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MARÍA DEL CARMEN MAQUEO GARZA

PADRES INFORMADOS

Nos agobia la cantidad de niños robados o extraviados que se reportan por los distintos medios de comunicación. Una parte corresponde a jovencitos mal orientados que asumen conductas de riesgo, otras veces la garra del crimen organizado da cuenta de la sustracción de menores. Una tercera modalidad corresponde a descuido de los padres, a lo cual quiero enfocarme.

Hace algunos días caminaba por el centro de la ciudad de Guadalajara, tuve que entrar a una farmacia y lo hice solamente por causas de fuerza mayor, pues aquello era una locura, tal vez por razón de ser quincena y mediodía. Llamó mi atención que justo delante de mí caminaba un par de pequeñitos, mi ojo de pediatra me indicó que tendrían dos y tres años respectivamente; de momento me sorprendió que parecieran andar solitos, ya luego pude constatar que la que supongo sería su madre, una mujer joven que caminaba y atendía el teclado del celular al mismo tiempo, iba unos cinco pasos delante de ellos. En la locura de solicitar el medicamento y pasar a pagarlo entre aquella aglomeración, perdí de vista a las tres figuras, pero pude continuar la narración por boca de mi hermana quien me esperaba afuera. Me indicó que primero salió la mujer sola, luego apareció el mayor de los hermanitos, al que de inmediato la madre reclamó acerca de su hermano. No sabiendo qué decir el niño de tres años fue acreedor a una cachetada y un grito de su madre quien lo envió dentro del establecimiento a buscar al pequeño, y finalmente -después de unos minutos- aparecieron ambos niños caminando hacia la mujer, luego de lo cual partieron de igual forma, la mujer por delante y los dos chiquitos siguiéndola unos pasos detrás.

Cuando observo algo así vienen a mi mente los cachorritos nacidos en la calle, probablemente de un total de seis dos mueran en las primeras horas, y de los otros cuatro serán uno o dos que sobrevivan y adquieran una enorme habilidad para sortear los vehículos que pasan a gran velocidad, en tanto otros dos cachorritos mueran en los primeros intentos por cruzar alguna avenida, quedando de ellos como recuerdo una mancha informe adherida al asfalto. Ahora bien, regresando a la mujer de la farmacia, de acuerdo a la ley de probabilidades, mientras sucedió lo que les narro esos dos menores pudieron ser exitosamente sustraídos, no pesaban más de doce kilos uno y diez el otro, de modo que un par de adultos pudieron perfectamente haberlos levantado para caminar velozmente con ellos, de modo que cuando la madre finalmente se percatara de su ausencia, se hallarían al menos a un par de cuadras a la distancia.

Ahora bien, ¿hasta qué punto este crimen hubiera sido responsabilidad de las autoridades de seguridad pública, cuando en realidad se debió a un descuido de la madre? Si por desgracia fueran muertos y aparecieran en una vereda, ¿puede atribuirse la responsabilidad a la inseguridad, al crimen organizado, o a qué, cuando correspondió a la figura materna que en su momento no los vigiló?...

Traer al mundo una criaturita es muy sencillo, la prodigiosa naturaleza se abre paso y un jovencito está en condiciones de procrear a muy temprana edad, sin que esto signifique que esté capacitado para hacerse responsable de velar por los intereses de ese nuevo ser. Y más todavía inician su vida sexual a edades muy tempranas inmersos en un mundo altamente erotizado que marca estilos de vida artificiales los cuales llevan a una niña de 12 o 13 años a salir embarazada.

La mujer del relato no tendría menos de 24 años, sin embargo su actitud da cuenta de una falta de responsabilidad cuyo origen podemos imaginar mas no determinar con certeza. Eso sí, está visto que no mide el riesgo al que está sometiendo a sus niños -no lo mide o no le interesa, lo que sería aún más grave.

Sabemos que detrás de muchas iniciativas del gobierno hay intereses de personajes que obtienen tajada política o económica. Este asunto tan en boga de que un niño o niña tenga la opción de decidir a qué género siente pertenecer, y el asunto de que una niña de 11 años comience a tener relaciones sexuales antes de que empiece a reglar y tenga formas de mujer, siempre me han parecido iniciativas populistas que favorecen los intereses de unos cuantos, y no de la población, mi opinión muy personal. Entonces, si así se va a proceder, es obligación de las autoridades que promueven y apoyan esas iniciativas, encargarse de generar conciencia en los "beneficiarios" de los riesgos que asumen: La alta tasa de suicidios relacionados con cirugías para cambio de sexo, y el escenario terriblemente desgarrador de niños robados, vejados o muertos porque sus padres no tuvieron la preparación para cuidarlos debidamente.

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