Reforma. El gobernador Ricardo Rossello promulgó ayer la reforma que pretende estimular la economía.
El nuevo gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rossello, promulgó ayer jueves una controvertida reforma laboral que apunta al sector privado y busca estimular la economía, pese a las preocupaciones de que la nueva ley afectará los derechos de los trabajadores.
La legislación aprobada implementa horarios flexibles, reduce una bonificación navideña obligatoria, recorta los días de vacaciones, la paga por las horas extra de dobles a una y media, e implementa un período de prueba de nueve meses para la mayoría de los trabajadores. Además, deroga una ley previa que autorizaba una bonificación adicional para quienes trabajan jornada dominical y permitía que los negocios permanecieran cerrados desde las 5 a las 11 de la mañana los domingos.
Los partidarios dicen que la ley estimulará las inversiones y creará empleos en parte al reducir el costo de hacer negocios con la isla, mientras que los que se oponen a ella argumentan que solamente incrementará el éxodo de profesionales a Estados Unidos.
Entre los ciudadanos, permanece la preocupación por que la isla de casi 3,5 millones de habitantes está sumida en una profunda crisis económica y enfrenta un desempleo de 12 %, comparado con el promedio en Estados Unidos de casi 5 %.
"La gente se empobrecerá más y gastará menos", dijo el representante Ramón Luis Cruz en una entrevista telefónica. "Esto desacelerará la economía en lugar de hacerla avanzar".