La dependencia de los automóviles para transportarnos manejando está muy marcada entre las personas que nacieron entre los años 1945 y 1960. Una gran mayoría de las personas nacidas entre estos años ya han alcanzado los 60 años de edad.Los automóviles le dan a las personas de la tercera edad que los manejan, una percepción de libertad e independencia. Los adultos mayores que manejan automóviles tienen más disposición para participar en actividades sociales relacionadas con la calidad de vida.
Pero debemos considerar que los cambios en la salud y en las condiciones médicas de una persona pueden afectar su habilidad para manejar vehículos conforme envejece. Después del grupo de los adolescentes, las personas de 70 años de edad o mayores, presentan los más altos índices de accidentes y, desafortunadamente, debido a su fragilidad, las personas de la tercera edad son más propensas a morir o lesionarse seriamente. Adicionalmente, la posibilidad de accidentes aumenta, de 30% en personas entre 45 y 54 años, a 66% para quienes están entre 75 y 84 años de edad.
Un estudio reciente indica que, aun con luz de día y en condiciones ideales de manejo, existe un alto riesgo de accidentes automovilísticos en personas de la tercera edad. Debemos reconocer también que no todas las personas de la tercera edad que manejan automóviles, están propensos a accidentes o manejan de manera insegura.
Conforme aumenta la proporción de personas de la tercera edad en la población, se hace necesario contar con herramientas de evaluación que permitan identificar riesgos en quienes manejan vehículos. Manejar un vehículo es una actividad compleja que requiere varias habilidades. Para manejar con seguridad necesitamos integrar nuestras habilidades visuales, cognitivas, físicas y de percepción. Con la edad, algunas condiciones de salud afectan estás habilidades y por consecuencia, nuestra capacidad para manejar. Sin embargo, hay personas de la tercera edad que no están dispuestas a reconocer que su habilidad para manejar ha disminuido.
Ya existe evidencia científica de que, no ser capaz de realizar un trabajo aparentemente rápido y simple como dibujar un reloj, está directamente relacionado con la habilidad para manejar vehículos. Dibujar un reloj requiere un alto nivel funcional del cerebro. Esta prueba indica déficits relacionados con la percepción visual e identifica problemas de memoria y planeación de corto plazo. El método de interpretación de esta prueba del reloj incluye el orden, el espacio y la colocación de los números y las manecillas.
Aunque la prueba del dibujo del reloj no se desarrolló con el propósito específico de evaluar la habilidad de las personas mayores para manejar automóviles, la calidad de la evaluación para manejar obtenida con esta prueba se considera muy alta. Las investigaciones indican que la prueba representa una forma rápida y fácil de identificar a las personas que están experimentando cambios cognitivos que afectan negativamente su habilidad para manejar.
En La Laguna no se aplican evaluaciones de manejo a personas de la tercera edad (no todavía), en los países desarrollados si una persona de 70 o más años tiene un accidente de tránsito, se les somete a una prueba de manejo exhaustiva. A los 80 años, se le aplica un examen escrito para evaluar su habilidad cognitiva, adicionalmente también a un examen de la vista y a observar cuidadosamente un video de 45 minutos con información actualizada de reglamentos y leyes de tránsito, además de someterse a la prueba del dibujo del reloj.
Un hombre de 90 años de edad en Ottawa se molestó mucho porque aun con unos antecedentes perfectos de seguridad en su forma de manejar, fue requerido para someterse a las pruebas y fallo en el dibujo del reloj. Se le retiró la licencia de manejo.
El manejar automóviles le permite a las personas de la tercera edad permanecer conectadas en su comunidad, los ayuda a mantener los lazos sociales y el acceso a muchos servicios especialmente aquellos para los que no se cuenta con un buen transporte público. La pérdida de la licencia de manejo en los adultos mayores tiene consecuencias negativas en ellos: depresión, reducción de sus actividades fuera de casa, aislamiento social, soledad y sobre todo un alto riesgo de perder independencia y autonomía. Cualquier cambio en los reglamentos de licencias de manejo que afecte negativamente a las personas de la tercera edad necesita tomar en cuenta las consecuencias, por otra parte, las personas de la tercera edad que manejamos, debemos estar conscientes de que en algún momento, nuestras habilidades para manejar disminuirán y se convertirán en un riesgo propio y de los demás por lo que deberemos abstenernos de manejar.
