(Primera parte)
Alá por los finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, queriendo escribir sobre algo que trascendiera y quedara para la posteridad, me eché a cuestas la tarea de escribir de todos y cada uno de los monumentos que por aquellos entonces existían en toda la ciudad de Torreón.
Recuerdo que hasta donde pude, traté de seguir un orden cronológico, y si mal no recuerdo, empecé por el torreón que se encuentra en lo que es la zona del Mercado Alianza, ahora convertido en todo un atractivo museo, y de allí seguí con los demás.
Esta tarea, si mal no recuerdo, me llevó más de dos años, y el último al que hice alusión fue al monumento, más bien busto, del ingeniero que diseñó lo que llegó a ser una de las colonias más residenciales de la joven ciudad: Torreón Jardín, misma que fue precedida de la colonia Los Ángeles, las cuales le dieron mucho señorío y elegancia a nuestra querida y aún joven ciudad; al parecer, esto sucedió en la década de los cincuenta.
Lentamente, pero de una forma persistente, continué con la misión que me había impuesto; por supuesto, otros escritores que me antecedieron ya habían tratado algo en relación a lo mismo, sin embargo, tratamos hasta donde fuera posible que hubiera originalidad en mis escritos.
Fue de esta manera que me llevó a entrevistar a muchas personas, entre ellos, al Sr. Robles de la Torre, a don Emilio Herrera, al Arquitecto Miguel H. Ruiz Castro, al Lic. Homero del Bosque y doña Beatriz González, que en aquellos entonces era la directora del Archivo Municipal en el edificio Eduardo Guerra, ubicado por la Calle Manuel Acuña, entre la Morelos y Matamoros, y muchos personajes más.
Recuerdo perfectamente que cuando llegó el momento de escribir sobre el Torreón estilizado que se encuentra en la Plaza Cívica, con cuya obra se dio inicio al Bulevard Constitución, y al conocer que tanto la plaza como el torreón habían sido diseñados por un tal Arquitecto Samuel Alatorre, que me di a la tarea de localizarlo, y fue precisamente el Arq. Miguel H. Ruiz quien me orientó a donde su colega, el Arq. Alatorre, tenía su bufete.
Su oficina se ubicaba en uno de los edificios que se encontraban por el Bulevard Constitución, poco más adelante de la Calzada Colón, hacia el norte, a donde acudí para conocerlo, charlar y obtener toda la información que me pudiera proporcionar para realizar el mejor de los artículos en relación a este monumento, que para mí era la mejor representación de un torreón ya más estilizado, inclusive todavía hasta la fecha, cuando a él me refiero, así lo presento: El Torreón estilizado del Arq. Alatorre.
La ocasión más reciente fue cuando escribí el artículo titulado: "Las diez maravillas de Orizaba, las quince maravillas de Torreón", en donde de una lista de poco más de treinta lugares, propongo que escojamos quince lugares para que las autoridades pertinentes los cataloguen como "Las quince maravillas de nuestra ciudad", y que después de algunas charlas con ellas, finalmente quedarían nominados como: "Los quince lugares más emblemáticos de Torreón", proyecto que se encuentra en estudio por el Departamento de Cultura de la Presidencia Municipal.