De las empresas incluidas en Fortune 500, solamente 6.4% son dirigidas por mujeres. El porcentaje de cambio es extremadamente bajo, en este año 2017, 32 mujeres se convirtieron en directoras generales (CEO, ChiefExecutiveOfficer), es la mayor cantidad por año a la fecha, el año pasado fueron 21.
¿Qué tal si hubiera una forma de acelerar este cambio aplicando herramientas de investigación y estrategias para hacer crecer esta participación femenil en el mundo de los negocios?La Fundación Rockefeller diseño y llevó a cabo un proyecto de investigación para desarrollar iniciativas orientadas a identificar las distintas fases para que las mujeres se conviertan en directoras generales.
Participaron en el proyecto 57 CEO→ s mujeres -41 de las 1000 empresas Fortune- y 16 de grandes empresas privadas. Se realizaron profundas entrevistas personales con cada una de ellas, haciendo énfasis en sus experiencias personales, determinando los aspectos personales clave que tuvieron impacto en su desarrollo personal. La meta: descubrir el código del éxito de estas mujeres para apoyar y desarrollar el alto potencial de liderazgo femenino, asegurando de esta forma que más mujeres alcancen el éxito empresarial en el futuro inmediato.
La investigación usó un comparativo con las mejores características de los CEO→ s varones, que están catalogados en el percentil 99 del compromiso en el trabajo -el percentil es una medida de posición usada en estadística, por ejemplo, el percentil 99 es el valor en el que se encuentra el 99% de las observaciones- como clave para encontrar similitudes y diferencias para el caso de las mujeres. A continuación, presento seis conclusiones de esta investigación.
Las mujeres, desafortunadamente, tienen que trabajar más duro que los hombres para alcanzar la cima. Antes de llegar a CEO→ s, las mujeres entrevistadas tuvieron que trabajar en más puestos y funciones que los hombres que actualmente lideran empresas de tamaños similares. A las mujeres entrevistadas llegar a CEO les tomó en promedio 4 años más que a los hombres. Una de las entrevistadas dice: "Todavía hay demasiadas mujeres en funciones de apoyo, tienen que demostrar 10 veces más que los hombres, que están listas para la oportunidad de ocupar el más alto puesto"
A las mujeres las mueve el deseo de lograr buenos resultados para la empresa y lograr un impacto positivo. Aunque las mujeres CEO→ s están muy motivadas a colaborar más con la gente, tomar más responsabilidades, poder y cobertura, las entrevistas sugieren fuertemente que el estatus, el empoderamiento y las recompensas, no son suficientes para atraer mujeres a la cima de las empresas. Las mujeres son ambiciosas positivamente; las mueve un firme sentido de propósito y un deseo de generar valor agregado y formar una mejor cultura. Otra entrevistada dijo: "Seguro, los accionistas obtienen muy buenos dividendos con nosotras, alcanzamos todos los objetivos, ¿Qué más podemos hacer? ¿Qué hacemos por nuestras comunidades y por nuestra gente?"
Los rasgos esenciales de las mujeres exitosas en los negocios son: coraje, capacidad para afrontar riesgos, resiliencia y manejo de la ambigüedad y de la complejidad. Una entrevistada dijo: "Cuando me fui a Atlanta a dirigir el mercado de la empresa el presidente de la división me dijo que sería despedida en menos de un año porque nadie en la empresa había sido capaz de tener éxito en Atlanta. Fui de cualquier manera. Y triunfé". Estos rasgos esenciales se pueden incluir en el perfil de cualquier CEO.
Las mujeres CEO→ s valoran mucho la ayuda de los expertos y los equipos de trabajo de las empresas. Las mujeres CEO→ s son más humildes que los hombres CEO→ s; en el rasgo humildad, se ubicaron en el percentil 70 y los hombres en el 55. En este contexto, la humildad refleja la convicción de que ninguna persona es, individualmente, quien define el éxito de una empresa. Otra entrevistada dijo "Cuando una es humilde, la gente quiere ayudarte, pedir ayuda no es una debilidad, es una fortaleza". Las respuestas de las entrevistadas revelaron que ellas realmente le dan el crédito a todos quienes contribuyen al éxito.
A pesar de su alto potencial, las mujeres no se ven a sí mismas como futuras CEO. De las 57 CEO→ s entrevistadas, 5 siempre aspiraron a tener esa posición, 3 nunca quisieron ser CEO, pero aceptaron por su sentido de la responsabilidad. Dos tercios dijeron que nunca imaginaron que podían llegar a CEO, hasta que alguien se los dijo, describiéndolas como personas intensamente enfocadas a dar resultados en lugar de pensar sólo en su propio progreso y éxito. El reconocimiento de un jefe o un mentor fue la clave para detonar la ambición de llegar a CEO. Otra CEO dijo en la entrevista: "No fue sino hasta que tuve aquella conversación con un compañero de trabajo, que yo empecé a imaginarme en un puesto mucho más allá de gerente: CEO".
Las empresas pueden- si así lo quieren-, formar mujeres para posición de CEO. Lo pueden hacer diseñando un proceso que incluya preparadores, mentores y modelos de roles que reconozcan el potencial de las mujeres y las ayuden a tener visión para convertirse en CEO→ s.