Voz del Dihablo
Circula en las principales redes sociales una especie de “cadenita”, de esas donde hay que responder ciertos cuestionamientos que muchas veces a la mayoría del resto del mundo no le importa un bledo (¿alguien sabe qué es un bledo?) pero que a otros nos llama la atención ver las respuestas de nuestros contactos.
La dinámica, en este caso, va directamente sobre los gustos musicales de cada quien. No sé si nada más a mí me pasa, supongo que no, pero los gustos musicales van cambiando con el tiempo.Van madurando.Mutando. Evolucionando.Y, en algunos casos, hasta retrocediendo, si es que es posible medir retrocesos en este campo de la vida.
Por ejemplo, en una efímera etapa (efímera como el ‘grunge’ mismo) Nirvana llegó a ser mi grupo favorito. Fue antes de queKurt Cobain escapara por la “puerta falsa” y se convirtiera en un ícono de la modernidad. Hoy, rara vez escucho sus discos, aunque hace poco desempolvé el Nevermind, le di una repasada de principio a fin y no dudé en reconocer que es una obra maestra, un material destinado al éxito mediático. Un disco indispensable del melómano moderno.
La “cadena” en cuestión nos pone de inicio un señalamiento directo: banda que odias. Por puro ocio, quise responder el interrogatorio pero trastabillé desde la primera pregunta; ¡no odio a ninguna banda! Odiar implica un esfuerzo, y si una banda no me gusta, no tengo porqué esforzarme en ella. Y es raro, porque sí pasa que escucho de repente algo que no me gusta y muestro mi desagrado al instante.Mi total reprobación. Mi indignación total. Pero luego caigo en un principio elemental de la sana convivencia y del me vale mad… “Y es que la gente tiene derecho a ser pend…”, entendí con el tiempo.
No supe a quién poner en esa categoría, “banda que odias”. Porque odiar a alguien supone una inversión y si odio algo, entonces no merece mi atención ni siquiera para odiar. No, no odio a ninguna banda. De nada serviría. En alguna época pude poner a Guns N’ Roses, ídolos de la temprana adolescencia, pero que luego de años perdoné tras estar en una espectacular presentación en vivo en 2011, en Kansas, aún sin algunos de los principales integrantes de los años maravillosos.
¿A quién más podría odiar? ¿Panda (Pxndx)? Tal vez, pero que huev…¡nimehan hecho nada! Sólo son patéticos y aburridos y ya. Y no, no entra ni siquiera en géneros de música que me guste escuchar.Hay quien odia a grupos como Pantera. ¡Por Dios! Más bien, ¡por Satán! Pantera es la onda. Che grupo desmadr… que sobre el escenario era capaz de provocar una verdadera revolución entre los que presenciaban sus shows y que en ‘backstage’ destrozaban todo a su paso. Literal.
¿Odiarlos por ser auténticos ‘rockstars’? Cada quien. Es como quien odia aMessi o Cristiano sólo por ser los mejores. Este sábado en la Comarca Metalera se presenta la legendaria banda mexicana Transmetal, quienes desde hace algunos años no han parado y sus presentaciones han sido constantes en los principales escenarios del país. La novedad, Pimentel y Leprosy vienen por el mismo precio.
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