Tragedia. Así quedó los barrrios de Mocoa, luego del paso de la avalancha de lodo y piedras.
Una avalancha por la súbita crecida de tres ríos arrasó varios barrios de Mocoa, capital del departamento selvático del Putumayo, dejando al menos 200 muertos, 202 heridos y un panorama desolador en esa ciudad colombiana declarada en estado de calamidad.
"El último reporte es de 206 personas fallecidas, 202 heridos, 220 desaparecidos, 300 familias afectadas, 17 barrios con mayores afectaciones y 25 viviendas destruidas", informó la Cruz Roja Colombiana (CRC).
La gobernadora de Putumayo, Sorrel Aroca, reconoció en declaraciones a la emisora Caracol Radio que carece de personal para atender la emergencia.
"No tenemos hasta ahora el suficiente personal para atender la tragedia (...). Necesitamos rescatistas, camillas (...). Necesitamos un plan de contingencia", dijo Aroca al expresar su preocupación de que se produzcan más lluvias.
La Defensa Civil confirmó, por su parte, que envió a Mocoa equipos de rescatistas con perros adiestrados en la búsqueda de personas, así como tres carros-tanque y cinco plantas potabilizadoras de agua para apoyar la emergencia.
La noche del viernes la intensa lluvia provocó una avalancha de lodo y piedras, lo que llevó al gobierno de Juan Manuel Santos a declarar el estado de "calamidad pública" para agilizar las operaciones de rescate y ayuda.
La tragedia supera el más reciente desastre natural de Colombia, el de otra avalancha que destruyó el 18 de mayo de 2015 la localidad de Salgar, en el departamento de Antioquia, dejando al menos 104 muertos.
El propio alcalde de Mocoa, José Antonio Castro, quien no ha podido llegar a la ciudad porque ayer estaba en un congreso de municipios en Cartagena de Indias, dijo a periodistas en Bogotá que él también está entre los damnificados porque la avalancha se llevó su casa, pero su familia está a salvo.
La magnitud de la catástrofe se agrava por el aislamiento de esta zona de Colombia, situada en la región amazónica, en la frontera con Ecuador, que carece de suficientes vías de acceso, pues sólo se puede llegar a Mocoa por vía aérea o por precarias carreteras que la comunican tras varias horas de viaje con las ciudades de Neiva y Pasto.
Los habitantes de Mocoa, acostumbrados a convivir con una naturaleza de selva y ríos caudalosos, fueron sorprendidos anoche por el inusual aguacero que sacó de su cauce los tres que pasan por la ciudad y que, convertidos en una riada de agua y piedras, se llevaron todo lo que encontraron a su paso.
Hoy, con una resignación admirable, ayudaban a soldados, policías y socorristas a buscar víctimas entre los escombros en que quedaron convertidas sus casas.
El presidente explicó que anoche cayó en Mocoa cerca del 45 % de la lluvia que normalmente cae en un mes, y ese volumen de agua "produjo la avalancha".
La riada pasó por 17 barrios, de los cuales los más afectados fueron los de San Miguel, Progreso e Independencia, que están más cercanos al curso del río Mocoa, según dijo a Efe por teléfono el comandante de la Brigada 27 del Ejército, general Adolfo Hernández.
Expresan solidaridad
El Sistema de las Naciones Unidas en Colombia expresó su dolor y solidaridad con las personas afectadas por la avalancha. "Aunque queda por determinarse el número exacto de víctimas, muchas personas han perdido sus vidas, y más han visto afectadas sus viviendas y medios de vida", indicó la ONU en un comunicado.
El presidente Enrique Peña Nieto manifestó la solidaridad de México con el pueblo colombiano.
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