A sus 58 años de edad, Marcos Cabello ha dedicado más de la mitad de su vida a la construcción.
Aunque inicialmente lo hizo como contratista, ahora lo hace como trabajado, pues la devaluación del peso lo llevó a la quiebra... pero aseguró que seguirá trabajando hasta que pueda.
Celebración
Ayer fue Día de la Santa Cruz, fecha en el que los trabajadores de la construcción o albañiles, se festejan como mejor lo saben hacer, comiendo entre bultos de cemento, mezcla, abobes, palas y carretillas, sus instrumentos de trabajo, pero también entre compañeros, amigos e incluso con sus propios patrones.
Don Marcos festejó su día trabajando y compartiendo el pan y la sal con sus compañeros.
Aunque es un trabajo muy duro y mal pagado, reconoce que aún hay mucho qué celebrar.
"Hay empresas que son muy buenas, que sí pagan bien y hay empresas que explotan mucho al trabajador; se aprovechan de la necesidad y eso uno lo ve mal", comentó.
Para trabajar en la construcción no importa la edad, únicamente la salud, "porque una persona que está enferma no aguanta, el trabajo es duro; aquí la construcción es dura", dijo don Marcos.
Y es que, además de un mal pago, en la mayoría de los casos, los trabajadores deben soportar las inclemencias del tiempo.
Aunque asegura que en la región, ya están acostumbrados a sufrir las altas temperaturas.
"A veces andamos instalando la tubería hidráulica, y andamos abajo en una zanja y es un calor intenso, sofocante por la humedad, pero aquí afuera es menos por el viento, de todos modos el Sol es muy fuerte".
Comentó que gracias a este oficio, ha podido dar estudios profesionales a sus seis hijos, quienes le han regalado la dicha de ser abuelo de 11 pequeños.
Ahora, tres de sus hijos viven en Estados Unidos, y cada que puede los visita. Vivir en aquel país, no está entre sus planes.
Cada día, don Marcos saca la energía de trabajar, al verse fuerte, sano y con muchas ganas de seguir haciendo lo que más le gusta: construir.
Tradición
Los albañiles acostumbran colocar, en lo alto de la fachada de la obra en construcción, una cruz de madera adornada con flores, previamente bendecida por un sacerdote.
Origen
La palabra albañil proviene del árabe clásico al-bann', el que construye o edifica. Se refiere a la persona que realiza indistintamente trabajos básicos de construcción.