un servidor, su Agente 007, les deseamos lo mejor para 2017. ¡Felicidades!