Los Cafés de Cleveland tuvieron que recurrir a su quinto mariscal de campo en apenas cinco semanas de la temporada en la NFL; las lesiones no sueltan a quienes comandan la ofensiva del equipo. Y dijo alguien en un grupo de WhatsApp dedicado a la NFL: "lo que tienen que hacer para no jugar con los Browns".
Lo dijo en broma, quiero pensar. Pero mientras veía a Charlie Whitehurst intentar conectar pases, no pude evitar pensar: ¿Qué hace un mariscal de campo en un equipo como los Browns? ¿Qué ilusiones puede tener?
Whitehurst tiene 34 años, 10 pases de anotación y siete intercepciones en su carrera en la NFL. Ha estado en San Diego, Seattle, Tennessee (donde "jugó" más) e Indianápolis.
Es un jugador gris e intrascendente que parece todo menos jugador. Y pensar que a eso tuvieron que recurrir los Cafés tras el fiasco que resultó la contratación de Robert Griffin III. Ver correr ayer a Whitehurst de verdad hizo que muchas preguntas me llegaran a la mente.
Cody Kessler tuvo que abandonar por lesión. Entró Whitehurst, pero duró muy poco y terminó el partido Terrelle Pryor. La lista va en aumento. Y qué decepcionante para los aficionados de Cleveland tener que soportar esta situación.
Dicen que muchos de primera fila revendieron sus entradas a aficionados de Nueva Inglaterra. Esto ya no sé si es broma, pero sería comprensible. ¿Qué maldición pesa sobre los Cafés y sus mariscales?
Antes de que empezara la temporada, 24 quarterbacks habían iniciado al menos un partido con Cleveland desde 1999. Con RGIII la lista crece... y parece no tener fin.
En Filadelfia, el novato Carson Wentz no tenía intercepciones... hasta ayer, en un intento largo con la intención de darle la vuelta al marcador en los últimos minutos del partido. Desde que el balón iba en el aire, se podía pensar que acabaría en las manos del rival.
Y así, la racha invicta de las Águilas terminó. ¿Mala suerte?
No; los resultados son la suma de decisiones. Ayer, Wentz se equivocó en Filadelfia, mientras en Cleveland, llevan 17 años de errores.
Reitero mi apoyo incondicional a Rafa "La Máquina" Carreón y Alfonso Mijares, Browns de corazón.
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