VOZ DEL DIHABLO
Qué tal mis hermanos, en las buenas y en las mañas. Me encuentro sentado, degustando una 'Trooper', la última novedosa cerveza surgida desde las entrañas de una de las dos bandas de 'heavy metal' más influyentes en el universo: Iron Maiden.
Ese ligero toque a café, auspiciado por la cervecería Robinsons, resulta el perfecto aderezo para escribir estas líneas. Aprovecho el momento para mandar un saludo a mi tocayo, quien amablemente atiende mis necesidades en la famosa "caja de las cervezas" sobre el Paseo de la Rosita, unos metros antes de topar con Diagonal Las Fuentes, en Torreón.
Entrando de lleno a la materia que nos ocupa, hoy (casi) cerraremos el año con el comentario sobre lo último acontecido en nuestra querida Comarca Metalera.
Fue un fin de semana cargado de emociones y sentimientos 'darks'… y así. Directo desde Durango, se presentó Stowm con su nueva vocalista, Annie, que según mis cálculos, no había venido por estos lares. ¡Y vaya que sorprendió a todos los vivos y muertos!
La banda tuvo presencia y un sonido potente a la vez; se ve que sabe lo que quieren. Comentaba el buen Orlando: "¿por qué en Durango hay menos bandas pero suenan mejor que las de aquí?". Difícil contestar, pero debe ser algo así como trabajo, disciplina y constancia. Y, sobre todo, no creerse famosos antes de serlo.
Stowm amenizó el llamado Vampire Fest, en honor a la Vampira, que anda celebrando su cumpleaños por estas fechas. Pero atrajo además a asistentes con ganas de escuchar el metal que presentan los hermanos del vecino estado, así como los representantes regios: SickMorgue, The Quantum Possession y Brutal Pig. Además de los anfitriones, Vysehrat. Buena exposición de subgéneros, en el mejor lugar, la casa del Dihablo [Allende, a 20 metros de la Plaza Mayor].
Un día antes, en el mismo escenario, se llevó a cabo la edición 2016 del Navideth. Con la mejor de las intenciones y la recaudación de juguetes para los niños que menos tienen, se presentaron un sinfín de bandas locales para que al final, el 'headliner' no alcanzara a tocar. Esa fue la molestia más marcada entre quienes pagaron 120 pesos por ver a Rapture. Los que sí hicieron buen ruido fueron Piraña, pero resulta incomprensible como la banda "estelar" se presenta puntual a la cita y se queda observando el desfile de bandas sin poder hacer nada.
La explicación de los organizadores fue "falta de tiempo", lo cual nos habla de: o una mala planeación o de una ineficaz resolución a los problemas que siempre se presentan en el momento menos indicado. Es decir, si ya se vio que no va a alcanzar el tiempo, se le van restando minutos a los grupos anteriores para dejarle espacio al "principal". Más que nada porque es el principal.
Como sea, fue un fin movido en la Comarca. Con choques de fuerzas sobrenaturales y mucha buena vibra metalera. (¡Qué así siga nuestra escena!).
Dejo abiertos los canales de comunicación: La Música del Dihablo [Facebook] y @Foko_54 [Twitter] y les extiendo la (casi) última recomendación del año: Atoma, de Dark Tranquillity.