Siglo Nuevo

Víctor del Árbol

"Me encuentro cómodo en el género mestizo"

Foto: EFE

Foto: EFE

Redacción S. N.

El escritor español Víctor del Árbol, ganador de la 72 edición del Premio Nadal con su novela La víspera de casi todo, confiesa que, lejos de las etiquetas, se encuentra muy cómodo en el "género mestizo", que aprovecha los recursos de todos los géneros.

En una entrevista, Del Árbol señala que para él "la literatura se vale de todos los recursos, del género negro, del thriller, de la novela psicológica", e incluso en sus obras anteriores de la novela histórica, pero, "en definitiva, se trata de literatura, de narrativa, y de la búsqueda de una voz propia en la que el lector se sienta reconocido".

La novela ganadora del Nadal, el más madrugador de los premios literarios españoles, que se publicará el próximo 9 de febrero en español, está ambientada en un pequeño pueblo de Galicia (noroeste), "una suerte de Macondo inventado", donde ha tratado de "crear un universo" y en el que evoca "la historia de personas que son como árboles que tienen las raíces en el agua, porque no tienen nada a lo que aferrarse, excepto el pasado".

Premiado hasta ahora más en Francia que en España, el escritor apunta que se siente más cómodo en las categorías que se utilizan en el país vecino, pues "allí existe el concepto de novela polar, mezcla de policíaco y de noire".

OBRA GANADORA

En La víspera de casi todo, una novela coral, define Del Árbol, hay dos personajes importantes: Paola, una malagueña de la alta sociedad que llega a la costa gallega para cambiar de vida, y Germinal Ibarra, un tipo que ha sido policía muchos años, bastante atípico, ya que está marcado por la enfermedad rara de su hijo, el síndrome de Williams.

En unas pocas horas, las que van de la noche al amanecer, el lector conoce sus historias y "por qué él quiere morir esa noche y por qué Paola, que está en un hospital agonizando, quiere vivir".

Una historia que además él mismo define, es "como ese momento previo a la tormenta, cuando el aire se carga de electricidad, pero también ese instante cuando uno se va a la playa y ve amanecer y uno piensa que todo es posible".

Si hay un protagonista en su novela es el paisaje de la Costa da Morte gallega, asegura el autor, porque "crea una atmósfera de fin del mundo, un lugar abrupto donde la naturaleza no ha sido todavía domada por el ser humano, que exige y forja un carácter muy determinado".

En invierno, con la bruma se crea una atmósfera ideal para la novela negra, repone Del Árbol, quien ha visitado en numerosas ocasiones Galicia y admira el carácter de los gallegos porque "no se quejan, simplemente se adaptan y eso tiene que ver mucho con el paisaje y el clima".

Son personajes que "no son capaces de dejar atrás su pasado, que viven en un presente ficticio, que sólo acumulan horas y días, que sólo hacen que quejarse con la habitual resignación tan asentada en la gente de aquella zona, donde aterriza una mujer guapa, culta, que ha viajado mucho y que procede de Málaga con la intención de cambiar radicalmente de vida".

UN AUTOR CONSTANTE

Todas las novelas de Víctor del Árbol son así, con un tronco común, pero con muchas raíces y aunque uno de los personajes es un policía no hay una investigación: "Creo que la novela policíaca es en cierto modo moralista, busca que la justicia prevalezca, que se atrape a los delincuentes".

Frente al género policíaco, además aseguró prefiere la novela negra, que "pone en el tapete nuestras contradicciones y el dolor, y en este caso aflora el dolor del policía que sufre la enfermedad rara de su hijo como todas las familias en su circunstancia, en soledad".

El ganador del Nadal, un premio dotado con algo más de 19 mil dólares, se fijó en el síndrome de Williams, también conocido como síndrome de Mozart, porque "a pesar de todas las deficiencias que conlleva, los que padecen esta enfermedad tienen un sentido extraordinario de la musicalidad, hasta el punto de que son capaces de tocar el piano solo de oído".

Cree firmemente lo que decía Antonio Machado: El presente es lo único que nunca se termina, una frase, ha apuntado, que también serviría para los personajes de la novela que resultó ganadora a inicios del pasado mes de enero.

CON PASOS FIRMES

Del joven escritor que fue finalista del Premio Fernando Lara en 2008 con El abismo de los sueños, una novela puramente policíaca que no fue publicada, queda la misma persona, pero otro escritor.

"Creo que he mejorado muchísimo, tiendo a la concisión, a la sencillez, que nada tiene que ver con la simpleza, y fue una suerte que no se publicara, por que me dio el respaldo personal de que iba en el buen camino, pero reconozco que no tiene que ver nada con lo que hoy escribo", asegura.

Inició su andadura literaria siendo muy niño, leyendo en la biblioteca del barrio barcelonés de La Guineueta, en donde pasaba todas las tardes acompañado de sus cinco hermanos, hasta que su madre les recogía al salir de trabajar. Una mujer a la que califica de "muy inteligente y una gran lectora".

"Decidí que quería ser escritor cuando gané un concurso de redacción con catorce años en el seminario y me regalaron el libro Réquiem por un campesino español, de Ramón J. Sender”, ha confesado el escritor, quien abandonó su vida de seminarista cuatro años más tarde, cuando se enamoró.

Ingresó en el cuerpo de los Mossos en 1992 (policía autonómica de la Generalitat), "porque yo siempre quise formar parte de la realidad y, entrar en la policía en aquella época, me servía para ayudar a la gente desde dentro y, además, formaba parte de un proyecto democrático y con una identidad muy romántica".

ENTRE SUS OBRAS

En 2011, publicó La tristeza del samurái (Editorial Alrevés), que ha sido un éxito nacional e internacional, que fue traducida a una decena de idiomas (Holanda, Polonia, Rumanía, Macedonia, Israel, Italia, Francia, Estados Unidos, Brasil, China) y superventas en Francia, donde cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios.

Entre los galardones recibidos destacan Le Prix du polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea que otorga la prestigiosa publicación francesa Le Point en el festival de Novela Negra de Lyon; le Prix QuercyNoir, el Premio Tormo Negro 2013 y Le gran Prix de littèrature policière en 2015.

En 2013, publicó la novela Respirar por la herida finalista a la mejor novela extranjera en el festival de cine Negro de Beaune, finalista en el II Premio Pata Negra de Salamanca y finalista a la mejor novela negra 2014 que otorga el festival VLNC.

Traducida al francés, la prestigiosa editorial Rosenbloom (Scribe) ha adquirido los derechos de edición en inglés para Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos, e igualmente se han vendido derechos de traducción a Polonia (Editorial Dragga) y Bulgaria.

Su última novela Un millón de gotas (Destino, 2014) alcanzó en pocos meses la quinta edición, y se publicó en Francia un año después, donde ganó Le Gran Prix de Littèrature Policière 2015 en Francia (modalidad extranjera), prestigioso galardón, decano de las letras francesas ganado únicamente en dos ocasiones por autores españoles, Manuel Vázquez Montalbán en 1979 y Arturo Pérez Reverte en 1998.

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Foto: EFE

Clasificados

ID: 1191392

elsiglo.mx