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¿Y ahora qué?

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

ENTRADA.-De que vienen cambios para los Estados Unidos, vienen; que las relaciones de Norteamérica con los países asiáticos y europeos van a cambiar, no hay duda; que la política de los vecinos con nosotros y los países latinoamericanos será ahora muy diferente, tampoco cabe duda.

El martes pasado el electorado norteamericano tomó la decisión de cambiar sus relaciones políticas y económicas con el resto del mundo. Si nos atenemos al limitado y pobre programa de gobierno que Donald Trump propuso a sus electores, quedó claro que el empresario millonario sí es un peligro a para su propio país como para el mundo en general.

Después de nuestras histórica, larga y compleja relación con el pueblo y gobiernos norteamericanos, hasta ahora venimos a darnos cuenta de la terrible discriminación racial que cultivan contra nosotros.

También sabemos ahora, que la discriminación no es privativa de Trump, la practican esos millones de norteamericanos que votaron por y que piensan como él, de que somos generalmente asesinos, bandidos, traficantes o malhechores.

SOPA.-Otra muestra de la decadencia norteamericana fue la votación de millones de mujeres que sufragaron en favor del acosador sexual, del torpe machista que las insulto, denigró y sobajó durante toda su campaña.

También sabemos ahora que no es solamente Trump quien quiere construir un gran muro fronterizo, también lo quieren millones de norteamericanos que votaron el pasado martes. Tampoco es él quien quiere expulsar a los ilegales o robarles parte de sus remesas. Como él son además los millones de electores que así lo votaron. No es solamente Donald Trump quien hostiga a nuestro país, también lo hostigan esos millones de electores que el martes pasado ganaron las urnas.

Todo queda comprobado por el hecho de que los republicanos ganaron también la Cámara de Senadores y la de Representantes, lo que quiere decir, que, en su gran mayoría los estadounidenses piensan exactamente como Donald Trump. Ahí es donde está el problema.

PLATO FUERTE.- El triunfo de Donald puso en estado de pánico a todos los mercados financieros del mundo, desde México hasta Japón pasando por Asia y Europa.

He aquí algunas de las ocurrencias por las que votaron los norteamericanos: destruir el sistema de libre comercio y la integración económica global; desmantelar los tratados de libre comercio que USA tiene firmados especialmente con México; castigar a las empresas norteamericanas que inviertan en el extranjero; imponer un mercantilismo proteccionismo y nacionalista a ultranza; desaparecer a la OTAN, alianza militar que mantuvo por décadas la paz en Europa; encarcelar a Hilary Clinton; que no es preocupante la proliferación de las armas nucleares; la de construir un gran muro en la frontera con México; gravar y dificultar las remesas de los migrantes mexicanos; expulsar de su país 11 millones de ilegales y legales de origen mexicano; dejar sin piso muchos de los principios cardinales de la política exterior estadounidense vigentes desde que los aliados derrotaron a Hitler.

Aunque algunos sensatos trataran de acotar las acciones del orate, esto será difícil en razón de que su Partido Republicano controlará ambas cámaras del Congreso. De ahí que al mundo le aguardan días complejos.

 POSTRE.- En todo este laberíntico caos poco o nada podemos hacer los mexicanos, aunque sí existen algunas áreas donde podríamos hacer algunas acciones efectivas en defensa de nuestra economía y del país, tales como: no ir a gastar nuestro dinero a los Estados Unidos especialmente en sus comercios fronterizos, esto los haría caer en una severa crisis regional de tipo comercial.

No compremos productos gringos, busquemos los mexicanos bien hechos que tienen como clave 750 (los chinos son clave 690 y 695, malos y mal hechos). Sin duda podemos comprar productos asiáticos, europeos y latinoamericanos de igual calidad y precio. Lee las claves antes de comprar.

 DIGESTIVO.- Si no obstante el trato vejatorio que nos dan los gringos seguimos gastando nuestro dinero en sus negocios y servicios, es que somos uno de los pueblos más estúpidos y agachones del planeta y merecedores de todos los males que nos aquejan.

Como dijo el presidente Barack Obama el martes por la noche: "No importa lo que pase, mañana saldrá el sol".

Esperamos que así sea.

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