Oficialmente el pasado viernes concluyó el ciclo escolar, sin embargo todo parece indicar que el conflicto magisterial que desde hace meses se vive en el país no tomará vacaciones.
Las mesas de diálogo entre el gobierno federal y los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) apenas arrancaron y a pesar de los acuerdos, los maestros disidentes mantienen las protestas que han afectado las actividades comerciales principalmente en los estados de Oaxaca y Chiapas.
Debido a esta situación, los agremiados a la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) presentaron una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por la probable violación a los derechos de la población. La tensión ha crecido ante el reclamo de la iniciativa privada que exige soluciones que permitan el libre tránsito de productos a través de las carreteras bloqueadas por los profesores.
A un mes del enfrentamiento entre la policía y maestros que dejó ocho personas muertas en Nochixtlán, Oaxaca, y de que el gobierno federal proyectara una imagen de intransigencia con la determinación del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, sobre usar la fuerza si continuaban los bloqueos carreteros de la CNTE, se requería un mensaje que abriera la vía de la negociación.
Y éste se dio en dos frentes: por un lado, Osorio Chong, acordó realizar mesas de diálogo con los integrantes de la Coordinadora y por el otro, el secretario de Educación, Aurelio Nuño Mayer, admitió la discusión y modificación de las evaluaciones docentes (el punto más crítico de la reforma), ante el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que se ha mantenido cercano al poder.
El presidente Enrique Peña Nieto ha dejado en claro que la Reforma Educativa se mantiene, que lo único que se someterá a revisión es el sistema pedagógico y de contenidos de la enseñanza. El secretario de Educación tiene la misión de presentar en estos días un nuevo modelo educativo y en las próximas semanas el rediseño de la evaluación a profesores, que se gestará a través de foros entre especialistas y maestros.
Los acuerdos logrados con las dos fuerzas magisteriales del país, sin ceder por completo a las presiones, se pueden considerar un acierto de las autoridades, pero la paz y sobre todo, la calidad en la educación se encuentran aún lejos.
Mientras los sindicatos, políticos y empresarios exigen soluciones al conflicto porque ha tocado sus intereses de diversas maneras, poco se ha tratado sobre la realidad que se vive dentro de las aulas, esa que no ha cambiado.
A los profesores se les exige aplicar un enfoque basado en competencias en salones que rebasan los 30 o 40 alumnos y que carecen de las condiciones adecuadas, como aire acondicionado o bancas suficientes y en buen estado. Se les pide fomentar el manejo de las tecnologías de la información y la comunicación en escuelas que no tienen energía eléctrica o apenas cuentan con una o dos computadoras para que los alumnos practiquen.
La docencia es una actividad compleja, difícil de evaluar en una prueba universal o en las planeaciones didácticas que los profesores deben entregar cada ciclo. Las habilidades de comunicación, empatía y actitud social se manifiestan en el aula, no en papel.
Los maestros se enfrentan a las condiciones particulares de la institución y de la comunidad como puede ser la pobreza, la violencia o la multiculturalidad, por lo que requieren una formación que les permita actuar adecuadamente a estas condiciones.
En los próximos días se verá cómo el nuevo modelo responde a las necesidades docentes con el fin de mejorar la educación. Esta es la gran apuesta, lograr una sociedad más educada y por lo tanto más crítica y demandante ante el gobierno.