Leicester City está cerca de coronar una campaña de ensueño. El pequeño equipo británico con 132 años de historia nunca había estado tan cerca de lograr el título de la máxima categoría en el futbol de Inglaterra.
Semana a semana, Leicester es la noticia en la Premier League. Si no gana, porque le da esperanza a sus más cercanos perseguidores en la tabla. Si gana, porque da un paso más hacia lo impensado, ese terreno oscuro al que pocos se animan a adentrarse.
Semana a semana, este modesto club cuya prioridad era mantenerse en la Primera División representa la esperanza para los débiles.
En lo personal, me daría gusto que concluyeran la hazaña; lograr el título en una de las mejores ligas del mundo, donde compite con equipos de cartera abierta como Chelsea, Manchester City, Manchester United; con históricos del balompié mundial como Arsenal y Liverpool; compite también contra otras revelaciones o equipos de esporádicos triunfos, como el Tottenham, su actual escolta en la clasificación.
Principalmente, el Leicester City compite contra sí mismo, contra sus propias limitaciones. Es una lucha diaria. En cada entrenamiento. En cada partido. Dejar atrás los miedos para aspirar a lo más grande. Con jugadores brillantes surgidos de ligas amateurs, el caso de su goleador y figura Jamie Vardy.
La historia del Leicester es un romance en toda la extensión de la palabra. Con un técnico en el que no todos creían, pero con toda la experiencia del mundo.
Claudio Ranieri llegó a la raíz del problema y lo va resolviendo con lo justo; solidez defensiva para luego explotar las características de su gente de ataque.
Semana a semana, evito caer en falsos triunfalismos. Porque la proeza a la que aspira este equipo no es poca cosa; se trata de un campeonato que consta de 38 fechas, además de la FA Cup y la Copa de la Liga Inglesa. No es por "chiripa" que Leicester lidera hoy la liga; es trabajo, constancia y creer en un proyecto.
En las vitrinas del Leicester City no hay mucho qué presumir. Sin embargo, en sus tribunas hoy habita la esperanza de un pueblo que había estado destinado al olvido.
Hoy, el club de los Zorros nos invita a soñar, nos devuelve ese derecho. Y nos recuerda que la gloria está al alcance de todos. Está ahí, para quien quiera ir tras ella.
jsepulveda@elsiglodetorreon.com.mx
