Voz del Dihablo

Hay muertos que no se mueren y vivos que no respiran. No recuerdo dónde escuché algo así, pero se me vino a la mente por estas fechas, justo cuando algunas estrellas del rock comienzan a caer al inframundo.

Resulta que, en muchos casos, la muerte inmortaliza, por irónico que parezca. Y en días recientes, ¡vaya que han muerto celebridades! De todos los géneros y para todos los gustos. En lo personal, la más significativa pérdida reciente en la farándula fue la de Lemmy, lo manifesté en alguna edición anterior. Días antes, había muerto también Scott Weiland, ícono de la música noventera que le dio en la ma… al rock (cada vez entiendo más ese punto).

Pero apenas en los primeros días de este año, ya se fueron Dale Griffin (baterista de David Bowie y Mott the Hoople), Glenn Frey (The Eagles), Everardo Mujica Sánchez "Lalo Tex" (Tex Tex) y Sergio López, exbaterista de Luzbel. Por supuesto, y para quienes les guste, David Bowie. Y los menciono a todos para "hacer bulto" y porque así tiene que ser. Ya cada quien sabrá cuál muerte lamenta más o cuál le viene importando un pepinillo.

Lo innegable es que a partir de sus respectivos decesos (depende del tamaño del personaje), el músico cobra dimensiones que no conoció en vida. Bowie, por ejemplo, ya era más que famoso, pero a partir de su muerte se vuelve algo cercano a Dios. O Lalo Tex, de quien tengo recuerdos de la juventud, y con la noticia de su fallecimiento "revive" (a ver si no me hago "bolas"); ¡ahora todo mundo es fan de una banda que, en lo personal, tenía en el olvido! Y lo que nunca falta: la gente que se enoja porque luego de la muerte, los muertos se vuelven 'trend topic' (más o menos lo que acabo de hacer).

Pero esto no es cosa nueva ni terminará pronto. Recuerdo que a la par de escuchar a Metallica y Guns N' Roses, a principios de los 90, también seguí la carrera de Nirvana, cuando escalaba lugares en las listas de popularidad como espuma de cerveza en un tarro helado. De repente, al regresar de unas vacaciones de Semana Santa, me encuentro un recorte de periódico que me había guardado una prima (de las páginas de El Siglo de Torreón) con la noticia de que Kurt Cobain se había pegado un "escopetazo" en la cabeza.

La fama llegó como nunca a Nirvana y hoy se sigue lucrando con su muerte, ¡más de 20 años después! (Anda por ahí un material recién publicado de unos 30 'tracks' ¡en un solo disco! Hasta grabaciones de cuando el "güerito" se sentaba en el "trono" se incluyen, creo).

Mi recomendación: dejemos que los muertos descansen, acerquémonos a quienes ya se fueron a través de su música. Y que cada quien hable y rinda tributo a quien quiera. Vivamos en paz y que la única violencia en nuestros corazones provenga de un buen 'thrash'.

Recuerden, ya se vienen las eliminatorias locales para el Hell & Heaven 2016; buena fiesta se anda armando en la ciudad. Este sábado, Vómito Nuclear en Torreón y el próximo jueves nos vamos a ver a Arch Enemy a Monterrey.

See you in hell… junto a Lemmy, Cobain y de más. La Música del Dihablo [Facebook] y @Foko_54 [Twitter].