Edificio. La edificación del aeropuerto será en un inmueble de 743 mil metros cuadrados.
El contrato más jugoso del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), el del edificio terminal, quedó en manos de un grupo encabezado por dos de las constructoras más grandes del país: Operadora Cicsa, de Carlos Slim, y la emproblemada ICA.
A cambio de 84 mil 828 millones de pesos, el consorcio construirá un inmueble de 743 mil metros cuadrados, que podrá atender hasta 855 mil operaciones y 68 millones de pasajeros al año.
En él también participan Prodemex, de Olegario Vázquez Aldir; La Peninsular y Hoatsa, de Carlos Hank Rhon; GIA+A, de Hipólito Gerard.
Las españolas Acciona y FCC, junto a sus subsidiarias mexicanas, también participaron para aportar la experiencia de haber construido una terminal para más de 15 millones de pasajeros en los últimos 8 años. Slim es el accionista mayoritario de FCC.
Este mismo consorcio, sin ICA ni las españolas, ganó el concurso de la pista 3 en septiembre de 2016, por 7 mil 359 millones de pesos.
En su propuesta, las empresas obtuvieron 95.66 puntos, de 100 posibles, en la evaluación técnico-económica, de los cuales, 50 se debieron a que fue la más barata.
El contrato se firmará en los próximos 30 días naturales y vence a más tardar el 13 de octubre de 2020.
En segundo lugar, con 90.8 puntos porcentuales, quedó la propuesta del consorcio formado por la portuguesa Mota-Engil y las mexicanas Calzada, Idinsa, Aldesem, Gami, Jaguar, Urales y Mota-Engil México, por 90 mil millones de pesos.
El tercer postor, formado por Omega, Rubau, Rubau México y Dycusa, fue descalificado por no contar con el capital de trabajo necesario.