Asistente médico suministrando oxígeno a un bebé prematuro. Foto: UNICEF
Las complicaciones relacionadas con una gestación que cuando mucho alcanza las 37 semanas (el ideal son las 40 semanas) provocaron en 2015 cerca de 1 millón de muertes. La condición prematura es considerada la principal causa de defunción en niños menores de cinco años.
Datos del Instituto Nacional de Perinatología muestran que el 12 por ciento de las embarazadas en nuestro país trae a luz antes de la hora ideal, esto significa que más de 220 mil niños al año vienen al mundo con la etiqueta de prematuros.
En la comunidad médica existe consenso de que el momento del parto se adelanta debido a factores como infecciones vaginales o urinarias, embarazos múltiples y técnicas de reproducción asistida. Las enfermedades crónicas, como la diabetes o la hipertensión, también llegan a influir.
Esto no tendría nada de malo si no fuera porque muchos de esos bebés pueden sufrir algún tipo de discapacidad que los acompañará durante toda su vida; las recurrentes son las relacionadas con el aprendizaje o con problemas visuales y auditivos.
A nivel mundial, los nacimientos anticipados son un grave problema de salud pública. La Organización Mundial de la Salud estima que cada año unos 15 millones de infantes salen del vientre materno cuando todavía no es hora, esa cantidad representa el 10 por ciento de los partos en la Tierra.
La OMS realizó un estudio con base en datos aportados por 184 países estudiados y encontró que el número de eventos a destiempo oscila entre el 5 y el 18 por ciento de los recién nacidos. Otro aspecto a considerar es que la tendencia de estos casos va a la alza.
Las complicaciones relacionadas con una gestación que cuando mucho alcanza las 37 semanas (el ideal son las 40 semanas) provocaron en 2015 cerca de 1 millón de muertes. La condición prematura es considerada la principal causa de defunción en niños menores de cinco años.
SOLUCIONES
Hasta un 75 por ciento de las muertes podría evitarse con relativa facilidad. La prevención de complicaciones y desenlaces fatales comienza con un embarazo saludable. Una atención de calidad antes, durante y entre embarazos garantiza que la gestación sea una experiencia positiva para las madres.
Las recomendaciones básicas para evitar un evento pretérmino tienen que ver, por ejemplo, con asesorar a las futuras progenitoras sobre la alimentación adecuada o bien alertar sobre el consumo de tabaco y otras sustancias.
Otras acciones que pueden hacer la diferencia son recurrir a mediciones ecográficas del feto para determinar la edad gestacional o detectar embarazos múltiples.
En la comunidad internacional se maneja como ideal que, durante el embarazo, la futura madre acuda cuando menos ocho veces con algún profesional sanitario con el fin de descartar o combatir factores de riesgo, por ejemplo, una infección.
Los niños prematuros se dividen en tres subcategorías: a) Prematuros extremos, cuando llevan en el vientre menos de 28 semanas; b) Muy prematuros, si nacen entre las 28 y las 32 semanas de gestación; c) Prematuros moderados o tardíos, son los que se mantienen en la madre entre 32 y 37 semanas.
Ni el parto inducido ni el parto por cesárea deben planificarse antes de las 39 semanas de gestación salvo que haya razones médicas para ello.
Foto: Archivo Siglo Nuevo
VIVEN
Las tasas de supervivencia a escala de naciones son dispares. Sin embargo, se tiene claro que es la población en desventaja, por ingresos bajos o falta de acceso a los servicios, la que más sufre por esta clase de nacimientos. En los contextos de desposeídos, la mitad de los bebés nacidos a las 32 semanas (sietemesinos) mueren por cuestiones como no recibir calor suficiente o atención elemental para combatir infecciones y problemas respiratorios. En los grupos con ingresos altos, prácticamente la totalidad de los bebés sietemesinos sobrevive.
Y sí, los bebés traídos al mundo a los siete meses pueden salvarse mediante atenciones sencillas como brindarles servicios sanitarios esenciales durante el parto y en el periodo postnatal.
Una alternativa válida, como curarse en salud, que puede aplicarse es administrar inyecciones de esteroides prenatales a las embarazadas en riesgo de parto prematuro para fortalecer los pulmones del bebé.
A los médicos se les pide fomentar entre las futuras mamás la técnica de la madre 'canguro', la cual consiste en sostener al bebé desnudo, ponerlo en contacto directo con la piel materna y amamantarlo con frecuencia. Además, hay ocasiones en que procede administrar antibióticos para tratar las infecciones del recién nacido.
Los profesionales sanitarios no deben perder de vista que los nacimientos antes de la hora ocurren, por lo general, de forma espontánea, algunos se desencadenan por la inducción precoz de las contracciones uterinas o del parto por cesárea. La influencia genética es un factor más a considerar.
No obstante, incluso en la OMS reconocen que a menudo la causa queda sin identificar. En la comunidad médica se reconoce que falta una mejor comprensión de las causas y mecanismos del nacimiento pretérmino.
Los datos muestran que, si bien se trata de un problema mundial, su afectación se concentra en África y Asia meridional (con países como Pakistán, la India o Afganistán) donde hasta seis de cada diez partos no van más allá de la semana 37.
Como se mencionó líneas arriba, el riesgo es mayor cuando se trata de las familias más pobres. Más del 90 por ciento de los prematuros extremos nacidos en demarcaciones de ingresos bajos muere en los primeros días de ida, en los países de ingresos altos fallece menos del 10 por ciento de los pequeños pacientes.
Las medidas elementales para prevenir la llegada anticipada de los bebés incluyen mejorar las competencias de los profesionales del sector sanitario y hacer una evaluación constante de la atención brindada a las mujeres con riesgo de entrar a la sala de parto cuando todavía no cumple 40 semanas.
Ya puestos a recibir al niño se puede tomar la decisión de administrar antibióticos a la madre si la fuente se rompe antes de tiempo.
Si el riesgo de nacimiento fuera de programa es alto, debe considerarse darle a la futura mamá sulfato de magnesio para prevenir trastornos neurológicos en el niño.
En cuanto al equipo médico, se requieren sistemas seguros para proporcionar oxígeno al recién nacido, así como definir tratamientos que ayuden al lactante a respirar. Estas acciones pueden marcar una gran diferencia.
Correo: dr.fabioperez@hotmail.com
