Algo no cuadra dentro del fraseo estudiado, dirigido para ingenuos y enviado con dedicatoria especial a quienes, afines santistas, pueden rayar con cierta inocencia de visión, por creer que tienen poca opción de pensamiento para destacar la realidad como tal.
Se ilusionó a la gente y cuando comenzaron las caídas llegaron también las justificantes, como aquello de "solo es un mal comienzo" y después, apuró el joven capitalino Riestra, encargado de silenciar los alzamientos de los sucesores del indio Mayra, laguneros a mil kilómetros de la gran Tenochtitlan, tal vez vistos por esos enviados aztecas, como tímidos e ignorantes, fáciles de inducir en ilusiones y fantasías.
De inmediato apagó el conjuro donde se pretendía especular sobre el futuro inmediato del técnico, al que protegió de las amenazas que ululaban como gaviotas en el mar futbolero y no solo eso, sino cambió la táctica, enderezando hacia "esta es una campaña de formación, de reestructuración".
Se está buscando al equipo, luego enriquecerlo y así lograr la tierra prometida, pero también mencionándolo todo con un duro reproche a los medios que decidieron ocultarse para no ser arrollados por la vorágine de la reacción y prefirieron volver a la militar sin protestas.
En su elegante página de Internet, Santos muestra variedad de enfoques, con una redacción mínima e información escasa y ambigua hecha con un estilo simple, nada periodístico, elaborado sin la potencia que debe caracterizar a un club de tan grandes perspectivas y de pasado triunfador, cuyo formato, presentación y elaboración debiera estar al filo del desarrollo tecnológico y la presencia de un mensaje de mayor calidad.
Ahí justamente definen la actuación del famoso Comité de Inteligencia Deportiva, cuya meta es definir, escoger, seleccionar a sus jugadores.
El domingo, lo que este equipo mostró en la cancha está lejano de poseer la capacidad suficiente para solventar los deseos de todos los frentes santistas, comenzando por sus dirigentes aztecas, los sucesores del indio Mayra (que somos nosotros, claro), el técnico Don Chepo y seguramente que los propios jugadores. Lo visto es que hay escaso nivel de futbol, se reinicide en la falta de contundencia y se comprueba que este grupo es solamente una comparsa en el camino.
Ese Comité de Inteligencia Deportiva, todo mundo se pregunta, ¿escogió a los jugadores extranjeros que vimos desconcertados, tristes, desorientados y estériles?
Se supone que los foráneos son para hacer diferencia, si no jugarían solamente locales pero Furch cree que el área y la pelota son un campo minado, Tavares pasa de un lado a otro como un zombie, Rodríguez viene muy lejos de su mejor forma y Armenteros aumenta sus facturas a deber. No aparece hasta que es relevado.
Se salva el capitán Izquierdoz cuyo ejemplo profesional debiera ser imitado.
Tal vez lo mejor sea integrarse todos con la aceptación de una campaña fallida y esperar que no siga predominando la desgracia, vigilar por el progreso del grupo evitando que siga mirando al abismo, donde de repente se inclina y suponer que el futuro podrá ser mejor.
Claro, cuando también la inversión sea importante, se reconozcan los yerros y se ubique a gente que sabe.
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