VOZ DEL DIHABLO

Jefes, ahora sí, el año ching… a su… El 2016 está a punto de ser historia. Y como siempre, como cada año pasa, deja discos nuevos, conciertos, festivales, muertos. Es lo natural.

Hoy, mientras escribo estas líneas, recuerdo al señor Lemmy Kilmister, quien aparece en memes e imágenes alusivas a los muertos del año que llega a su ocaso, pero que murió en 2015 (precisamente un 28 de diciembre, el día que conocemos como el de "los Santos Inocentes"). Como sea, alguien se confundió y lo metió entre los muertitos de 2016.

En lo personal, recuerdo la fecha como una mala broma. Es costumbre que "un día como hoy" (me refiero al día en que escribo esta columna) se hagan aseveraciones haciéndolas pasar como hechos reales para luego recurrir a la frase "inocente palomita que se dejó engañar". Así veía hace un año la muerte de Lemmy; pensé que era broma.

Pero seamos serios, por supuesto que una noticia así no es para alegrarse. Sin embargo, en este año sin Lemmy no me ha pasado nada como para seguir triste por su muerte. Seguramente para sus familiares, amigos y cercanos, sí ha sido un año difícil, pero para un mortal como su servidor, nada ha cambiado.

La leyenda de Lemmy (y Motorhead) se consolidó con su muerte, como suele pasar. Material grabado del señor hay bastante como para seguir disfrutando. Además, todos sabemos que sus discos eran (hasta cierto punto) repetitivos. Es decir, no se aventuraba demasiado en cada producción, por lo que no esperaríamos que en 2017 fuera a sacar la gran joya; sus discos o nos gustaban todos, o los repudiábamos por igual. Esto, en un amplio sentido. No pasa nada.

Sobre discos buenos de 2016 sí pensaba hacer un listado de los que más me gustaron. Incluso consulté fuentes serias para buscar los materiales que no pude escuchar, pero los días pasan rápido y no, definitivamente no tuve tiempo de escuchar todo. Se los debo.

Destacado me parece el Evil Divide de Death Angel, por ejemplo. O recién disfruto como de Brotherhood of the Snake (Testament) y Delirium (Lacuna Coil), buenos trabajos, pero que me falta escuchar más.

Pero veamos a lo que sigue. En enero, el mero 14, Metaleros Unidos celebrará un año "al aire" con un "toquín" (aunque a muchos no les guste la palabra, es toda una reliquia) que se antoja. Se antoja. Y así. Amenizarán la velada Bad Grass, que no necesita mayor presentación, los carnales de Paniko, Legolas y Fragor. Y se supone que también mis hermanos de Ride, pero hasta no ver no creer. Nomás nunca se me ha hecho escucharlos sobre un escenario y vaya que sé de la calidad que manejan. Ojalá y esta vez sí se me haga.

Todo esto ocurrirá en conocido centro de entrenamiento sobre la avenida Allende, a menos de media cuadra de la Plaza Mayor, en Torreón; casa del Dihablo Fest, de Metaleros Unidos y demás escena 'underground'/alternativa de La Laguna. Del nuevo Navideth, incluso.

Siento que me faltan cosas por decir pero también veo como irremediablemente se me acaba el espacio. Es hora de decir adiós. Nos seguimos leyendo en 2017 y, de corazón negro y metalero, les deseo que lo mejor esté por llegar.

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