Tiempo. En nuestro país las audiencias son largas y en ocasiones son las comparecencias previas de los procesos judiciales. (ARCHIVO)
Magistrados federales de Chihuahua advirtieron que el nuevo sistema penal acusatorio fracasará si no se deja atrás la costumbre de leer expedientes en las audiencias.
El llamado de atención viene al caso porque todos los delitos cometidos a partir del sábado 18 de junio, tanto federales como del fuero común, tendrán que ser procesados bajo el nuevo sistema previsto en la Constitución desde 2008.
En una tesis publicada el 13 de mayo, el Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa de Chihuahua, el estado que más tiempo lleva con el sistema acusatorio, urgió a fiscales, defensores y jueces a dejar atrás la idea de que "oralidad" quiere decir que tienen que aprenderse de memoria o leer en audiencia los largos escritos habituales en el sistema inquisitorio. "De no ser así y continuar con el actual desarrollo de las audiencias, así como los criterios de amparo que lo confirman, el sistema del procedimiento penal acusatorio adversarial estará destinado al fracaso", señalaron.
Los magistrados Marta Olivia Tello, José Martín Hernández y Raymundo Cornejo revisaron el video de la audiencia inicial de un juicio local por sustracción de menores.
"En el caso, la lectura prolongó las audiencias más allá de lo razonable. Incluso, se observa al juez prácticamente tomando dictado de las partes. Esta forma de desarrollar el procedimiento penal no debe permitirse, pues frustrará el sistema", afirmaron. La tesis se refiere a las audiencias preliminares de los procesos, que en teoría deberían ser ágiles, como en Estados Unidos, donde rara vez toman más de algunos minutos.
Ese no es el caso en México. En enero pasado, el Consejo de la Judicatura Federal reportó que la duración promedio de la audiencias en los Centros de Justicia Penal que operan el nuevo sistema para delitos federales, era de una hora con siete minutos. En muchos casos, se han registrado audiencias de más de cinco horas, aunque no se trate del juicio oral que determina la responsabilidad del acusado, sino de comparecencias previas.
