En determinado momento de la Eurocopa, cuando el torneo aún era joven, el técnico Fernando Santos declaró que no le importaba si su equipo avanzaba con puros empates a la final. Parecía una aseveración aventurada, exagerada, desmedida. De esas que pueden quedar en la mera anécdota y nada más.
Portugal superó la primera ronda del torneo con puros empates, sin convencer a nadie en el grupo que parecía más a modo. Terminó tercera del pelotón, por abajo de Hungría e Islandia; si hubiera terminado así en cualquier Eurocopa anterior, no le hubiera alcanzado para avanzar. ¡Tres miserables empates fueron suficientes (incluido uno ante la inoperante Rusia en su debut en el torneo)!
Luego, por caprichos del destino, quedó situado en la llave más inaudita que cualquier aficionado al futbol pudiera imaginarse, entre equipos como Suiza, Gales e Irlanda del Norte.
Dio cuenta (1-0) de Croacia en los octavos de final con un gol en tiempos extra. Derrotó a Polonia en los cuartos en la definición por penales.
Dejó los goles para la semifinal ante Gales (2-0), en tiempo regular, pero con escasa brillantez.
Y ayer en la final, cuando el partido coqueteaba con irse otra vez a penales, aparece un hombre de la banca para definir el encuentro. Un 1-0 más que suficiente.
Las palabras de Santos ahora regresan a la mente. Si bien el equipo no llegó con puros empates, si lo hizo casi con lo mínimo; los jugadores actuales se cansaron de historias geniales en el pasado sin un título que presumir.
"Antes jugábamos bonito y teníamos que hacer las maletas, perdíamos. Ahora hacemos nuestro futbol y estamos en la final", dijo un aficionado un día antes de conseguir el ansiado título.
Quizá lo más destacado del triunfo de Portugal en la final de la Euro es que lo hicieron sin Cristiano Ronaldo; fue un logro en equipo. Y quizá a partir del momento en que la máxima figura del futbol luso dejó el campo entre lágrimas es cuando se comenzó a gestarse la hazaña.
Fue un torneo de sorpresas y romper jerarquías. Donde las selecciones dejaron atrás sus fantasmas y los chicos dieron pasos agigantados hacia el futbol del primer mundo.
Ahora viene la realidad en camino. Este próximo viernes se pone en marcha el balón en la bien amada Liga MX. Con 18 equipos que se han armado en busca de conseguir sus particulares objetivos. ¿Espectáculo? Esto es futbol, no el circo, dirían algunos.
Y es que a final de cuentas, ¿a alguien le importa no dar espectáculo si se logra el campeonato?
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