El estimado Pepe se fue sólo unos días antes de cumplirse 21 años del primer título verdiblanco (22 de diciembre de 1996) y ahora mismo, cuando sabemos que los muertos no contestan por internet, es labor de los vivos de algún modo ser vendedor de nostalgias, puesto que la imaginación siempre hace el resto y está claro que Muguerza nos metió a la élite del futbol, de la que no hemos querido salir, aunque estemos fuera desde hace tiempo, por ello vivimos negados.
Las cosas por su nombre, tal cual. Salvador Necochea trajo de nuevo el futbol de primera división y mantuvo con cirios, rosarios y veladoras al equipo hasta que apareció José Miguel, que convenció al Grupo Modelo para comprar al Santos y convertirlo en la representación de todas las víctimas de este juego (nosotros, claro), así que la poesía de pronto mostró la otra cara del orgullo y llegaron los hombres que ahora mismo son héroes para hacer el futbol que envolvió las vidas.
El futbol es eterno, llega a poseer más de siete vidas, sus protagonistas pasan como el agua del río pero el deporte permanece mientras los hombres se renuevan, otros nombres, otras figuras, otros atletas y mientras los fans envejecemos, el libro de la historia se hace más grueso y la tierra, que tiene una mirada propia, lo agradece, pues Santos nos puso en la esfera nacional y vinieron consecusiones que hoy son leyenda. De todo ello, Muguerza es iniciador y se debe reconocer.
Pero también vemos todos que el amor y el futbol no existen sin tensión, quizá porque vivimos con el eterno pendiente y temor de perderlo todo. Es una vida excitante pero no se puede vivir sin amores ni sufriendo decepciones en la cancha y sobre todo salir de la famosa élite, esa que estamos viendo que nos queda más lejos, como la demora de una esperanza de gran privilegio.
Los fans navegan hoy en mares de especulación, mientras sus soldados se preparan en Toluca, donde seguro a Rabello le tienen prohibido hablar, aunque se sabe perseguido y más vigilado que las voluptuosas Kardashian. Es un activo del club y seguro querrá volver pero la gente tiene presente su constante alineación pero también su escasa capacidad competitiva que mostró.
Don Alejandro y Don Riestra, señores del feudal albiverde han hecho lo que se ha podido, pues no se necesita ser adivino para darse cuenta que los recursos son escasos por ello Siboldi, que está en peligro de quedar pronto como alma en pena, se da los ánimos necesarios y Don José busca convencer y vender la idea de que "el equipo está completo y será competitivo y competente".
Santos, de a poco se ha ido creando un personaje a su medida. Ya pasaron la bonanza económica y el lujo, la élite, la gracia, el salero y los días de vino y rosas. Ahora vivimos en un universo distinto, para bien o para mal, donde el ego ha pasado a ser la principal atracción y donde la duda nos quitó el sitio de aprendiz de mago y nos sumergió en el mar, como al Capitán Nemo.
Arcadiotm@hotmail.com