— Anónimo
Yo no voy a recomendar a los ciudadanos del Estado de México, Coahuila, Nayarit o Veracruz que voten por tal o cual candidato o partido. No corresponde a un calumnista de periódico decir a nadie por quién votar.
Lo que sí puedo recomendar a quienes viven en esas entidades es que vayan hoy al comercio de su predilección para abastecerse de bebidas alcohólicas. ¿Por qué ofrecer esta recomendación en un espacio que supuestamente debería aportar reflexiones políticas en vísperas de unas elecciones? Porque una vez más la clase política está mostrando su desprecio por los ciudadanos al decretar la ley seca.
Esta prohibición no sólo es insensata, sino que representa un insulto a los ciudadanos. El mensaje de los políticos es que los mexicanos no tenemos la madurez suficiente para decidir si consumimos o no bebidas alcohólicas antes o durante una elección.
La ley seca es una agresión a comercios, bares y restaurantes a los que provoca un desplome de sus ventas. Afecta en particular a meseros y personal de servicio que dejan de percibir propinas. También es un acto de desprecio a los ciudadanos, a quienes los políticos no les permiten tomar una decisión tan personal como tomarse un trago.
Según Pablo Durán, presidente de la Canirac del estado de México, la cámara restaurantera, solamente en los bares y restaurantes de esa entidad se registrarán pérdidas por 120 millones de pesos. Más de 300 mil familias se verán afectadas. Las pérdidas se multiplican por el hecho de que el sábado se jugará la final de la Champions, un partido de futbol que genera gran expectativa y que usualmente llena los bares y restaurantes. Los clientes de la zona metropolitana tendrán que trasladarse a la Ciudad de México, donde no se aplica la ley seca, para ver el partido. En la Comarca Lagunera tendrán que ir de Torreón a Lerdo.
En 2015, cuando hubo también elecciones en el estado de México, una cuarta parte de los municipios quedaron exentos por ser turísticos. La ley permitía entonces que la autoridad diera ese trato especial. Pero los legisladores mexiquenses no iban a quedar satisfechos si no ocasionaban el máximo daño a los ciudadanos. Por eso modificaron el código electoral local para prohibir toda venta de bebidas alcohólicas.
Resulta curioso que el gobernador Eruviel Ávila haya pedido a los consejeros del Instituto Electoral del Estado de México que permitieran que en este 2017 se aplicara nuevamente la exención turística. Los consejeros se lavaron las manos y señalaron que, con el cambio de la ley, ellos no pueden hacer nada. Eruviel debió haberse opuesto a la modificación del código.
México ha tenido varias elecciones sin ley seca. Yo en lo personal viví dos, la de 2006 y la de 2009 en la Ciudad de México. No se registró, por supuesto, ningún incidente por haberse respetado la libertad de los ciudadanos. El problema no somos nosotros, sino los políticos que consideran que somos unos irresponsables que no votaremos como ellos quieren si tomamos una copa de vino.
Por eso no voy a ofrecer en este espacio una recomendación a los ciudadanos del Estado de México, Coahuila, Nayarit o Veracruz para votar por algún candidato. Sí les recomiendo que se abastezcan de inmediato con las bebidas del fin de semana. Lo mismo harán los políticos que impulsaron la prohibición.
JUEZ CONSUELO
Más que juez, Felipe Consuelo fue parte. Prometió al sindicato de Mexicana de Aviación que "a golpe de resoluciones" haría entender al gobierno cuál era "su función": apoyar al sindicato. Alargó ilegalmente el juicio mercantil y al final hizo daño a los trabajadores al dejar que se erosionara el valor de la aerolínea. Años después, el juez ha sido suspendido seis meses por sus faltas.
Twitter: @SergioSarmiento