Celebración. Se conmemoró el Jueves Santo, la Última Cena y el Lavatorio de Pies en la Catedral de Gómez Palacio.
El día de ayer dio inicio el Triduo Pascual, con la conmemoración de la Última Cena y el Lavatorio de Pies del Jueves Santo, en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe de Gómez Palacio.
Esta celebración invita a los fieles católicos a tomar el ejemplo de Jesús: el de la humildad y el servicio al prójimo sin importar su condición, por lo que es importante que cada ser humano lo lleve en el corazón y lo ponga en práctica en su vida para lograr una mejor sociedad, indicó el padre Julio Carrillo Gaucín, vicario general de la Diócesis de Gómez Palacio.
Destacó que se ha entrado a la etapa más importante de la Semana Santa, el Triduo Pascual, que continúa el día de hoy a las 10:30 de la mañana, con el Vía Crucis, que es la representación de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
En esta ceremonia eucarística, encabezada por el obispo de la Diócesis, monseñor José Fortunato Álvarez Valdés, se recordó y representó el día que Jesús como signo de humildad, se levantó y lavó personalmente los pies de cada uno de sus discípulos, durante el episodio de la Última Cena.
El obispo destacó que lo que se busca con este mensaje es retomar ese sentido de humildad, de amor, de servicio a los demás, de llevar una vida que sea un ejemplo para los demás.
Luego de que el obispo de Gómez Palacio lavara los pies de los 12 jóvenes de los grupos de la Diócesis que representaron a los apóstoles, envió el mensaje a los más de mil fieles que asistieron a la Catedral, de siempre ver a las demás personas con amor, con empatía y tener capacidad de ayudar al prójimo.
Con la consagración del pan y el vino como el cuerpo y la sangre de Cristo, se representa la Última Cena y con la comunión que es el pilar de la Iglesia como sacramento, se renueva el sacrificio que hizo Jesús al morir en la cruz.