La visita a Ohio pudiera ser un momento de fuerza política para Trump, que hizo de su posición dura contra la inmigración un eje de su campaña. (AP)
El presidente electo Donald Trump emprendió el jueves una lúgubre misión parecida a las que su predecesor tuvo que efectuar una y otra vez: apoyar a sobrevivientes de actos de violencia, esta vez familias y víctimas del ataque de la semana pasada en la Universidad Estatal de Ohio.
Trump viajó a Columbus, Ohio, para reunirse con diversas personas que resultaron heridas cuando las agredió con un cuchillo el estudiante Abdul Razak Ali Artan en la universidad.
Artan, de 18 años, primero embistió con su automóvil a una muchedumbre en la universidad, después se bajó de su vehículo y apuñaló a estudiantes hasta que la policía lo aniquiló.
La visita a Ohio pudiera ser un momento de fuerza política para Trump, que hizo de su posición dura contra la inmigración un eje de su campaña.
Tras el ataque, Trump dijo en un tuit que Artan, un inmigrante legal somalí, no debería haber estado en el país. Y la semana pasada, el republicano afirmó en Cincinnati que políticas laxas de inmigración promulgadas por "políticos estúpidos" llevaron a la "violenta atrocidad" en la universidad.
"Haremos todo lo posible para mantener el azote del terrorismo fuera de nuestro país. Está llegando gente desde regiones del Oriente Medio. No tenemos idea de quiénes son, dónde están, lo que están pensando. Y vamos a detener eso totalmente", le dijo Trump a esa concurrencia en Cincinnati. "Sólo vean detenidamente lo que acaba de pasar en su estado".
Luego Trump seguirá su viaje a Iowa para la próxima escala de su gira, en la que está agradeciendo a los partidarios que le dieron la victoria en las elecciones presidenciales.
Allí se presentará en Des Moines junto con el gobernador Terry Branstad, a quien planea nombrar embajador en China
El presidente electo se presentará el viernes en Louisiana para apoyar al candidato republicano al Senado en antelación a la ronda de desempate estatal y después efectuará un mitin en Michigan.
El miércoles en la noche, Trump se enzarzó en una nueva disputa en la región centro-norte del país con el presidente de un sindicato local en Indiana.
Chuck Jones, presidente de la delegación 1999 del sindicato United Steelworkers, censuró la declaración de Trump de que había salvado de perderse más de 1.000 empleos en la planta de Carrier en Indianapolis.
Trump arremetió contra Jones en Twitter, donde dijo que el dirigente sindical había hecho "un terrible trabajo" representando a los trabajadores y debería "dedicar más tiempo a trabajar y menos a hablar".
