A los estudiantes de segundo semestre de Preparatoria de la UVM.
El aficionado cobra conciencia. Al menos en algunas ligas del primer mundo. "Somos aficionados, no clientes", dicen en Liverpool. "Sin los aficionados, el futbol es nada".
El inglés protesta. Su himno, "Never walk alone", o "Nunca caminarás solo", queda para mejor ocasión. El aficionado se rebela; no está de acuerdo en que le aumenten 77 libras al precio del abono y abandona al equipo, aunque sea sólo unos minutos. Aunque sea sólo para manifestar su enojo.
Aquí no se gana en dólares, ni en euros. Aquí se trabaja mucho y se gana poco. Ir al estadio no es lo que era antes, de eso ya se ha hablado antes. Pero no deja de ser cierto.
Y parece que lo que le molesta al aficionado de casa es el aumento en los precios de los boletos de una manera desmedida. ¿A qué obedece el incremento para el partido de este miércoles en el Estadio Corona?
Son semifinales de la llamada "Concachampions" ante un rival de la Liga MX. Uno de esos a los que se enfrenta el "Albiverde" al menos dos veces al año.
Ya no viene Giovani, Gerrard o Keane. Le toca el turno a viejos conocidos: Peralta, Quintero, Mares. Y los boletos, por las nubes.
Si bien el club está en su derecho de poner los precios que crea conveniente según el partido que esté por jugarse, el fiel seguidor del "equipo de todos" se siente agredido.
¿En qué momento sucedió que un juego contra el América es más valioso que el resto?
Incluso en el mismo torneo Clausura 2016, o los recientes anteriores, los precios varían según el rival.
Cuenta la leyenda que alguna vez el futbol se practicó sólo por diversión. Hoy queda claro que lo primordial es el negocio, al menos en lo profesional. Y ahí, la prioridad no es el aficionado que cada quince días va al estadio, sino el que sigue al equipo por televisión. El que consume el producto.
"Si alguien no da con la pócima para conjugar hinchas y clientes, cuidado, cuidado", asegura José Sámano en su artículo en El País [http://deportes.elpais.com/deportes/2016/02/11/actualidad/1455212385_218666.html]. Y cita al dramaturgo brasileño Nelson Rodrigues: "Ay de un club que no cultive sus nostalgias".
¿Estamos preparados para que sean los aficionados los que les dicten las reglas a los dueños del futbol?
En Inglatera, los seguidores del Liverpool han puesto la muestra. Dejaron a su equipo al minuto 77 de un partido y la directiva dio para atrás en su decisión de aumentar los abonos.
En Alemania, los hinchas del Dortmund han hecho algo similar. Y el equipo se les entrega en cada cita.
Ayer, uno de los seguidores murió en el estadio. El apoyo cesó ante la incredulidad de los jugadores, que no sabían lo que pasaba. Al final, los presentes cantaron el célebre "Nunca caminarás solo" y los héroes de la cancha les brindaron el triunfo a quienes le dan vida al futbol: los aficionados. Sin ellos, el futbol no tendría sentido.
jsepulveda@elsiglodetorreon.com.mx