Iglesia Guerrero Viejo.Foto: Enrique R.
Un estado que es a la vez norteño, costero y fronterizo; en él hay playas, puertos, ciudades, desiertos y pueblos; maravillas naturales y humanas; metrópolis, mezcal, artesanías y festivales. No importa lo que se busque, esta demarcación lo tiene.
En la entidad tamaulipeca se registra una gran cantidad de situaciones de violencia debido a la influyente presencia del crimen organizado. Varias asociaciones públicas y privadas han realizado esfuerzos por promover otra cara del estado, una que muestre al público que Tamaulipas también es sinónimo de belleza natural, historia y cultura.
El turismo es visto como una alternativa para recuperar espacios y sensaciones; para cambiar el imaginario de las personas y desvanecer esa visión de un estado empapado en violencia. La atracción de visitantes puede ser, primero, un salvavidas, y luego, si el proceso es bien llevado, un trasatlántico. El arribo de foráneos con fines de recreación genera una cantidad de recursos inestimable para quienes trabajan en los sectores comercial y de servicios; ramos como el hotelero, el artesanal o el enfocado a la venta de alimentos suelen ser beneficiados.
El estado recibe su nombre del idioma huasteco, la conjunción del prefijo 'tam' y el vocablo 'holipa'; así se extrae el significado de “lugar donde se reza mucho”. Este denominación surgió del propósito religioso que tenía para los antiguos pueblos mesoamericanos.
Tamaulipas es hoy en día un territorio en el que es posible realizar actividades de todo tipo. Entre sus atractivos turísticos se encuentran los siguientes:
•Guerrero Viejo: Este pueblo abandonado se encuentra muy cerca de la frontera con Texas, Estados Unidos. A lo largo del año la población se inunda y se seca constantemente gracias al ciclo climático de la región. En este sitio uno de los puntos a destacar es la Iglesia de Nuestra Señora del Refugio, un edificio que, gracias a una intervención para restaurarlo, es el mejor conservado de la localidad.
•Tampico: La capital del estado es un mosaico de actividades. El visitante puede completar una jornada de recreación, paisajes y otros espectáculos dando un paseo por el centro histórico o el puerto. Una estación de paso obligada es la de los locales de comida típica. En el mismo ineludible sentido se encuentran las visitas al bar La Caverna o al Teatro Metropolitano.
•Reserva El Cielo: Uno de los atractivos menos visitados, más hermosos y mejor conservados de toda la nación mexicana. Esta zona protegida es un destino turístico natural obligado. Para la persona que desea pasar más de un día en estos terrenos dignos de proclamas de conservación hay opciones como cabañas y hoteles amigables con el ambiente. Razones no faltan para alargar la experiencia de disfrutar de la flora y la fauna bajo ese clima.
•Tula: Un Pueblo Mágico reconocido por su arquitectura prehispánica y las construcciones de estilo porfiriano. A eso debe agregarse un clima saludable, zonas de esparcimiento, y su calidad como el lugar de origen de "la cuera", la vestimenta típica de toda la entidad.
•Playa Miramar: Quizá el destino turístico más popular del estado. Esta franja costera recibe a cerca de 100 mil visitantes durante el periodo vacacional de Semana Santa. La masiva popularidad de esta ribera de 10 kilómetros de extensión se debe en buena medida a que brinda la oportunidad de gozar del sol, practicar deportes de playa o montar un campamento, incluso es posible practicar surf.
Los esfuerzos de la sociedad civil y las instituciones de gobierno por difundir los atractivos tamaulipecos se deben no sólo a la búsqueda de los beneficios del sector servicios, también persiguen generar una dinámica económica que contribuya a superar retos como el de la inseguridad.
