Pablo Hermoso de Mendoza volvió a exhibir su gran calidad ante los aficionados laguneros. (Jesús Galindo)
El rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza y el juvenil matador Michel Lagravere ofrecieron ayer excelsas demostraciones de toreo y cortaron dos orejas cada uno, en una corrida que resultó muy aplaudida por los aficionados laguneros en la plaza de toros Alberto Balderas, de Ciudad Lerdo.
Soleada tarde en la Ciudad Jardín, donde partieron plaza el mejor rejoneador del mundo y el novel matador que dio sus primeros pasos taurinos en esta tierra. Al sonar el Cielo Andaluz, apareció el nombre de la ganadería San Pablo, divisa en colores morado, amarillo y plomo.
El primero en escena fue Michel Lagravere, vestido en grana y oro, recibió a Trotamundos, marcado con el número 12 y registrado con 470 kilogramos de peso, bragado. "Michelito" demostró que ha dejado de ser el niño torero que visitó La Laguna años atrás y dejó ver un toreo serio, marcado por pases bien trabajados con capote, coronando labor con vistosos muletazos, había brindado al público que lo acogió desde que era un pequeño, estocada certera le valió la primera oreja.
Siguió en turno a Pablo Hermoso, recibido con aplausos de una afición que lo venera. Su primer enemigo llevó por nombre "Y nos dieron las 10", en honor a la grandiosa canción de su paisano Joaquín Sabina. El negro, bragado, fue marcado con el número 25 y contabilizó 468 kilos, Pablo Hermoso, a bordo de su "Pirata" lució grandioso colocando las banderillas, su famoso pase del "Teléfono" arrancó carretadas de aplausos, pero falló en su primer intento con el rejón de muerte y en la segunda oportunidad pudo clavar hasta la empuñadura, el toro tardó, pero al final dobló, saludó al tercio.
"Un tal José" fue el segundo enemigo de Michelito, de 475 kilogramos, paliabierto, enmorrillado, acudió al capote del matador, quien lució con gaoneras y rematando con un rehilete que provocó algarabía. Muy pobre el tercio de banderillas, tras brindis al magistrado Jesús Sotomayor, ferviente aficionado lagunero a la fiesta brava, el yucateco tuvo una faena esforzada con muleta, pero el toro muy distraído, la inspiración llegó con el mariachi ejecutando "De Torreón a Lerdo" y "La Filomena", ofreciendo Lagravere muletazos bien logrados. Estocada ligeramente caída, al primer descabello cayó el astado y obtuvo una oreja.
Para el final, "Rumboso" con sus 465 kilos, salió de la puerta de chiqueros y Pablo Hermoso lució como el maestro que es, poniendo de pie a los asistentes. Espectaculares banderillas, siempre el caballo extremadamente cerca del toro, la grada se convirtió en un templo devoto del centauro navarro y su sensacional cuadra de caballos. El rejón de muerte bien colocado surtió efecto y el juez concedió par de orejas ante los aplausos del respetable. Ambos toreros salieron a hombros para recolectar palmas, coronando una tarde memorable.
