Muchas personas con problemas de sobrepeso se sienten mal, tanto físicamente, por no tener su salud física controlada, como emocionalmente, pues no están en comunión con la imagen que les devuelve el espejo y por lo tanto viven acomplejadas. (ARCHIVO)
Vivimos en la edad de las paradojas. Se cuentan por cientos o miles en la actualidad y convivimos con ellas, pero casi sin darnos cuenta, pasan inadvertidas debido, como ocurre en la mayoría de los casos, a la venda que implanta sobre nuestro ojos la costumbre.
Países que se alzan en guerra, en nombre de la paz; bancos que se llaman solidarios porque dicen aportar una ínfima parte de sus ganancias a obras benéficas, pero que desahucian a diario arrojando al otro lado del umbral de la pobreza a familias humildes a las que la crisis ha tratado peor que a los demás; supermercados abanderados por tener comedores sociales, pero que tiran toneladas de comida cada vez que cierran las puertas… casas sin gente, gente sin casas…
Y en el caso que hoy nos ocupa no es sustancialmente distinto. En una era que vive excesivamente preocupada por la imagen y la belleza, que normalmente se resume en llevar tal o cual talla, y no un par de ellas más, “la obesidad es un problema grave de salud, una pandemia del siglo XXI que acorta la vida”, tal como afirma la médica y psicoanalista Alejandra Menassa de Lucía.
Así que, paradójicamente, aunque somos una sociedad con unos cánones de belleza implantados donde prima la delgadez, la obesidad es la principal responsable de enfermedades como diabetes, algunos tipos de cáncer y dolencias cardiovasculares. De hecho, ha nacido un nuevo sector de empleo girando en torno a este mal de nuestros tiempos, y no son pocos los que buscan una salida laboral, realizando cursos sanitarios, de auxiliar enfermería o farmacia, o ampliando su formación en el campo de la dietética y nutrición, para estar al tanto de los últimos avances y poder tratar a este sector de la población que demanda atención médica, y que crece exponencialmente.
La realidad es que muchas personas con problemas de sobrepeso se sienten mal, tanto físicamente, por no tener su salud física controlada, como emocionalmente, pues no están en comunión con la imagen que les devuelve el espejo y por lo tanto viven acomplejadas. Y es que, aunque están dispuestas a perder kilos y a llevar un estilo de vida más saludable, no consiguen su propósito. De este modo deciden iniciar las dietas para adelgazar y perder peso rápido que aun siendo muy efectivas, requieren constancia y de un posterior cambio en su estilo de vida para que sus resultados permanezcan.
Los médicos y nutricionistas consultados acerca de por qué a veces es tan difícil mantener un peso saludable, achacan este problema a varios factores que deben ser analizados con detenimiento.
Aparte de las dietas milagros que pueden ayudarnos en momentos puntuales, también existen ciertos complejos dietéticos, como las pastillas para adelgazarque puedes encontrar en mentecuerposano.com. En esta web reseñada, te muestran varias pastillas para bajar de peso que sí funcionan, pero al igual que en los casos de las dietas, después del tratamiento y la pérdida de esos indeseados kilos, la dura batalla consiste en no ir recuperándolos.
Problemas médicos y psíquicos que se encuentran tras el sobrepeso
Cuando llega a una consulta un paciente que no puede adelgazar, lo primero que debe hacer un experto en nutrición es descartar que el paciente sufra posibles problemas médicos, como hipertiroidismo o déficit de proteínas desacoplantes, que le impiden adelgazar. También debe analizar otros factores desencadenantes de carácter psíquico, como la depresión, que lleva a la obesidad, pues muchos pacientes depresivos obtienen en la comida el único placer y vía de escape.
Es un hecho indiscutible que, en la sociedad actual, la gente acumula bastante estrés, ansiedad y muchas carencias emocionales, y a menudo solucionan estas carencias comiendo generalmente productos muy ricos en azúcar, que proporcionan un placer momentáneo. Bioquímicamente tiene su explicación, ya que la glucosa provoca un estado de pseudoalegría, una sensación que la acción de la insulina hace que desaparezca rápidamente, lo que nos vuelve a hacer caer en la tentación de ingerir nuevamente alimentos azucarados.
El azúcar blanco agrava el problema estético en otras direcciones, ya que además de no aportarnos ningún nutriente, contiene las llamadas calorías vacías, que contribuyen a la aparición de la celulitis y del sobrepeso, son un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2 y también pueden dañar tus dientes descomponiéndolos. Y por si fuera poco, el azúcar blanco acidifica nuestra sangre y nos desmineraliza, robándonos minerales, como el calcio, y debilitando los susodichos dientes y los huesos.
Por eso lo mejor es buscar sustitutos para endulzar, tales como la panela, el azúcar moreno o el sirope de agave, o simplemente acostumbrarnos al sabor natural de los alimentos sin sentir ese deseo de almibararlo todo.
Si la celulitis ya se ha depositado en tu cuerpo en cúmulos adiposos debajo de tu piel, te estarás preguntando cómo puedo eliminar la celulitis, pues bien, en ese enlace te dejamos una dieta para eliminar la celulitis y varios ejercicios para eliminar la celulitis. Si eres constante, verás los efectos tan positivos que consigues en tu organismo y como tus problemas de piel de naranja disminuyen notablemente.
Otros factores que favorecen sufrir sobrepeso son, por ejemplo, nacer en una familia de obesos, tener una adolescencia precoz mal gestionada o una vida sexual insatisfactoria. A través del psicoanálisis se pueden hacer aflorar estas dolencias y buscar la raíz del problema que nos lleva a no ser capaces de seguir una dieta saludable.
Nuestro consejo, para finalizar, es no obsesionarse con la báscula. El peso de cada uno es exclusivo y no tenemos que querer acercarnos a toda costa a un ideal perfecto, marcado por cánones ficticios que impulsa la sociedad de consumo, ya sabes que, tan solo en la búsqueda de la satisfacción y el bienestar personal está la felicidad.
