"Ganar no es lo más importante, es lo único", decía Vince Lombardi, uno de los entrenadores más ganadores en el deporte norteamericano. Y no estaba falto de razón; después de la derrota, no hay nada.
En esta época del año, resulta imposible no seguir de cerca los playoffs de la NFL; imposible no apasionarse.
Luego de una ronda de comodines antes inédita, donde todos los visitantes ganaron, la "lógica" se impuso en la ronda divisional y los locales avanzaron a las finales de conferencia. Pero qué sufrimiento para los aficionados en casi todos los partidos. Y qué emocionante se vuelven los duelos decisivos.
Igual y Patriotas no pasó tantos apuros, pero luego vino un encuentro increíble entre Cardenales y Empacadores, donde los primeros eran favoritos por amplio margen, según números y apuestas. Aunque del lado de Green Bay siempre está el factor "Aaron Rodgers".
Durante el encuentro que cerró la actividad del sábado, el poderoso local que terminó con marca de 13 ganados y 3 perdidos en la temporada regular, navegaba por aguas aparentemente tranquilas, hasta que despertó la fiera sobre el emparrillado; no había más opción.
En prácticamente dos jugadas, Rodgers y los Empacadores recorrieron todo el campo para empatar un partido improbable, partiendo desde su propia zona de anotación y con solo unos segundos en el reloj. El brazo del mariscal de campo de Green Bay una vez más apareció como arma letal.
Se fueron a tiempo extra y el milagro se asomaba en Phoenix; la remontada era ya obligatoria para los 'Packers'. Pero tras perder el volado, llegó la realidad. El veterano Fitzgerald guió a Arizona a la final de la Conferencia Nacional y dejó la hazaña de Rodgers como mera anécdota.
"No vas a vivir de 'hail marys'", rezaba un meme que amigablemente me hizo llegar el buen Demetrio. Y no hay más. Así se vive la NFL, donde solo la victoria cuenta.
Las derrotas con "la cara al sol no existen"; nadie mira al astro rey cuando sabe que no hay mañana.
Otro que también ganó esta semana fue Santos; adiós a la "maldición" en casa. Bien ahí.
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